Preocupación por aumento de construcciones de madera

Jue, 24/09/2020 - 12:42
Mientras el mundo expresa su preocupación por el cambio climático, aumentan las construcciones de madera.

Aunque fue fundada en 1873 cerca de algunos de los bosques más productivos de toda América del Norte, Spokane rara vez se ha centrado en nuevos productos de madera para la construcción. Sin embargo, eso está empezando a cambiar.

En el centro de la ciudad, la Eastern Washington University se ha mudado al edificio Catalyst, una estructura de cinco pisos y 14.000 metros cuadrados y el primer gran edificio de oficinas de madera en el estado de Washington. La luz del sol entra a raudales por las grandes ventanas del edificio de 40 millones de dólares y baña las vigas de madera y los paneles de madera laminada del piso y el techo.

Construido por Katerra, una constructora con sede en Menlo Park, California, Catalyst es el edificio de “madera maciza” más nuevo de los 384 que ya existen en Estados Unidos. El primero se construyó en Montana en 2011 y, según cifras de la industria, hay 500 edificios más de este tipo en fases de proyecto o en construcción.

Los paneles de madera contralaminados utilizados para Catalyst se fabricaron en la planta automatizada de 25.000 metros cuadrados de Katerra, ubicada en las afueras de la ciudad. La planta de 150 millones de dólares es la más nueva y más grande de las nueve que existen en Estados Unidos y que fabrican paneles de madera laminada. Tres más están en desarrollo.

Tanto el edificio como la planta están a la vanguardia del mercado estadounidense con rápido crecimiento de edificios altos de madera construidos con paneles laminados, vigas y columnas de lo que la industria llama madera maciza.

Los constructores están recurriendo a la madera por su versatilidad y sostenibilidad. Importantes compañías como Google, Microsoft y Walmart han expresado su apoyo a un recurso renovable que algunos expertos creen podría desafiar al acero y el cemento como materiales predilectos para la construcción.

“Estamos haciendo grandes avances en Estados Unidos en la actualidad”, dijo Michael Green, un importante arquitecto de madera maciza de Katerra, quien radica en Vancouver, Columbia Británica, y diseñó el edificio Catalyst y muchos más en América del Norte.

La madera tiene varias ventajas sobre otros materiales de construcción —entre las que se incluye la capacidad de ayudar a frenar la alteración del clima— y eso está generando interés, dijo.

El acero y el cemento generan una proporción importante de gases de efecto invernadero durante todas las fases de su producción. En contraste, la madera almacena carbono, lo que compensa la emisión de gases de efecto invernadero.

“Los aspectos ecológicos por sí solos son atractivos”, afirmó Green. “Los paneles de madera contralaminada se ensamblan más rápido. Genera mucho menos desperdicio en el sitio de construcción”.

Katerra se promociona a sí misma como una empresa de tecnología de Silicon Valley dedicada al diseño, fabricación y construcción de edificios ecológicamente sensibles. Tiene una segunda planta en Estados Unidos y dos en India. La compañía reportó ingresos de 1700 millones de dólares el año pasado y tiene en la actualidad 4000 millones de dólares en pedidos, según ejecutivos de la compañía. El pino amarillo del sur, sembrado en los bosques de Arkansas y cortado por aserraderos locales, será convertido en paneles laminados, vigas y columnas por Structurlam Mass Timber Corp., una compañía canadiense. La madera se producirá en una acerería de 26.700 metros cuadrados en Conway, Arkansas, la cual Structurlam está convirtiendo en una planta de fabricación de madera maciza de 90 millones de dólares que empleará a 130 personas.

Otro promotor importante es Hines, una firma global de inversión, desarrollo y gestión inmobiliaria con sede en Houston. Hace cuatro años, Hines inauguró T3, un edificio de oficinas de madera contralaminada de siete pisos y 20.500 metros cuadrados en Minneapolis también diseñado por Green.

La estructura de madera costó 60 millones de dólares, entre un 5 y un 10 por ciento más que una construida con concreto y acero. Sin embargo, la facilidad y la velocidad de levantar y ensamblar las piezas fabricadas en su lugar ahorra costos en mano de obra, afirmó Steve Luthman, director ejecutivo sénior de Hines.

Además del ahorro en la mano de obra, los inquilinos se sienten atraídos a las superficies de madera en los espacios laborales. Hines vendió el edificio en 2018 por 4219 dólares el metro cuadrado, un récord para un edificio comercial de Minneapolis.

Desde entonces, la compañía ha construido un proyecto similar de oficinas de madera maciza de seis pisos y 18,580 metros cuadrados en Atlanta. También está construyendo otro edificio comercial de madera de diez pisos en el paseo marítimo de Toronto, uno de los tres que tiene planificado en esa ciudad. Además, está en varias etapas de diseño y desarrollo para edificios de oficinas de madera maciza en Denver, Nashville, Tennessee, y la zona de Raleigh-Durham en Carolina del Norte.

“Nuestra industria está muy cerca de la adopción generalizada de la madera maciza para la construcción”, aseguró Luthman.

Pero a medida que el mercado crece, también lo hacen las preocupaciones sobre la seguridad. Uno de los más grandes críticos ha sido la industria del concreto premezclado valorada en 43.000 millones de dólares, la cual produce unos 234 millones de metros cúbicos de concreto anualmente en Estados Unidos para la construcción de edificios, lo que se traduce en el 83 por ciento del total de proyectos. Temiendo que la madera tome el lugar del concreto, la asociación nacional de esa industria formó Build With Strength, un grupo de defensa que sostiene, entre otras críticas, que los edificios de madera no son seguros.

“¿No hemos aprendido nuestra lección acerca del aumento de densidad con la construcción combustible?”, preguntó Gregg Lewis, vicepresidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Concreto Premezclado. “Ya hemos visto lo que sucede cuando construimos ciudades de madera”.

Para contrarrestar las afirmaciones de que los edificios de madera maciza no son seguros, los constructores han financiado estudios científicos y colaborado con grupos de investigación universitarios para demostrar que grandes paneles y robustas vigas de soporte de madera desafiaron al fuego y se desempeñaron bien en terremotos. Los desarrolladores de madera maciza también rechazan las afirmaciones de que los edificios de madera representan una amenaza para los bosques.

Los ingenieros de Katerra afirman que el diámetro promedio de los árboles utilizados para los paneles es de 30 centímetros, es decir, el tipo de árboles pequeños que, según los silvicultores, deben ser talados en los bosques para frenar los incendios forestales.

Los ambientalistas también se sienten cómodos con la madera maciza. Estados Unidos tiene cientos de millones de hectáreas de bosque, y los paneles contralaminados no se producen utilizando árboles viejos.

Parte de la madera de la planta de Katerra en Spokane se procesa a 169 kilómetros de distancia en Lewiston, Idaho, por el Idaho Forest Group, uno de los más grandes compradores de árboles de los bosques nacionales. La compañía participa con regularidad en negociaciones con el Servicio Forestal de Estados Unidos, grupos ambientalistas y gobiernos locales para establecer límites en la cantidad de árboles que se pueden cortar en los bosques nacionales, mientras además se protegen los árboles más viejos y la vida silvestre.

Según Brad Smith, director de la Liga de Conservación de Idaho en el norte de Idaho, hay madera más que suficiente en los bosques nacionales de Idaho para satisfacer las demandas del mercado de madera maciza.

“Estamos dentro del límite de ese y otros bosques nacionales aquí”, afirmó. “Si los aserraderos se mantienen por debajo de esos límites, pueden cortar para proveer a los edificios de madera maciza o cualquier otra cosa que deseen”. El edificio Catalyst en Spokane, Washington, el cual alberga a la Eastern Washington University y es el primer gran edificio de oficinas de madera en el estado, el 9 de septiembre de 2020. (Rajah Bose/The New York Times) La planta Katerra de 150 millones de dólares, la cual fabrica los paneles, vigas y columnas de madera laminada que la industria llama madera maciza, en las afueras de Spokane, Washington, el 9 de septiembre de 2020. (Rajah Bose/The New York Times)

El edificio Catalyst en Spokane, Washington, el cual alberga a la Eastern Washington University y es el primer gran edificio de oficinas de madera en el estado, el 9 de septiembre de 2020. (Rajah Bose/The New York Times)

La planta Katerra de 150 millones de dólares, la cual fabrica los paneles, vigas y columnas de madera laminada que la industria llama madera maciza, en las afueras de Spokane, Washington, el 9 de septiembre de 2020. (Rajah Bose/The New York Times)

Por: Keith Schneider

Creado Por
The New York Times
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