Llega una nueva final de Copa América y los combinados de Argentina y Brasil se ven las caras una vez más en un compromiso que tiene bastante historia. Fue en el año 1937 cuando ambos combinados se midieron por primera vez en esta instancia, dejando un encuentro que dio de qué hablar por varios días.
Primero, es importante recordar que en aquella época no se jugaban fases finales en el Campeonato Sudamericano, pues para definir el ganador de cada certamen se utilizaba el sistema de ‘todos contra todos’, donde el líder del grupo se coronaba campeón del torneo.
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Así las cosas, la Selección Argentina inició su curso en una nueva edición de Copa América buscando su quinto título, luego de que hubiera sido la vencedora en 1916, 1921, 1925 y 1929.
En esta ocasión, la ‘albiceleste’ actuaba en condición de local y la sede que había sido elegida por los organizadores para celebrar el certamen fue el Viejo Gasómetro, estadio perteneciente al club San Lorenzo.
Con el paso de cinco jornadas, los indiscutibles favoritos eran Brasil y Argentina. Por su parte, el elenco ‘carioca’ llegó a la última fecha habiendo doblegado a cada uno de sus rivales previamente, sumando así 8 unidades y siendo líder.
La albiceleste, por su parte, había perdido la oportunidad igualar en puntos a Brasil tras caer derrotada ante Uruguay 3 por 2. Sin embargo, los ‘gauchos’ aún tenían posibilidades de alcanzar a la ‘verde-amarela’ en lo más alto de la tabla, pues el último encuentro de la Copa América era entre ambos conjuntos.
Con una anotación del delantero, Enrique "Chueco" García, Argentina superó a la ‘canarinha’ por la mínima diferencia. Ante este panorama, el Campeonato Sudamericano se iba a su tercera final en la historia, pues en aquel momento no existía otro método de desempate que un nuevo partido entre los equipos igualados.
El 1 de febrero de 1937, brasileños y argentinos se citaron nuevamente en un Viejo Gasómetro abarrotado de hinchas, sin pensar que tendrían que terminar el partido hasta el siguiente día. Rodó el balón en suelo porteño y los trastazos entre jugadores no dieron espera.
“Los golpes volaron en todas direcciones. El campo de juego de Sportivo Barracas fue inmenso ring de lucha libre. El más desaforado fue el brasileño Pamplona. Cuando la situación pareció componerse, el defensor Helcio golpeó en la espalda a Cerrotti. Nuevamente el caos. Pasada casi media hora, el árbitro uruguayo Manuel Chaparro continuó el partido sin expulsados”, narró Carlos Aira en su libro Héroes de Tiento.
A pesar de todos los inconvenientes, el juez Aníbal Tejada no pensaba aplazar el compromiso y, cerca de la 1 de la madrugada, dio inicio al tiempo suplementario tras el empate 0 por 0.
La prórroga le bastó a la Selección Argentina para sentenciar la gran final de Copa América con un doblete de Vicente "Capote" De la Mata, quien había sido sustituido en el último encuentro ante Uruguay.
El propio De la Mata comentó que “cuando me sacaron con los uruguayos, me desmoralicé. Sudado, me quedé a ver el segundo tiempo. Me enfermé, no sé si de enfermedad o de amargura. Ahora hice los goles, pero yo quería jugar más, y no jugué”.
De todas maneras, el árbitro final sonó su silbato sobre las 2 de la mañana y toda Argentina celebró el título del Campeonato Sudamericano con múltiples antorchas encendidas que aclamaron al nuevo campeón continental.