Cada dos años sale a flote el fruto de muchas horas de esfuerzo, días de trasnocho, y por supuesto, momentos de tensión tras ensayos y ensayos para que todo salga bien. El próximo lunes 5 de marzo, se abrirá el telón y se dará inicio a la tercera edición del Festival Nacional de Teatro Carcelario, un evento que reúne a los reclusos de seis cárceles de diferentes partes del país con el fin de que puedan dar y expresar lo mejor de sí en donde se debe, las tablas.
Este festival que despierta las mejores sensaciones en los asistentes, población carcelaria y el gremio actoral inició en 2014 y se da cada dos años para que coincida con el Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá, el premio que tendrá la obra ganadora será justamente ese, compartir escenario con los mejores actores en uno de los eventos más importantes para los amantes del teatro.
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El proyecto es liderado por la Fundación Acción Interna, fundada y dirigida por la actriz y empresaria Johana Bahamón. Esta caleña que ha actuado en grandes producciones como: "La viuda de la mafia", "Historias clasificadas", "Tres Milagros", entre otras, tuvo su primer gran acercamiento con las reclusas gracias a un personaje que estaba interpretando en televisión y por el que la invitaron a visitar la cárcel El Buen Pastor en la ciudad de Bogotá.
"Todos sabemos de la realidad de nuestras cárceles. Todos los días se ven noticias sobre ellas, pero una cosa es verlo y otra muy diferente es vivirlo, conocer el espacio, los seres humanos que están allá adentro y sus historias. Desde ese día, fue imposible para mí ser indiferente a esa realidad que había acabado de conocer", afirma Johana mientras revuelve lentamente una taza de café.
En un mundo donde muchos sienten compasión por determinadas situaciones, pero en el que pocos deciden emprender acciones, esta actriz de 35 años, decidió dedicar casi que su vida para brindar esa oportunidad a una población tan estigmatizada con unas ganas enormes de salir adelante.
De inmediato, dio los primeros pasos para la creación de su fundación que está en funcionamiento desde 2013, pocos meses después de vivir aquella experiencia en la cárcel El Buen Pastor. Cinco años más tarde, asegura con orgullo que gracias a este proyecto han podido trabajar con más de 30.000 reclusos en 27 cárceles del país, en las que son esenciales tres lineas de acción: crecimiento interno (apoyo a nivel personal), arte interna (resocialización por medio de la cultura) y trabajo interno (productividad).
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"Trabajar con ellos es absolutamente motivador y gratificante. Son personas que realmente valoran una oportunidad, un programa, taller o capacitación. Son personas responsables, disciplinadas y muy agradecidas con los profesores y directores, ellos saben que ir a una cárcel no es nada fácil".
El teatro es la excusa perfecta para lograr ese trasfondo que Johana pretende: crear un espacio de reflexión y reconciliación entre la población civil y carcelaria.
"Los espacios de perdón y reconciliación son necesarios para la desestigmatización".