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Las ventas del sector inmobiliario en Panamá cayeron entre un 80 % y un 90 % en abril por cuenta del COVID-19, indicó este martes Frank Morrice Arias, presidente de la Asociación de Bienes Raíces (Acobir) del país centroamericano.
El líder gremial también resaltó que, debido a la pandemia, muchas obras fueron paralizadas lo que llevaría a un “incremento” en los costos asociados a las construcciones, que a su vez podría aumentar el precio final de los inmuebles.
“Es muy probable que los promotores vayan a tener que traspasarlos (los costos) al consumidor”, dijo Morrice en entrevista con la Televisora Nacional de Panamá.
El experto añadió que en el área centro, este y oeste de Panamá hay, aproximadamente 24 mil inmuebles en inventario y de ese inventario, alrededor del 40 % está disponible para ocupación. Hay, según explicó Morrice, un exceso de inventario.
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“De marzo a abril (de 2020), en la data del Registro Público las transacciones se redujeron como un 90 %. Claramente se ve que ese flujo de transacciones, ya sea compraventa o arrendamiento, ha disminuido considerablemente”, afirmó Morrice.
El líder gremial explicó, además, que en los últimos años la demanda inmobiliaria ha disminuido considerablemente en Panamá debido a que la expansión del Canal culminó y a que muchos países de América Latina fueron golpeados financieramente, entre otros factores.
A pesar de la disminución de la demanda, la oferta siguió creciendo y ahora la crisis se juntó con la pandemia del Covid-19. “Ahora mismo, con la situación que tenemos en el plano residencial, estimamos aproximadamente 24 mil unidades con una baja demanda”, sostuvo Morrice.
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Para afrontar la crisis actual, el gremio inmobiliario y el Gobierno de Panamá crearon mesas de trabajo para discutir y proponer nuevas leyes. Las empresas constructoras han sugerido al Gobierno que incorpore el beneficio del interés preferencial al mercado secundario y no solo al mercado primario o propiedades nuevas.