La discusión sobre el salario mínimo en Colombia para el 2025 ha cobrado relevancia en los últimos meses, especialmente en el marco de las reformas laborales propuestas por el gobierno de Gustavo Petro.
En entrevista con Kienyke.com, Andrés Jiménez, especialista en ciencias tributarias, se discutieron los posibles escenarios que se presentarán en la negociación del salario mínimo para el próximo año y cómo estas decisiones podrían afectar tanto a los trabajadores como a las empresas.
La reforma laboral que está impulsando el gobierno busca aumentar la estabilidad para los trabajadores colombianos, garantizando mejores condiciones laborales.
Sin embargo, esta reforma también podría generar tensiones en las relaciones con las empresas, que se verían obligadas a adaptarse a nuevos beneficios para los empleados. Jiménez resaltó que, aunque los derechos de los trabajadores se verán fortalecidos, algunas medidas podrían afectar la flexibilidad de las empresas, sobre todo en lo que respecta a temas como las licencias de salud y el pago de horas extras.
Según el experto, uno de los aspectos más significativos de la reforma es la reducción progresiva de la jornada laboral. Este cambio, que ha sido gradual desde hace dos años, se consolidará en 2025 con la meta de llegar a las 48 horas semanales.
Esto representa un ajuste considerable para las empresas, que deberán adaptarse a un nuevo ritmo de trabajo, y plantea la necesidad de un salario mínimo que esté acorde con los nuevos estándares laborales.
¿Cuál es la relación entre inflación y salario mínimo?
Uno de los factores más determinantes en la discusión sobre el salario mínimo es la inflación. Andrés Jiménez explicó que el salario mínimo debe ajustarse en función de la inflación anual, y para 2024, se espera un incremento de entre el 5,1% y el 5,4%.
Este porcentaje refleja el aumento de los costos de productos y servicios a lo largo del año, lo cual impacta directamente en el poder adquisitivo de los trabajadores. Así, si el incremento del salario mínimo en 2025 sigue la tendencia de años anteriores, se esperaría un ajuste similar o ligeramente superior.
En este sentido, Jiménez subrayó la importancia de considerar no solo la inflación, sino también la productividad laboral y el crecimiento económico del país. Para 2025, se proyecta que la economía de Colombia crezca en un 2,9%, lo que también influirá en la decisión sobre el ajuste del salario mínimo. Un crecimiento económico sostenido permite que las empresas absorban incrementos salariales sin generar una presión inflacionaria excesiva.
El impacto del aumento en las empresas y la economía
Según Jiménez, un aumento moderado del salario mínimo tiene efectos positivos tanto para los trabajadores como para las empresas. Para los empleados, un ajuste razonable en el salario les permitirá mejorar su poder adquisitivo y acceder a productos y servicios básicos.
Además, el incremento podría reducir la desigualdad salarial y mejorar las condiciones de vida de los trabajadores formales. Para las empresas, un incremento moderado del salario mínimo significa estabilidad en los costos laborales, lo que les permite mantener sus operaciones sin recurrir a despidos masivos o a la automatización de puestos de trabajo.
Sin embargo, si el incremento salarial es demasiado alto, como lo proponen algunos sindicatos con un aumento del 15%, las consecuencias podrían ser perjudiciales.
Asimismo, Jiménez advirtió que un incremento excesivo podría llevar a las empresas a enfrentar mayores costos laborales, lo que obligaría a muchas a ajustar sus precios, reducir su personal o incluso reemplazar trabajadores por maquinaria, lo que afectaría tanto a los empleados como a la economía en general. Además, un aumento desmedido podría generar inflación adicional y afectar la competitividad de las empresas.
¿Qué esperar para el salario mínimo en 2025?
Para 2025, se espera que el salario mínimo en Colombia experimente un ajuste basado en una serie de factores, entre ellos la inflación, la productividad laboral y el crecimiento económico. Si bien la proyección oficial de inflación es del 5,4%, Jiménez sugirió que un aumento razonable del salario mínimo podría situarse entre el 7% y el 8%. Este ajuste, que no es ni demasiado bajo ni excesivamente alto, contribuiría a mejorar las condiciones de vida de los trabajadores, sin poner en riesgo la estabilidad económica de las empresas.
El especialista también destacó la importancia de que el gobierno y los actores sociales (como sindicatos y empleadores) lleguen a un consenso sobre el ajuste del salario mínimo. Si bien los trabajadores requieren un incremento para cubrir el costo de vida, también es crucial que las empresas mantengan su capacidad para contratar personal y generar empleo. Un salario mínimo adecuado debería ser el resultado de un equilibrio entre las necesidades de los trabajadores y la viabilidad económica de las empresas.
El salario mínimo para 2025 en Colombia dependerá de varios factores clave, como la inflación, la productividad laboral y el crecimiento económico del país. Un ajuste salarial moderado parece ser la opción más viable para garantizar el bienestar de los trabajadores sin comprometer la estabilidad de las empresas y la economía en general.
Con la reforma laboral en curso, es fundamental que tanto los empleadores como los empleados encuentren un punto de equilibrio que permita un desarrollo económico sostenible y un aumento real de las condiciones laborales en Colombia.