Cuando las empresas ingresan en una comunidad, asumen una responsabilidad tanto con las personas como con su entorno. Para cumplir con las metas trazadas, es necesario establecer un horizonte que permita dimensionar los objetivos y crear planes y estrategias para alcanzarlos. Un ejemplo claro es el de los Centros de Proyección Social de la Universidad Santo Tomás, que le permitieron a la institución ser reconocida como una de las 22 Empresas Inspiradoras de Colombia.
En diálogo con kienyke.com, el decano de la facultad de Mercadeo de la Universidad Santo Tomás, Humberto Martínez, explicó los desafíos que tiene la Institución al ser reconocida como una empresa inspiradora, mérito alcanzado gracias al arduo trabajo desarrollado por las facultades. “Nos reta a que hagamos cosas mucho más grandes, más fuertes y de un contenido más alto en bien de las personas, las sociedades, el país y el mundo”, precisó.
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Desde su creación, la Universidad Santo Tomás se ha interesado por aportar a la construcción de país, pues a través de la academia se da la posibilidad de tomar decisiones y hacer cambios positivos en las comunidades. “La academia siempre ha estado en su papel de formar. Pero en las últimas décadas se ha demostrado que deben estar más hacia la parte de aportar”, explicó el Decano.
Con el objetivo de aportar a la sociedad y demostrar que no es ajena a las realidades del país, la Universidad cuenta con unidades de Proyección Social ubicadas en zonas vulnerables de Colombia. A través de estos espacios la comunidad ‘tomasina’ logra “comprender las posibles necesidades que puede llegar a tener un ciudadano (…) y crear posibles soluciones”, declaró Humberto Martínez.
Todas las facultades de la Universidad Santo Tomás buscan contribuir a la sociedad con proyectos de impacto, por eso el programa de Mercadeo de la Universidad ha enfocado sus esfuerzos a este objetivo, mediante una propuesta con la cual los estudiantes, a través de sus prácticas profesionales tienen la oportunidad de aportar a una solución de problemas de mercadeo y dar resultados que repercutan en la construcción de pequeñas y medianas empresas.
De acuerdo con el decano de la facultad “en mercadeo se revisa cuáles son las necesidades reales que se tienen (…) ir a la raíz del problema y en seis meses lograr que el estudiante por medio de su práctica y guiado por tutores y por mí, pueda entregar soluciones a estos empresarios”. Gracias a esta experiencia los estudiantes pueden apropiarse y sentirse parte de ese proyecto al asumir con compromiso y emotividad los desafíos y resultados que surjan.
Con esta iniciativa que fue construida paso a paso en la Universidad, los ‘tomasinos’ brindan servicios que se venden generalmente en el mercado, de manera gratuita, por lo que cuando finaliza su participación en esa comunidad y se obtienen los resultados esperados, lo primero que escuchan es una promesa de seguir trabajando en pro de los emprendimientos desarrollados en estas comunidades, así lo explica Humberto Martínez, “lo más bonito es cuándo nos dicen, ¿con qué seguimos?”.
