Los drones están de moda. Una primera clase de drones son los aparatos de guerra, dedicados a tareas de espionaje y a operaciones militares, que recientemente están en el centro del debate. En Pakistán, uno de cada tres asesinados por drones era civil. Por otro lado están los nuevos drones, más caseros, sin armas integradas pero que se pueden usar para el espionaje. Cualquier persona sin mayor problema, puede comprar uno de esos artefactos para su beneficio personal. Cedemos nuestra privacidad y seguimos el mandamiento de nuestro Gran Hermano. Espiaos los unos a los otros, como yo os he espiado...
Colombia anunció la adquisición de drones israelíes y el Washington Post publicó este mes un informe en el que asegura que los Estados Unidos podrían regalarnos algunos de sus aparaticos para librar nuestra lucha contra el narcotráfico, y su lucha contra el terrorismo. El problema no es por esa tecnología, sino por el uso que se le da.
En mayo de este año el New York Times publicó un extenso reportaje en el que se revela que Barack Obama actúa como un señor de la muerte. Le presentan un listado con terroristas que representan una amenaza, el mismo en persona revisa la información y si le parece, o le da la gana, da la orden de ejecución. Esa especie de asesinato selectivo es un avance de su política de "guerra preventiva". Obama decide quien vive y quien muere. Sí el buscado terrorista es hallado en zona de civiles, no importa, todos son asesinados y todos presentados como terroristas.
Se le ha llamado la guerra secreta de Obama. Secreta porque se "libra" en países donde Estados Unidos no está en guerra oficialmente. En Afganistán, Pakistán, Somalia, Yemen y Siria han aumentado los ataques con drones, sin que la comunidad internacional reaccione. Porque la comunidad internacional son ellos mismos, los Estados Unidos. Cuando hay muertos estadounidenses (por la razón que sea, ataques terroristas, guerras, tiroteos en escuelas...), todos nos enlutamos. La comunidad internacional llora. Pero ¿qué hay con los más de 200 niños pakistaníes que han muerto por los drones y han sido enterrados en fosas comunes porque quedan destrozados e irreconocibles? ¿Acaso a alguien le importa la vida de los niños pakistaníes? Es más, ¿qué es Pakistán y donde carajos queda?
A nadie le importa. Como a nadie en el mundo le importan nuestros muertos. Sólo las vidas europeas y gringas son valiosas, los demás valemos nada, y de eso está convencida la comunidad internacional. Incluidos nosotros.
Según un reportaje de Rolling Stone en tres años Obama ha aprobado personalmente 268 ataques con drones, cinco veces más que los aprobados por Bush en ocho años. Sólo en Pakistán los drones llevan más de 3.000 muertos, un tercio de ellos, civiles. Para Amnistía Internacional estos drones facilitan las ejecuciones extrajududiciales, pues las personas son muertas aún sin cometer delito y sin ningún trámite judicial. Sí Estados Unidos quiere, bien puede hacerlo.
Por otro lado, la moda de los drones se está imponiendo. Podemos adquirir un hermoso drone equipado con cámara, control remoto y localizador GPS. Es una moda que apenas empieza y el tema de la privacidad cobra importancia. ¿Por qué no hay controles para las compras de este tipo de elementos? Porque la tecnología avanza más rápido que la ley.
Ya pronto tendremos la libertad de espiar a nuestros vecinos, o la opresión de ser espiados por ellos, los organismos de seguridad podrán hacer sus tareas más fácilmente, nuestra vida será más pública que nunca.
Tal auge han tenido estos aparaticos que parecen juguetes de control remoto, que ahora tienen red social propia. Dronestagram es una plataforma para que los dueños de los drones puedan subir a internet las imágenes que sus avioncitos toman desde el aire. Por ahora muy inocente el asunto, ¿no?
Pero no todo es malo. ¿Qué sucederá cuando Estados Unidos en su infinita generosidad nos regale algunos de sus 19.000 avioncitos equipados con misiles? Pues seremos más productivos en falsos positivos. Nuestros niños y jóvenes campesinos no tendrán que preocuparse por las intervenciones de contingentes armados, de ahora en adelante una bella nave alada, cuál ángel de la muerte dispondrá de sus vidas. Sin mucho ruido, sin testigos. Se acabarán las infames acusaciones contra nuestros militares y nuestro glorioso ejército recuperará la honra perdida. Se acabarán los bochornosos procesos judiciales que sólo empañaban el buen nombre de algunos héroes e impedían su ascenso a generales. Eso será cuestión del pasado. Ahora tendremos más falsos positivos y más generales.
Sí Colombia no tiene una ley apta para el conflicto que enfrenta, no tendrá una legislatura adecuada para los drones. Más impunidad en pro de la seguridad. Y por el módico precio de nuestra privacidad.
Más información: http://www.livingunderdrones.org/
La guerra de los drones llega a Colombia
Vie, 02/08/2013 - 03:44
Los drones están de moda. Una primera clase de drones son los aparatos de guerra, dedicados a tareas de espionaje y a operaciones militares, que recientemente están en el centro del debate. En Pakis