Por: Anthony de Mello, S.J.
1. Engaño
“¿Cómo podemos distinguir entre el verdadero y el falso místico?”, preguntaron unos
discípulos desmedidamente interesados por lo misterioso y oculto.
“¿Cómo podéis distinguir entre el que duerme de verdad y el que finge dormir?”, replicó
el Maestro.
“No hay manera de distinguirlos. Sólo el durmiente sabe cuándo está fingiendo”, dijeron
los discípulos.
El Maestro sonrió.
Más tarde dijo: “El que finge dormir puede engañar a otros, pero no a sí mismo. Desgraciadamente, el falso místico puede engañar tanto a los demás como sí mismo”.
2. Evasión
Un visitante refería la historia de un santo que quería ir a visitar a un amigo suyo que
estaba agonizando; pero, como le daba miedo viajar de noche, le dijo al sol: “En el
Nombre de Dios te ordeno que permanezcas en el cielo hasta que llegue yo a la aldea
donde mi amigo agoniza”. Y el sol se detuvo en el cielo hasta que el santo llegó a dicha
aldea.
El Maestro sonrió y dijo: “¿No habría sido mejor que el santo hubiera vencido su miedo
a viajar de noche?”
3. Fantasía
“¿Cuál es el mayor enemigo de la Iluminación?”
“El miedo”.
“¿Y de dónde proviene el miedo?”
“Del engaño”
“¿Y en qué consiste el engaño?”
“En pensar que las flores que hay a tu alrededor son serpientes venenosas”
“¿Cómo puedo yo alcanzar la Iluminación?”
“Abre los ojos y ve”
“¿Qué es lo que debo ver?”
“Que no hay una sola serpiente a tu alrededor”
“¿Quién puede hacer que amanezca?” en la voz del Terapeuta y Coach de Vida Armando Martí© (una adaptación del libro ¿Quién puede hacer que amanezca, de Anthony de Mello, S.J.), para la sección Konciencia de KienyKe.com. Escúchalo, disfrútalo y compártelo:
4. Profundidad
Le dijo el Maestro al hombre de negocios: “Del mismo modo que el pez perece en tierra firme, así también pereces tú cuando te dejas enredar en el mundo. El pez necesita volver al agua … y tú necesitas volver a la soledad”.
El hombre de negocios no salía de su asombro. “¿Debo, pues, renunciar a mis negocios e ingresar a un monasterio?”
“No, nada de eso. Sigue con tus negocios y entra en tu corazón”.
5. Interioridad
El discípulo quería un sabio consejo.
“Ve, siéntate en la celda, y tu celda te enseñará la sabiduría”, le dijo el Maestro.
“Pero, si yo no tengo ninguna celda … Si yo no soy monje”
“Naturalmente que tienes una celda. Mira dentro de ti”.
6. Grandeza:
“Lo malo de este mundo”, dijo el Maestro tras suspirar hondamente, “es que los seres humanos se resisten a crecer”.
“¿Cuándo puede decirse de una persona que ha crecido?”, preguntó un discípulo.
“El día en que no haga falta mentirle acerca de nada en absoluto”.
7. Iluminación
El Maestro era partidario tanto del aprendizaje como de la sabiduría.
“El aprendizaje”, contestó cuando los discípulos le preguntaron, “se adquiere leyendo libros o asistiendo a conferencias”.
“¿Y la sabiduría?”
“Leyendo el libro que cada uno es”
Y como si se le ocurriera de pronto, añadió: “Claro que no es una tarea fácil en absoluto, porque cada minuto del día supone una nueva edición del libro …”.