En la mañana de este martes trabajadores del Hospital de Kennedy protagonizaron bloqueos en la Avenida Primera de Mayo con 40 b sur. Las protestas se dieron por el incumplimiento de dos meses en el pago a más de 1.000 contratistas de la entidad. No ha sido la única protesta; el pasado viernes se registró una en el Hospital San Blas y hay un plantón programado el próximo jueves frente a la Secretaría de Salud.
"Es un reflejo de la mala situación por la que pasa el sector", dice Francisco Matés, Director del Departamento de Investigaciones de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT en diálogo con KienyKe.com.
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“Todos los hospitales distritales están en una crisis profunda lo que demuestra que la restructuración que aprobó el Concejo por iniciativa del alcalde no era el remedio para sanar la enfermedad que presenta la salud en Bogotá”, agrega.
Durante la protesta de martes, tanto los contratistas afectados como algunos médicos de planta, protestaron por la mala situación que presenta el hospital más importante del sur de la ciudad. Según los trabajadores, existen problemas en la alimentación de los pacientes a quienes deben darle aguapanela y huevo para comer.
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Los trabajadores de la salud dicen no tener medicamentos ni insumos para atender a los pacientes. "Deben salir a comprarlos por su cuenta o simplemente no son atendidos", dicen.
Ricardo Durán, subdirector científico del Hospital de Kennedy, afirmó que luego de recibir la entidad de manos de la administración anterior, se encontró un “caos administrativo con problemas en el pago a los proveedores”, razón por la que se han retrasado los pagos.
Según Durán, “a los contratistas solamente se les retrasó el pago del mes de marzo” y no de los últimos dos meses, como estos aseguran. Además afirmó que en ningún momento se ha brindado un mal servicio, ni se le ha negado atención a ningún paciente.
Por su parte, la Secretaría de Salud de Bogotá anunció en un comunicado que prensa que se adelantan las medidas necesarias para cancelar lo atrasado: “Se pagará a 900 contratistas que están al día en el pago de sus aporte de salud y pensión y que además entregaron sus informes de actividades a los supervisores de contrato, requisitos que son indispensables para el pago, según lo contempla la ley”.
Sin embargo, aún quedan más de 200 contratistas a la espera del pago, casos que serán revisados uno por uno, según lo informó el subdirector de investigación del hospital.
Las políticas públicas de salud de la administración de alcalde de la ciudad Enrique Peñalosa, han sido blanco de las críticas. Sus opositores afirman que su intención es privatizar la salud a la fuerza mediante la reducción del presupuesto y el cierre de hospitales. El distrito niega esa escenario.
Una de las medidas que han generado gran polémica es la suspensión de un 40% de los gastos operativos de los hospitales de la ciudad. A esto se le suma que el Concejo aprobó la reforma a la salud presentada por alcalde, según la cual los centros de atención en salud pasarían de 164 puntos a 40.
La administración distrital pretende fusionar los 22 hospitales de la ciudad en cuatro. El Distrito asegura que no se cerrará ningún hospital, pero que estos se agruparán en cuatro redes: Norte, sur, occidente y oriente.
Al respecto, en diálogo con El Tiempo, Peñalosa señaló que encontró una "crisis monumental" en materia hospitalaria.
"Después de haber sufrido con el llamado ‘cartel de la contratación’, la anterior administración los abandonó. En los últimos 10 años no se aumentó una sola cama de hospital y encontramos muchas obras abandonadas, como la ampliación de urgencias del hospital de Kennedy. Las imágenes eran dramáticas los fines de semana; amanecían en los corredores y en el piso de las salas de urgencia personas apuñaladas, enfermos graves... Por eso, lo primero que hicimos fue declarar la emergencia sanitaria para poder hacer ajustes, reubicaciones, construcciones para ampliar rápidamente la capacidad de las urgencias".
Peñalosa considera que con la unificación pretende lograr mejores costos. "La administración se va a mejorar. Y, sobre todo, se reduce el calvario de los pacientes, que ya no tendrán que pedir autorizaciones en la EPS para pasar de un hospital de un nivel a otro".
Otra cosa piensa Francisco Matés, quien considera que "hay incapacidad" por parte de la administración distrital para enfrentar la situación. “No hay una administración hoy que pueda responder por las necesidades de medicamentos y de salarios”, dice.
