En el mundo del deporte una jugada puede llegar a cambiar la historia de muchas personas, incluidos quienes están afuera y le invierten dinero a cada movimiento. Analizar pronósticos, ver juegos y hacer tablas de estadística son actividades cotidianas en el trabajo de los apostadores. Con eso disminuyen un poco las posibilidades de perder su inversión.
Los apostadores deportivos profesionales no abundan en Colombia. No se encuentran en cada esquina o en las facultades de las universidades. Sin embargo, un buen número de personas —principalmente hombres— se ganan la vida haciendo apuestas en diferentes deportes.
Normalmente se dice de ellos que son vagos, buenos para nada o que gastan su dinero en apuestas en un intento de pescar fortunas partido a partido. La realidad indica que un apostador debe estar muy preparado si quiere sobrevivir en ese mundo. No es apostar por apostar: requiere análisis, tiempo y, bueno, una pizca de suerte.
Este oficio ha evolucionado en los últimos diez años. La llegada de las casas de apuestas deportivas por internet revolucionó este negocio, que antes se reducía a apostadores reunidos presencialmente en billares, casinos, casas de apuestas y hasta estadios para cuadrar sus pronósticos. Ahora, a la distancia de un clic, cualquier persona puede apostar por un partido que se esté jugando en cualquier parte del mundo. RoiBet, un apostador profesional colombiano, describe esto como una “apuesta sin pasaporte”.
“Usted puede apostarle a cualquier equipo en cualquier liga, al mismo Deportivo Tapitas de Andorra. El dilema es que seguir una liga lejana es más complicado que hacer un análisis de las ligas más populares del mundo y puede perder la plata más fácilmente”, explicó.
RoiBet es dueño de uno de los canales de apuestas de Telegram con más seguidores, 77 mil para ser exactos. El 99% de ellos son apostadores menos experimentados que siguen sus recomendaciones para hacer sus apuestas. Ser un tipster con tan buen historial le permitió crear un canal privado en el que comparte las mejores apuestas con quienes paguen una especie de mensualidad o suscripción por sus indicaciones. Si paga una cuota de aproximadamente 100 mil pesos, un apostador novato que quiera adentrarse en el mundo de los pronósticos puede ir un poco más a la fija con sus apuestas gracias a los consejos de este gurú.
“Es hasta esclavizante. Uno se despierta y ya tiene mil mensajes, todo el día se la pasa respondiendo, haciendo cuentas, viendo partidos, completando tablas, viendo si ganó o perdió y, al final de la noche, el teléfono sigue lleno de notificaciones. Eso sí, tiene su gusto y más cuando a uno le pagan por dar los pronósticos”, dijo RoiBet.
Este apostador contó que el tema financiero es el factor que lo llevó a convertir las apuestas en su profesión. Estudió finanzas y comercio exterior, pero después de pasar por algunas empresas y no quedar satisfecho con lo que hacía y con la remuneración que recibía, decidió meterse poco a poco en las apuestas deportivas, un oficio que paga muy bien a los mejores tipsters.
“En un fin de semana bueno, en una fecha FIFA o de ligas de Europa he llegado a hacerme unos 4 o 5 millones de pesos, pero no es el promedio. Normalmente son ingresos entre 2 y 3 millones semanales, haciendo varias apuestas con cuotas bajitas, que dejen medio millón por cada millón apostado”.
Las cuotas, básicamente, son un número que indica la cantidad por la que se multiplicará una apuesta, la cual es mayor o menor en función de las probabilidades de éxito y del nivel de dificultad del pronóstico.
Si llegase a jugar el Real Madrid con un equipo de la segunda división de Colombia, la cuota para la victoria del equipo español sería algo así como 1.05 —es decir, nada—. En cambio, si el Madrid juega con el Barca, la cuota estaría en un promedio de 2.25: si alguien apuesta un millón, podría recibir ese millón de vuelta y un millón doscientos mil pesos más.
Eso sí, para llegar a hacer apuestas por ese monto y no quebrar en el intento, hay que haber hecho muchas apuestas por pequeños valores para tomar experiencia y conseguir un capital para apostar.
“Así como se gana también se pierde. Yo he llegado a perder lo de una semana por un gol, un tiro de esquina o una tarjeta que no estaba dentro de mi pronóstico. Para hacer apuestas gordas comencé de a diez mil pesos, luego 100 mil, ya en un punto más estable de 500 mil y así. Pero sí es de mucho análisis si uno no quiere quedar peor que como inició”.
Es clave señalar que, de algunos años a la actualidad, las casas de apuestas se fueron posicionando poco a poco como parte de la dinámica de patrocinios de los clubes deportivos y también ganaron terreno como una opción de entretenimiento en todo el mundo.
De acuerdo con cifras de Strendus, actualmente el 80% de las apuestas deportivas se desarrollan en dispositivos móviles. En la mayoría de países de Latinoamérica hasta un 40% se efectúan todavía en computadoras de escritorio.
El auge de las apuestas deportivas en Colombia inició en mayo de 2016, cuando el Gobierno colombiano (a través de Coljuegos) reguló por completo el mercado de las apuestas por Internet en el país.
Dicha norma obliga a garantizar el pago de los premios a los apostantes, a presentar un plan de juegos estructurados y a tener una póliza de riesgo para que, en el eventual caso de sufrir percances financieros, el apostante quede asegurado. Colombia fue pionera en América Latina en disponer de una legislación al respecto de las apuestas en línea.
Gracias a esa regulación empezaron a proliferar empresas de empresas deportivas, atraídas por la posibilidad de prosperar. Hoy en día, rondan la veintena. Algunas son multinacionales o tienen presencia en otros países americanos o europeos y otras son propias de Colombia.
Ante ese panorama cargado de dinero e inestabilidad, ¿se le mediría a convertirse en tipster?