La pintura 'Pedrito a caballo' de Fernando Botero, es una obra de gran significado personal para el artista. Fue pintada en 1974, un año después de la muerte de su hijo Pedrito, de tan solo cuatro años.
En la pintura, Pedrito aparece montado en un caballo de juguete, vestido con un uniforme de bombero. El niño tiene un rostro serio y melancólico, y sus ojos miran hacia el vacío. El caballo es grande y voluminoso, como es habitual en el estilo de Botero.
La pintura se ha interpretado como un homenaje a Pedrito y a su amor por los caballos. También se ha visto como una expresión del dolor y la pérdida del artista.
La pintura se encuentra actualmente en la colección del Museo de Antioquia, en Medellín, Colombia. Es una de las obras más populares de Botero, y es visitada por miles de personas cada año.