Con un cartel, alzando la mano y escribiendo a la mesa directiva del Senado intentó la senadora Aída Avella pedir la palabra en una sesión virtual del Congreso, pero fue ignorada. Solo hasta el final de la sesión pudo decir lo que había querido pronunciar en medio del debate.
La denuncia fue hecha por el senador Roy Barreras quien grabó los esfuerzos de la senadora de la Unión Patriótica para pedir la palabra y que nunca se le concedió el micrófono para pronunciarse.
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“Vean ustedes en video los esfuerzos de la senadora Aída Avella tratando infructuosamente de que le den la palabra. Es la mejor prueba de cómo la virtualidad no garantiza derechos de la oposición. Con simple micrófono apagado se silencia a la oposición”, escribió el senador Barreras.
El Senado estaba discutiendo si aceptar o no la renuncia del magistrado Carlos Bernal a la Corte Constitucional. La senadora quiso pronunciarse, pero no logró ser escuchada por quienes conceden la palabra.
“Yo quería hablar y no me dieron la palabra, les hice de todo, morisqueta, le escribí al subsecretario del senado, hice un letrerito, les hice de todo y no valió absolutamente nada”, señaló la senadora Aída Avella en diálogo con KienyKe.com.
La senadora incluso tomó un marcador que tenía cerca y redactó un letrero con el mensaje “palabra” y lo puso en la cámara del computador para pedir que habilitaran su micrófono, pero no valió. “Yo creo que esas son las cosas que hay que corregir de la virtualidad, no nos pueden simplemente ignorar, o es que no nos ven”, señaló Avella.
A pesar de que otros congresistas alertaron a la mesa directiva de la petición de Aída Avella, no fue posible que obtuviera la palabra. Finalmente se le concedió al final de la sesión dejar la constancia y ella la usó para denunciar las amenazas que han recibido campesinos en la finca La Europa en Sucre.
Según explicó la senadora, el mecanismo para pedir la palabra es presionar el botón de “levantar la mano” de la plataforma Zoom, pero esta medida tampoco ha funcionado. “Para pedir la palabra la única que me ha funcionado es tener el teléfono del secretario y del presidente y escribirles. Dicen que uno pone la mano azul, pero no vale, nos han dicho: para pedir la palabra ustedes ponen la mano azul, pero tampoco funciona, pone la mano amarilla y tampoco. Hay veces que funciona y hay veces que no”, señaló.
Avella dice que algunos senadores han optado por hablar con el secretario del Senado durante los primeros minutos de la sesión, el espacio que tienen para conectarse a la plataforma, para pedir la palabra y ser tenidos en cuenta durante la sesión, pero este es un proceso informal que no hace parte del orden establecido para sesionar.
“La virtualidad es como una plataforma más, eso le dije al presidente, es una cuestión que recorta mucho la actividad del Congreso porque el Congreso tiene como primera actividad el control político y tiene la tarea de hacer las leyes, pero sobre todo el debate de control que debe tener el Ejecutivo, porque si no entramos en una dictadura”, afirmó Avella.
Según la senadora de la Unión Patriótica el hecho de la palabra negada “demuestra que la oposición tampoco tiene todas las garantías. Si estoy en la presencial me paro y digo que me den la palabra y tienen que dársela a uno”.
Ella es una de las congresistas que ha defendido la presencialidad del Congreso, incluso estuvo de manera presencial en el capitolio durante la instalación del poder Legislativo en la nueva legislatura.
“Yo soy de la bancada que exige que las sesiones sean presenciales, inclusive teniendo mis años, yo creo que con los cuidados necesarios podemos asistir, como el día de la instalación que habíamos 37 parlamentarios y todos estábamos en el salón elíptico”, narró.
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Propone que se sesione en dos salones, el de Cámara y Senado, un día una corporación y al otro día la otra, para así poder cumplir con las medidas de seguridad y distanciamiento que reducen la probabilidad de adquirir el coronavirus.
El debate sobre las sesiones virtuales o presenciales del Congreso continúa, mientras varios senadores defienden la virtualidad y otros insisten en que el poder Legislativo está debilitado en las sesiones remotas, tanto que han señalado al Gobierno de caminar sobre el autoritarismo, sin un Congreso fuerte.