Un alarmante caso de discriminación y violencia sexual se destapó durante este fin de semana luego de que la profesora de inglés Kerlin Murillo Mena denunciara que tanto ella como sus hijos, aún menores de edad, fueron víctimas de discriminación, agresión física y abuso sexual cuando se desempeñó como docente en el municipio de Paya, Boyacá. El hecho no solo ha generado indignación, sino que ya llegó a oídos de la vicepresidenta Francia Márquez quien lo rechazó y pidió la colaboración de la Fiscalía para investigar.
“El racismo mata, daña familias y sociedades. Rechazo absoluto a todo tipo de violencia racista, es nuestro compromiso luchar contra este flagelo, que existe con fuerza en nuestro país y no nos permite vivir en paz y dignidad. Solicito a @FiscaliaCol investigar este caso”, escribió la vicepresidenta Francia Márquez por medio de su cuenta en Twitter.
El caso, según relató la docente Kerlin Murillo, se viene presentando desde hace varios meses cuando ella fue asignada a la Institución Educativa El Rosario, corregimiento de Morcote, en el mencionado municipio, tras buscar evadir la violencia del departamento del Chocó. Allí habría llegado en 2021 con sus dos hijos, de 5 y 9 años, y no tardó en sentir el rechazo, principalmente del cuerpo colegiado de institución.
Ella, como adulta, según recuerda soportó mejor las malas actitudes de sus compañeros profesores. Sin embargo, sus hijos fueron los más perjudicados debido a que además de recibir agresiones de sus compañeros estudiantes, presuntamente mandados por los otros profesores, fueron víctimas de tocamientos indebidos, tortura, agresiones físicas y abuso sexual.
“Comenzaron por echarle orín en la boca a Keiner, el de preescolar. A meterle el pene en la boca, lo accedían carnalmente metiéndole el pene en su ano y le golpeaban. En una de las agresiones, cuando el niño no quería dejarse, le amarran el pene con una cabuya y lo tiran. Aún dice que le duelen los testículos. Lo subían a la parte alta del tobogán para tirarlo al vacío, ocasionándole una fractura en el cráneo que hasta hoy persiste. Ha deteriorado el proceso cognitivo de mi hijo” contó la mujer a Semana, agregando además que no recibió el apoyo de la institución que, en cambio, la estaría señalando de ser la autora de los golpes a sus hijos y de acusarlos falsamente.