En medio de un torbellino de acusaciones y revelaciones, Laura Sarabia, actual directora del Departamento Administrativo de Presidencia (Dapre) bajo la administración del presidente Gustavo Petro, ha salido al frente para defender su integridad y la de su familia. Sarabia, conocida como la mano derecha del presidente Petro, se enfrenta a señalamientos que vinculan a su hermano, Andrés Sarabia, con presuntas redes de corrupción y tráfico de influencias en el gobierno colombiano.
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Las acusaciones, según Sarabia, son meras "canalladas" difundidas a través de cadenas de WhatsApp, desacreditando así cualquier insinuación sobre su conducta profesional. En un comunicado en redes sociales, la directora del Dapre enfatizó que su trabajo se ha guiado siempre por la honestidad y la transparencia, desafiando a quienes promueven "oscuros y corruptos intereses" a presentar pruebas concretas.
Previo a su ingreso al Gobierno el año pasado, Sarabia asegura haber renunciado a cualquier vínculo con la empresa ALA Consulting S.A.S, mencionada en los informes de diversos medios colombianos. Estos reportes sugieren que la firma, creada en 2023 con aportes significativos de Sarabia y su hermano Andrés, podría haber sido utilizada para facilitar contratos públicos en beneficio de terceros.
La controversia se intensificó con las revelaciones de la periodista María Jimena Duzán, quien detalló un crecimiento exponencial en los ingresos y la influencia de Andrés Sarabia desde su incursión en el sector empresarial. Duzán describe a Sarabia como un hábil lobista, capaz de navegar entre las esferas del poder y los negocios con aparente facilidad, aprovechando su conexión familiar con Laura Sarabia para acceder a dependencias estatales.
El escándalo también salpica a Jaime Ramírez y Daniela Valencia, mencionados en los informes como parte de una red que habría manipulado contratos públicos y relaciones entre el Congreso y la Presidencia, según las investigaciones periodísticas.
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Por ahora, Laura Sarabia mantiene su postura de enfrentar las acusaciones con determinación, mientras los medios colombianos continúan investigando las conexiones y actividades de su entorno cercano. La controversia pone a prueba la administración de Gustavo Petro, quien ha enfrentado críticas por la gestión y la integridad de sus colaboradores más cercanos.