El representante a la Cámara Gabriel Santos se ha posicionado como la voz más rebelde del Centro Democrático. Sus posturas liberales y poco apegadas a la línea más rígida del uribismo lo han hecho merecedor de aplausos por fuera de su partido y de serios llamados de atención desde su propia colectividad. Kienyke.com habló con él para conocer el por qué de sus propuestas, su relación con el partido y su futuro en el Congreso.
Pese a impulsar diferentes iniciativas desde su llegada al legislativo en 2018, fue la propuesta de reducir el receso legislativo la que dirigió los reflectores hacia su trabajo. El proyecto busca que las sesiones del Congreso inicien a partir del 16 de febrero y no desde el 16 de marzo, reduciendo en un mes el receso legislativo con el fin de que haya más tiempo para el control político y el debate de los proyectos.
Su iniciativa estuvo engavetada por cerca de 51 días, recientemente recibió la firma de la presidenta de la Cámara, Jennifer Arias, y podrá continuar su trámite en segunda vuelta. Sin embargo, el panorama es alarmante, pues el tiempo se convierte en su peor enemigo porque debe superar cuatro debates en menos de tres meses.
¿Qué ha pasado con el proyecto que reduce las vacaciones del Congreso?
GS: Si al proyecto no se le da debate la siguiente semana o en los primeros dos días de la semana de arriba el proyecto queda físicamente hundido, es decir, tenemos muy poco tiempo, necesitamos que haya un agendamiento prioritario para que se nos permita debatir y sacar este proyecto adelante.
¿Por qué cree que la presidenta la Cámara frenó el proyecto?
GS: A ciencia cierta no lo sé. Desafortunadamente en la Ley hay un vacío que le permite a los presidentes de Cámara y Senado tener los proyectos sin firma, es uno de los pocos procesos en la Cámara que no tiene tiempos específicos. La única explicación que tengo es esa animadversión que puede venir de mi oposición a que ella fuera nombrada presidenta de la Cámara porque realmente esto es inusitado, nunca ha ocurrido esto antes en el Congreso, estuvimos casi dos meses esperando en los cuales esperábamos haber sacado por lo menos tres de los cuatro debates que requeríamos, pero no he podido saber a ciencia cierta a qué se debe más allá de este tema. Yo no sé si ella esté actuando por voluntad propia o haya más gente que no quiere que salga este proyecto.
Mire aquí la conversación que Kienyke.com sostuvo con el representante a la Cámara Gabriel Santos sobre el proyecto que reduce las vacaciones del Congreso y sobre su relación con el Centro Democrático.
¿Cree que hay alguien más interesado en que no se apruebe este proyecto?
GS: Sin duda. A las personas a las que menos les interesa tener un Congreso trabajando más tiempo es al Gobierno. Significan meses extenuantes de más control político, significa tener que estar interlocutando con el Congreso, entonces podría ser. De hecho, no tengo ni idea si obedece al Gobierno o si obedece a Jenifer, lo cierto es que perdimos 51 días .
¿Podría venir desde el Gobierno la orden de frenar el proyecto?
GS: Por supuesto. Yo creo que para nadie es un secreto que el Gobierno tiene una fuerza por encima del Congreso de la República. Parte de mi oposición a que Jennifer fuera presidenta es su sabida cercanía con el Gobierno, me parece que quien presida la Cámara debe ser independiente. No me sorprendería a pesar de que no tenga la certeza de que así sea.
¿Cómo interpreta la posición que asumió el Centro Democrático en su discusión con Jennifer Arias?
GS: Me dolió, me género desconcierto, me generó desazón porque yo creo que en estos en estos debates uno debe ser transparente, franco y leal, y cuando una persona con el poder que tiene la presidenta de la Cámara decide engavetar un proyecto de otro compañero del mismo partido, pues me parece que era apenas obvio que el partido exigiera que se debatieran esos proyectos, que además son buenos para el partido y que recogen el sentir del partido.
El episodio que causó molestia fue la empapelada que hicimos al Congreso, pero ese fue el último de muchos, nosotros intentamos la discusión personal, la interlocución con los asesores, la presión en medios. Hubo una cantidad de posibilidades para que el partido se manifestará defendiendo a sus bases, que están de acuerdo con este proyecto y desafortunadamente decidieron ponerse del lado de la triquiñuela y no de lo que exigen las bases.
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¿Esta discusión puede afectar en las votaciones del proyecto?
GS: Sí, yo creo que esto envalentona, como que le da argumentos a quienes no les gusta proyecto, entonces se pueden pegar de estos temas adicionales, lo vamos a ver muy pronto. Esperamos que la Comisión Primera de la Cámara no intente ninguna triquiñuela de ponerlo en el orden del día de último para dejarlo materialmente hundido. Por supuesto que lo denunciaremos, pero si es un miedo que tenemos que esto le cuelga más enemigos de los que ya tiene el proyecto.
¿Cómo esta su relación con el Centro Democrático?
GS: Yo sigo haciendo un trabajo interpretando más a las bases que a los políticos. Los partidos tienen que poner el oído en la tierra y escuchar lo que están diciendo los jóvenes, lo que está diciendo la gente en las calles, y mientras sean esas las ideas que sigamos representando no creo que uno tenga que guardar las formas por encima del fondo.
¿Qué lo motiva a seguir en el Centro Democrático cuando sus posturas son tan diferentes con las mayorías del partido?
GS: Creo que hay una población muy grande que se siente representada en unas ideas liberales desde el punto de vista económico, en la poca intromisión en los aspectos morales de la vida de los ciudadanos, pero que se sienten identificados con tesis de Estado austero, de generarle confianza a las personas que invierten en el país, de tener un diálogo popular franco y sincero. Entonces uno tiene que dar las luchas desde adentro para que la gente de alguna forma logre identificarse o no con lo que debe ser el partido. Esa es una puja que se debe hacer pública para que la gente sepa que esperar y que no esperar de los partidos. Si gana esa línea confesional más rígida, en la que nadie puede pensar de una manera autónoma, será el fin de mi participación en el partido, pero yo sigo confiando en seguir dando esta lucha desde adentro.
¿Cree que su aval para 2022 está en peligro?
GS: Sí, sin duda. Creo que los partidos deciden quienes participan de sus listas y quienes dejan de participar. Parte de la importancia de dar estas discusiones en público es que la gente sepa en caso de que uno tenga o no tenga un aval de qué está hecho uno, qué está representando, cuáles son esas tesis y esas ideas. Todos los políticos estamos en riesgo de que los partidos nos retiren los avales. Este no es un caso distinto, es una discusión que se va a solventar muy pronto. "Del lado de la triquiñuela": Gabriel Santos sobre el Centro Democrático