El senador Laureano Acuña, del Partido Conservador, fue elegido como el nuevo presidente de la Comisión de Ética del Senado. Su elección fue calificada por algunos sectores como "insólita", ya que resultó salpicado en el caso de compra de votos de Aída Merlano y ha protagonizado diversos escándalos a lo largo de su carrera.
Según lo previsto en la Ley 1828 de 2017 Código de Ética y Disciplinario del Congresista, la Comisión que presidirá Acuña ejerce el poder ético disciplinario en relación con los miembros del Congreso por la conducta indecorosa, irregular o inmoral en que puedan incurrir en ejercicio de su función o con ocasión de la misma.
También puede gestionar convenios entre el Legislativo y organizaciones nacionales o internacionales, empresas públicas y privadas, para la realización de actividades dirigidas a promocionar la transparencia y lucha contra la corrupción; así mismo, está autorizada para realizar foros, seminarios, diplomados, eventos académicos de capacitación y de difusión.
En pocas palabras, como su nombre lo dice, es una comisión que vela y vigila que la conducta de los congresistas corresponda al cargo que ostentan. Sin embargo, llamó la atención que Acuña resultara elegido para presidirla, pues en su contra recaen varios señalamientos e investigaciones que aún no han sido cerradas.
En primer lugar está el Caso Aída Merlano, en septiembre de 2019 la Corte Suprema de Justicia lo mencionó -junto a 17 personas más- en el fallo condenatorio de la excongresista por posiblemente estar relacionado con una red criminal de compra de votos.
En esa lista también está el senador Arturo Char, de hecho, este y Acuña son los únicos políticos de la lista que siguen activos, puesto que el resto renunció a sus aspiraciones electorales o se quemó en las elecciones locales del 27 de octubre de 2019.
Por otra parte está el escándalo que protagonizó en 2015, en una carretera de Riohacha, La Guajira, cuando se negó a practicarse una prueba de alcoholemia. Acuña se defendió con el argumento de que no era él quién iba manejando el vehículo en el momento en el que policías lo detuvieron, no negó que estuviera ingiriendo licor con un amigo, pero insistió en que no era él quien conducía. No obstante, nunca se aclaró si realmente era su amigo el que conducía el vehículo.
A ese caso se suman que le aparecían siete comparendos por más de cuatro millones de pesos. Acuña informó que todos ya estaban pagados y que las infracciones no fueron cometidas por él sino que correspondieron a infracciones que tuvo el carro que le había asignado la Cámara de Representantes cuando estaba en esa corporación.
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La más reciente polémica del senador la reveló el periodista Daniel Samper Ospina, quien difundió un video en el que Acuña se ve en una fiesta aparentemente pasado de tragos y sin respetar las normas de bioseguridad. Sin embargo, se desconoce la fecha de la grabación.
"Qué decepción … estaba esperando el trencito", "Triste que los senadores sean reconocidos por sus acrobacias estrambóticas en reuniones privadas y no por su nivel de debate, actividad legislativa y control político", "Y pensar que se dan la gran vida con lo que les pagamos para legislar", son algunos comentarios que generó la publicación.