Toda la vida he leído que los estampados y las rayas horizontales son los enemigos mortales para las mujeres voluptuosas y con kilos de más, bueno pues yo soy la primera y me estoy transformando en la segunda, así que les huía a pasos agigantados sin excepción a ponerme algo que me aumentara mí ya prominente volumen pectoral, pero de alguna manera guardaba la esperanza de incluirlos en mi closet y gracias a las distintas cadenas de moda pude romper el miedo y me dejé seducir por flores, rayas, puntos, figuras geométricas, entre otras.
Víctima del fast fashion (de nada Amancio) he aprendido a amarlos pero ante todo a perderles el miedo. Yo no sé si se me ven mal yo sólo sé que me siento bien cuando los uso, eso sí aún no he desarrollado el súper poder que las verdaderas fashionistas tienen para combinarlos.
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Como dice la actriz mexicana Silvia Pinal, les voy a contar una historia: la mía. Yo amo las prendas raras y los colorines y ahora a la plenitud de mis treinta y tres años ya las uso sin miedo, (las ventajas de la edad). Un día en San Andresito de San José en Bogotá me topé con el vestido de la foto y fue amor a primera vista y así como mí corazón no distingue razas, ni géneros tampoco marcas así que lo compré, sin medírmelo, rezando para que no me fuera a ver como un monigote.
El caso es que hasta el día de hoy es una de mis prendas más preciadas y enviadas, cuando me lo pongo no pasa desapercibido. Lo quiero tanto que me lo he puesto hasta en Bogotá donde lo hacía funcionar con una chaqueta de jean. Acá en Barcelona ha sido un gran aliado para combatir las altas temperaturas. [single-related post_id="711941"] Vivir en España me ha permitido expresar mi amor por los estampados de flores a los cuatros vientos, en especial este conjunto (que parece un pijama) y que me ha ayudado a sobrevivir las altas temperaturas veraniegas con algo de dignidad. Me lo pongo completo o desestructurado y lo uso con camisetas estampadas o con otras prendas de colores como un body fucsia que tengo por ahí.
Hay algo que me aterra, más bien que me sorprende de las influencers o it girls, (que no sigo valga la aclaración), es la capacidad que tienen para revolver estampados y hacerlos funcionar, mis capacidades fashionistas aún no llegan a ese nivel pero me animé a ponerme rayas horizontales (mis eternas archienemigas) y las puse con unos tenis de colores y accesorios de neón, si mi mamá me hubiera visto seguro me hubiera tildado de payaso, pero estoy orgullosa del resultado.
Insisto la moda es para jugar y experimentar, hay veces que funciona y a otras que no, pero así es como encuentra uno el camino hacia un estilo personal. Por: María Fernanda Cantini Twitter: @lacantini Instagram: @lacantini