La Organización de Estados Americanos (OEA) convocó de emergencia dos reuniones para la próxima semana con el objetivo de abordar la grave crisis diplomática desatada entre Ecuador y México después de que las fuerzas ecuatorianas asaltaran la Embajada mexicana en Quito para sacar de allí al exvicepresidente Luis Glas, aliado de Rafael Correa.
El asalto motivó la ruptura de relaciones diplomáticas por parte de México, que el viernes pasado había concedido asilo político a Glas y tenía previsto sacarlo de Quito este mismo fin de semana.
Ecuador fue el primero en solicitar este domingo una reunión para el martes del Consejo Permanente del organismo y, unas horas después, Colombia y Bolivia pidieron otro encuentro para el miércoles.
La reunión de carácter extraordinario de la OEA impulsada por Ecuador ha sido convocada el martes en la sede del organismo en Washington a las 15:00 hora local (19:00 GMT) y tendrá como punto a tratar las "Normas de las relaciones diplomáticas y de asilo".
Por su parte, el encuentro solicitado por Colombia y Bolivia se llevará a cabo el miércoles a las 10:00 hora local (14:00 GMT) y abordará "la violación de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y su vínculo con la figura del asilo, así como las lesiones sufridas por el personal diplomático mexicano en Ecuador", según indica la convocatoria.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ya adelantó el sábado en la red social X que tenía previsto pedir reuniones "de urgencia" en la OEA y en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, también anticipó ayer que pensaba pedir una reunión del Consejo Permanente de la institución para tratar la cuestión, después de haber rechazado sin ambages el asalto a la embajada y "cualquier acción violatoria o que ponga en riesgo" la inviolabilidad de la que gozan las misiones diplomáticas.
Almagro manifestó también el sábado su "solidaridad con quienes fueron víctimas de las acciones improcedentes que afectaron a la embajada de México en Ecuador", una reacción que coincide con la de la mayor parte de la comunidad internacional.