El Miami Herald resaltó la noticia en una página interior: el soldado de primera clase Juan Sebastián Restrepo perdió la vida en una emboscada en la que recibió un impacto de bala que le atravesó la garganta. “Al verlo herido de muerte, su compañero Brendam O´Byrne le agarró la cabeza y le dijo: “I love you, man”. Restrepo falleció unos segundos después en el helicóptero que lo transportaba a un hospital.
Esto ocurrió el 22 de julio de 2007 en el valle de Korengal, en Afganistán, en plena guerra contra los Talibanes y en una situación bastante complicada: veinte soldados debían sobrevivir en una precaria y vulnerable construcción montañosa sin agua potable, electricidad o internet. Estaban en uno de los resguardos de los líderes talibanes, alejados de bases militares de la coalición de la ONU.
Dos años después, el presidente Barack Obama recibía la noticia de su Premio Nobel de Paz por sus esfuerzos diplomáticos en pro del desarme nuclear y la consecución de un proceso de paz en Oriente Medio. Tres semanas después, anunció el envió de un pelotón de 35 mil hombres a Afganistán, pues estaban perdiendo terreno y todavía se lograba el objetivo primordial: capturar o dar de baja a Osama Ben Laden.
El filme centra su crónica en la vida de los hombres que dedican su labor al servicio de su país, desde el despliegue de su trabajo de acción, hasta la espera del tiempo de regreso a sus hogares.
Restrepo se hizo célebre por el documental que hizo Tim Hetherington y Sebastian Junger en el 2010 sobre la experiencia de los soldados norteamericanos en la Guerra de Afganistán. El filme muestra la contracara del conflicto, las consecuencias trágicas de la guerra. Fue presentado en el Festival de Cine de Sundance, en el que ganó el Gran Premio del Jurado en la categoría documental.
Pero, ¿cómo llegó un colombiano a pelear con el ejército estadounidense y convertirse en héroe nacional?
Juan Sebastian nació el 7 de octubre de 1984 en Neiva, donde su papá, el médico Gerardo Restrepo, hacía el internado. Según la revista Semana, se crió en Bogotá y luego en Florida, a donde su mamá viajó por una oferta laboral después de que el matrimonio se separó. El Miami Herald contaba en su historia que “Quienes lo conocían recuerdan que desde muy pequeño mostró ser organizado y disciplinado […] estaba dispuesto a ayudar a los demás, como aquella vez que vio a un desconocido varado por gasolina en la orilla de la carretera y se detuvo para darle dinero”.
Cuando se graduó del colegio quería enrolarse en el ejército estadounidense. Pero para ese momento tenía 17 años y necesitaba el permiso de sus padres, quien no se lo dio. Decidió estudiar enfermería seis meses en Miami y viajó a Colombia, donde intentó ser futbolista profesional y tomó clases de guitarra y violín. Al siguiente años regresó a Estados Unidos y se unión a sus Fuerzas Armadas. Decidió entrenarse como paramédico, por lo que recibió el apodo de ‘Doc’, cuenta Semana.
Cuando Marcela, su mamá, se enteró que lo habían enviado a Afganistán y no a Irak, se sintió aliviada y tranquila.
Antes de viajar al lejano Oriente vino a Colombia para despedirse de su familia y de paso conocer a su hija que tuvo con un amorío fugaz en Bogotá. “Al llegar a Korangal le contó a su mamá que los paisajes eran parecidos a los La Plancha, la finca de su abuelo en Santander”. Pero la situación se fue haciendo dramática al punto de ser crítica e insostenible, estuvo dos meses soportando los ataques de las milicias talibanas y dando apoyo a sus compañeros.
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Muestra la evidente esterilidad de la invasión a Afganistán por Estados Unidos, así como el daño irreparable a los habitantes de ese lugar que sufrieron por el simple hecho de estar ahí.
Un día después de su muerte, el 23 de julio del 2009 un soldado y un capellán llegaron a la casa de su mamá, quien al verlos supo de inmediato la terrible noticia.
Restrepo fue enterrado en Colombia, recibió condecoraciones y el sueño de la ciudadanía norteamericana, póstuma, eso sí.
Tim Hetherington contó que en un comienzo el nombre de ‘Restrepo’ para la película no les gustaba, pero a medida que el trabajo de edición avanzaba le pareció que el nombre era un reconocimiento de un vida dedicada a servir a los demás y mostrar lo inútil de una guerra. David Edelstein, del New York Magazine opinión que “la película es una pesadilla casi implacable. Incluso las entrevistas tomadas a los sobrevivientes de la guerra causan temor”.
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Mié, 04/09/2013 - 00:44
El Miami Herald resaltó la noticia en una página interior: el soldado de primera clase Juan Sebastián Restrepo perdió la vida en una emboscada en la que recibió un impacto de bala que le