Uno de los debates más fuertes que está dando el Congreso de la República en estos momentos es el de reglamentar las sesiones virtuales en la corporación. A pesar de los pronunciamientos de la Corte Constitucional y la oposición decidida de varios congresistas que han dicho que la regla debe ser la presencialidad, el proyecto de ley que reglamenta las sesiones virtuales está a un debate de ser aprobado.
Varios congresistas como Rodrigo Lara, Gustavo Petro, Aída Avella y Jorge Enrique Robledo, entre otros, han dicho en reiteradas ocasiones que el Congreso debe seguir trabajando de manera presencial y que las sesiones virtuales debilitan al poder legislativo a tal punto que podría llevar al autoritarismo y la dictadura.
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La Corte Constitucional les dio la razón a quienes se oponen a las sesiones virtuales. En el fallo conocido este viernes 31 de julio, el alto tribunal determinó que la regla general del funcionamiento del Congreso debe ser la presencialidad, aún en medio de la pandemia por coronavirus, y la virtualidad debe ser una opción excepcional.
“Impedir la presencialidad en las sesiones de los órganos colegiados del Estado en tiempos de pandemia no es posible. Incluso el grado de presencialidad se hace más exigible dependiendo del peso de las decisiones por adoptar (v.gr. actos legislativos, leyes estatutarias, normas tributarias, normas penales, etc.). Así las cosas, se impone decir que la virtualidad es ultima ratio, esto es, una forma de deliberación subsidiaria y excepcional”, aseguraron los magistrados de la Corte Constitucional.
En ese sentido el Congreso debe buscar la presencialidad cuando se trate de la aprobación de leyes que reformen la Constitución, orgánicas o estatutarias, que son las de mayor importancia que aprueba el poder legislativo. La Corte también determinó que se debe garantizar que quienes asistan presencialmente al capitolio tengan todas las condiciones para trabajar de manera presencial y las medidas de bioseguridad.
“La vigencia de esta regla general de la presencialidad, incluso en condiciones de excepcionalidad sanitaria como la originada por el COVID-19, implica que es inconstitucional una disposición que impida la asistencia física a las sesiones de los órganos colegiados del Estado”, se lee en el fallo.
De esta manera el Congreso deberá buscar que se sesione de manera presencial y dar garantías a quienes asistan físicamente al Congreso. Ahora cabe la duda sobre los proyectos aprobados, los cuales podrían ser demandados por inconstitucionales y terminar siendo tumbados por la Corte Constitucional.
La debilidad del Congreso en la virtualidad
El senador Rodrigo Lara, del partido Cambio Radical, explicó en diálogo con KienyKe.com la tesis que afirma que el Congreso se debilita al sesionar virtualmente. El congresista, que ha defendido la presencialidad del poder legislativo en los debates que ha hecho la Comisión Primera en este sentido, aseguró que la virtualidad pone en riesgo la democracia del país.
“El papel principal del Congreso es el control político, eso significa hacer contrapeso a la rama ejecutiva, el Congreso solo logra tener poder político suficiente para ese propósito cuando reúne en un punto de la geografía del país a todos lo voceros y representantes de los diferentes sectores políticos de una nación”, aseguró Lara.
Explicó que, basado en la teoría política, “los hombres unidos tienen poder político y eso es lo que le ofrece al Congreso la dimensión política suficiente para tener la actitud de ejercer el control político, sin dimensión política y con los congresistas esparcidos por todo el país y operando sólo desde una máquina en su hogar, el Congreso se dispersa y pierde capacidad para ejercer ese control político. Por eso el Congreso Virtual es irrelevante, no tiene fuerza, por eso no le interesa a nadie y el Gobierno se siente muy cómodo con el congreso virtual, porque es un Congreso que no es congreso, porque no es capaz de hacerle contrapeso”, explicó el senador de Cambio Radical.
La democracia, según Lara, se sostiene en un sistema de pesos y contrapesos, compuesto por los poderes Ejecutivo (presidente), Legislativo (Congreso) y Judicial, pero en el contexto actual el Congreso está “sumido en su más absoluta irrelevancia”.
Aseguró que la debilidad del Congreso puede ocasionar un estado autoritario. “Es muy tentador para la rama ejecutiva ejercer un poder absoluto, yo no le veo talante autoritario al presidente Iván Duque, pero de pronto el día de mañana se acostumbra a esta ausencia de controles y a esta ausencia de contrapesos, la enfermedad opera en nosotros los hombres como una verdadera enfermedad, la hybris es la enfermedad del poder y uno tiende en general, cuando el poder es absoluto, a abusar de él”, afirmó Lara.
En la tesis del senador, el Congreso está diseñado para trabajar en condiciones excepcionales y precisas, no todos los días, porque “la labor de legislar es muy sensible, es una manera o la única de restringir y limitar las libertades de las personas”. Por esta razón el Congreso virtual un peligro para la democracia y las libertades individuales porque está diseñado para sesionar las 24 horas de los 365 días al año.
En el tercer debate de las sesiones virtuales que se realizó el 29 de julio, se negó que durante el trabajo legislativo remoto se pudieran hacer reformas al Acuerdo de Paz, como alertaban algunos congresistas, pero se permitió la aprobación de reformas constitucionales. Esto, basado en el último fallo de la Corte Constitucional, no debería ser permitido por el Congreso.
Rodrigo Lara aseguró que la virtualidad “abre la puerta para una extrema flexibilización de las reformas constitucionales. Reformar la Constitución se vuelve supremamente fácil, cuando es muy difícil lograr una reforma constitucional, pero con el Congreso virtual sacan eso en muy pocos meses. Modificar la Constitución es modificar la democracia, las libertades, es muy peligroso, porque le pueden cambiar de la noche a la mañana el régimen democrático y de libertades en el que vive”.
Los senadores que defienden la presencialidad han utilizado el argumento de que no es consecuente que los congresistas trabajen de manera virtual, cuando la reactivación económica del país ha volcado a millones de personas a retornar de manera normal a sus empleos, siempre bajo las condiciones de seguridad.
“¿Acaso la vida del congresista colombiano vale más que la del ciudadano común y corriente?, considero que los congresistas deberían ser los primeros en ayudar a los colombianos a cargar esa cruz de desempleo, de dificultades que está viviendo el país, y me parece indecente que el Congreso se refugie en una cuarentena privilegiada como si la vida de los congresistas valiera más que la de la gente”, afirmó el senador Lara.
Finalmente, Rodrigo Lara puso sobre la mesa que quienes han defendido la virtualidad fueron los mismos senadores que negaron la proposición del senador Gustavo Bolívar para eliminar los costos de representación, viáticos y estadía en Bogotá que reciben los parlamentarios, que llega a una suma de 14 millones mensuales de pesos por dignatario.
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“Son 14 millones de pesos mensuales diseñados para ir a las regiones e ir al Congreso de la República, es un enriquecimiento sin justa causa. Si la gente quiere sesionar virtualmente como muchos, que es pararse de la cama tres veces al día a responder el llamado a lista y votar dos veces, pues que devuelvan los viáticos, pero no puede ser que defiendan el Congreso virtual y además se enriquezcan con una plata que no les debería llegar”, puntualizó el senador Lara.
Con el fallo de la Corte Constitucional vuelve a profundizarse el vacío jurídico de sesionar virtualmente en el Congreso, justo cuando el proyecto para reglamentar este trabajo remoto esta a un debate de ser aprobado. Es posible que esta decisión motive un cambio de dirección en el poder legislativo.