La opinión pública americana ha estado agitada durante las últimas tres semanas en virtud de uno de los hechos capitales para la democracia del hemisferio como para que Francia Márquez, vicepresidente de Colombia y ministra de la igualdad, salga a decir que ella no sabe quién ganó en los comicios presidenciales porque no vive allá.
A estas alturas de la Administración por Sobresaltos nadie duda de las pocas
capacidades que tienen tanto Petro como Márquez para liderar los grandes intereses nacionales y que llegaron a sus cargos únicamente para “vivir sabroso”, en palabras de la misma Francia.
Por eso, a nadie toma por sorpresa la respuesta que ha dado en entrevista para “W Radio” porque sabemos igualmente que Francia es la versión femenina más elevada que tiene el petrismo. Así como lo demostró en su paseo (no viaje) oficial por África, Francia ha dado lo mejor que nos puede ofrecer en materia de asuntos hemisféricos y democracia.
¡Esa es Francia!, la segunda de a bordo de Petro y quien podría reemplazarlo ante cualquier falta absoluta ¡Dios cuide al hombre del M-19! ahora que encontró, en unas supuestas amenazas, el mejor de los pretextos para llegar tarde o incumplir sus compromisos oficiales. Petro siempre tendrá una excusa para todo y nunca la grandeza para asumir la responsabilidad de nada.
Ahora, la respuesta de Francia también pone al descubierto que “el cambio” suponía que sí criticaban al gobierno del presidente Duque por tener funcionarios inexpertos e ignorantes, todos los funcionarios de la Administración por Sobresaltos, sin excepción alguna, deberían tener un perfil totalmente opuesto al de Petro y al de la misma Francia Márquez.
Pero, volviendo a Francia y su visión de lo que pasa en Venezuela, es una vergüenza que no condene, por ejemplo, que la entrega de actas que hizo el Consejo Nacional Electoral-CNE al Tribunal Supremo de Justicia sea un acto de fe como como lo exigía Maduro, hace un par de días, y no un acto transparencia digno de verificación internacional tal como lo sugiere el más reciente informe preliminar de la ONU en esta materia.
El 05 de agosto, TELESUR tituló así la noticia: “CNE de Venezuela entrega al Tribunal Supremo de Justicia las actas de elecciones presidenciales” y a renglón seguido añadió: “Fueron entregadas las actas de escrutinios, las actas de totalización definitiva, adjudicación, proclamación y las pruebas del ataque cibernético.
La presidenta del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Caryslia Beatriz Rodríguez Rodríguez, presidió el acto de entrega de los documentos solicitados al Consejo Nacional Electoral (CNE) el pasado 2 de agosto, cuando esa instancia pidió consignar en un plazo de tres días las actas de escrutinio y totalización de las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio.
El presidente del CNE, Elvis Amoroso, junto a los rectores del ente, consignó ante la Sala Electoral del TSJ las actas de escrutinios, el acta de totalización definitiva, el acta de adjudicación, el acta de proclamación y las pruebas del ataque cibernético contra la institución que dirige”.
Incomoda también que no tenga una palabra para cuestionar la respuesta que ha dado Maduro ante una eventual negociación con la oposición resaltando que: “Yo creo que el único que tiene que negociar en este país con la Machado es el fiscal general, que se entregue a la justicia y dé la cara, que responda por los crímenes que cometió, de verdad es la única negociación que cabe aquí”.
Como ministra de la igualdad y una de las voceras más autorizadas del feminismo, Francia no condena la persecución política y el constante hostigamiento contra María Corina Machado como de seguro lo haría si el régimen fuese etiquetado como de derechas; es el mismo silencio hipócrita que guarda en el caso de violencia que recae contra el presidente Alberto Fernández en Argentina. Dejando en claro que el feminismo solo es un arma de combate contra los gobiernos o sectores liberales-conservadores; es
decir que, la agresión contra las mujeres no resulta un acto de violencia si proviene por hombres que se autoproclaman como “progresistas”, es el caso del embajador colombiano Armando Benedetti.
Francia no ha podido entender (ni lo entenderá) que su cargo va más allá del “vivir sabroso” con el dinero de los colombianos y que su posición en el servicio público, la convierte en una voz que debería promover el respeto por el imperio de la ley, la democracia, las instituciones y la transparencia como garantes genuinos de la estabilidad y la paz en todo el continente.
Solo tengo para decirle a Francia que en un mundo como el de hoy, no se necesita vivir en ese país para saber lo que viene sucediendo. Basta únicamente con leer un par de periódicos y tener la vocación de estar informándose constantemente (por diferentes medios de comunicación incluso en swahili) de lo que afecta directamente la gestión de su cargo público.
Como todos “los progresistas”, Francia no se iría a vivir a Venezuela, Cuba o Nicaragua porque así no lea, sabe -por otras voces- que allá es imposible “vivir sabroso” sobre todo si es mujer.
Adenda: ¿Sabrá Francia Márquez que Mauro Vieira se reunirá hoy con Luis Gilberto Murillo a efectos de lanzar una propuesta bilateral para superar la crisis venezolana?
