Unos 200 migrantes, en su mayoría venezolanos, haitianos y nicaragüenses, se entregaron este lunes al Instituto Nacional de Migración (INM) mexicano con la promesa de realizar su regularización migratoria en Tapachula, en la frontera sur de México.
Varios oficiales migratorios, acompañados de elementos de la Guardia Nacional y de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), participaron en el operativo migratorio en el parque central Miguel Hidalgo, principal punto de reunión y descanso de los migrantes en Tapachula.
El venezolano Javier Murillo, quien se entregó de manera voluntaria a la autoridad mexicana, señaló a EFE que confía en que la autoridad lo regularice.
“Nosotros buscamos que alguien nos ayude y lo más correcto es apegarnos a la ley, a ver qué nos informan ellos”, expresó.
El migrante afirmó que nadie los obligó a entregarse o subirse a la fuerza a los vehículos del Gobierno mexicano, donde había familias enteras, personas solas y adultos mayores, a quienes les ofrecieron realizar su regularización.
“Vienen mucho más, estamos atrapados en todos lados, no vamos a retroceder y vamos avanzar para el sueño que todos quieren ir a los Estados Unidos”, dijo Murillo antes de subirse a un autobús del INM.
Otras tres familias de Venezuela subieron también a los autobuses para obtener una forma migratoria múltiple (FMM) que les permita transitar hacia el norte de México.
“Nosotros veremos qué hacer porque nuestro destino es los Estados Unidos”, explicó Eduard, un migrante de Venezuela que hacía fila junto a su esposa, su hijo y dos familias más.
En tanto, otros grupos de migrantes permanecen en el parque central Miguel Hidalgo, durmiendo con sus familias, ya que están tramitando una visa por razones humanitarias o quieren avanzar sin hacer trámite.
Las autoridades municipales aprovecharon este operativo para lavar los parques de las Etnias y Benito Juárez, donde se concentra una gran cantidad de migrantes haitianos, centroamericanos y de otras nacionalidades que se encuentran de manera irregular en la ciudad.
La región vive un flujo migratorio récord hacia Estados Unidos, cuya Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) detuvo en el año fiscal de 2022 un número inédito de más de 2,76 millones de indocumentados. EFE