Gracias a una investigación coordinada por una fiscal de la Estructura de Apoyo de la Seccional Atlántico, se impidió que más de 400 botellas con licor adulterado fueran comercializadas durante las festividades del Carnaval de Barranquilla.
Un operativo permitió desmantelar la red criminal que estaba detrás de esta producción ilegal con la captura de cuatro de sus integrantes y el decomiso de 454 botellas con whisky, aguardiente y ginebra falsificados.
Las diligencias de allanamiento y registro se llevaron a cabo en inmuebles de los barrios San Salvador, Las Nieves y San Roque, de Barranquilla, donde también fueron halladas 1.200 tapas, 815 botellas de vidrio vacías, 650 estampillas, 605 etiquetas y 4 recipientes plásticos.
Durante los procedimientos fueron capturados Mónica Toscano Quintero, Carlos Andrés Hernández Martínez, Enoc Elías Martínez Acosta y Gerardo Naranjo.
La Fiscalía los imputó por los delitos de corrupción de alimentos, usurpación de derechos de propiedad industrial y derechos de obtentores de variedades vegetales, ejercicio ilícito de actividad monopolística de arbitrio rentístico, circulación y uso de efecto oficial o sello falsificado. Ninguno aceptó cargos.
El juez Noveno Penal Municipal con funciones de control de garantías acogió la solicitud de la Fiscalía y los cobijó con medida de aseguramiento, por lo que fueron trasladados a la cárcel El Buen Pastor y El Bosque, respectivamente.
En otro hecho similar, la Fiscalía confirmó que seis personas fueron judicializadas, entre ellas dos mujeres que, al parecer, usaban fajas para adherir al cuerpo las botellas del producto adulterado e ingresarlas ocultas a recintos públicos. Más de una tonelada de licor falso, insumos y maquinaria fue incautada.
Las multitudes se convertían en factor de oportunidad para la estructura delictiva conocida como ‘Balco’. En conciertos, manifestaciones, escenarios deportivos y otros actos masivos, al parecer, se escuchaban las voces de algunos de sus integrantes ofreciendo diferentes bebidas embriagantes que, en realidad, eran peligrosas mezclas que representaban riesgo inminente para salud y la vida de las personas que las adquirían.
El trabajo investigativo realizado por la Fiscalía General de la Nación evidenció que los licores comercializados por esta organización correspondían a productos falsos o alterados. Al parecer, eran fabricados en casas de familia en el sur, centro y suroccidente de Bogotá, en condiciones precarias de salubridad y mediante la combinación indiscriminada de alcohol y otras sustancias.
Posteriormente, con la apariencia de aguardiente, whisky, cerveza y ron, supuestamente, ‘Balco’ vendía estos productos en eventos públicos. Para este propósito dos presuntas integrantes de la estructura, identificadas como Olga Nicacia Rozo Lara y Angélica Gaviria Cárdenas, adherían las botellas o cajas de tetrapack al cuerpo con fajas, las ingresaban a los recintos públicos y las comercializaban subrepticiamente.
También hay evidencia de que la estructura distribuía en bares y locales del sector de San Andresito en el centro de Bogotá; y en distintas ciudades donde programaban actos masivos, como el Carnaval de Barranquilla.