Así pase por snob el título de este artículo lo dejo en inglés, idioma que me ha sido tan esquivo. Pensamiento ilusorio es la traducción de Wishful Thinking, lo que conocemos habitualmente como pensar con el deseo. Y lo dejo en inglés porque me surgió pensando en las elecciones de mañana martes 5 de noviembre de 2024, fecha que anoto con todas sus letras porque será recordada para bien o para mal como la que definirá el destino del mundo.
Para los colombianos, que hemos padecido la desgracia de una pésima decisión de los americanos hace cuatro años cuando eligieron a un nefasto personaje con tal de frenar la reelección de Donald Trump, es de fundamental importancia así seamos apenas una parte de un descuidado patio trasero. No puedo sino pensar con mi deseo que esta vez sepan corregir su rumbo y no cometan el grave error de elegir a alguien peor que el mismo Biden, a su vicepresidente Harris. Si no se cumple mi ilusión seré tan solo un testigo insignificante, pero si ocurriese lo deseado renacerá en mí una esperanza que he visto desfallecer con los desastrosos sucesos en un mundo caótico y al borde del desastre total.
El apoyar a Trump, en un caso tan personal como el mío, no debería ser relevante sino fuera porque en las cuestiones políticas, como en las económicas, ambientales y culturales, la globalización está presente y lo que pueda opinar acerca de las elecciones en el país más poderoso del mundo dice tanto de mí como mi desprecio por el ilegitimo y corrupto gobierno de Colombia. Una cosa va con la otra.
La sombra del fraude vuelve a cubrir las elecciones en USA. Con tan solo eso debería anhelar que al final, y a pesar de ese peligro, sea Trump el elegido. Los indicios de fraude de hace cuatro años resquebrajaron los cimientos de la democracia mundial. Los efectos los sufrimos acá con la elección fraudulenta de Petro que nunca debió ocurrir como tampoco la fraudulenta de Biden. Para que en el 2026 se cumpla el sueño de millones de colombianos de tener unas elecciones limpias, sin compra y venta de votos ni otras acciones delictivas con las que se impone lo que deciden estructuras criminales que terminan instalando en la presidencia a un Santos, a un Samper o a un Petro, para desgracia de todo un pueblo.
P.S.: Desde hace unas semanas he querido mencionar el histórico discurso de Milei en la ONU que fue opacado con unas ridículas acusaciones de plagio. Milei es el primer presidente en la historia de esa controvertida organización que ha sido lo suficientemente valiente para decir lo que muchos piensan y, por cobardía o diplomacia, que es lo mismo, no se han atrevido a expresar. Veamos algunos puntos clave de su valiente alocución:
La defensa a la libertad. Oponerse a la agenda 2030. Calificar a la ONU como un “Leviatán de múltiples tentáculos, una organización opresiva pero impotente en brindar soluciones a los graves conflictos actuales. Poner en claro que la ONU es enemiga de las soberanías territoriales, imponiéndose como un gobierno transnacional socialista que “violenta el derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad”.
Milei puso en la mira el “postureo moral de la agenda woke” y no tuvo reparos en calificar a esa organización como una estructura burocrática que abandonó sus principios, que ordena una ideología a sus miembros. Un gobierno supranacional que impone un modo de vida determinado por una ideología y unos intereses particulares que no corresponden con las necesidades de todos sino de las de unos pocos.
En lo económico denunció el colectivismo promovido por la organización en contra del crecimiento económico, lo que significa condenar a los países a frenar su desarrollo y a no “gozar libremente de sus propios recursos para salir adelante”.
Otro punto delicado que tocó Milei fue el del confinamiento que “debería ser considerado un delito de lesa humanidad”. Y no tuvo reparos en denunciar que dictaduras como la de Cuba y Venezuela hagan parte del Consejo de Derechos Humanos.
Milei se negó a firmar el “Pacto del futuro” invitando a que se le unieran otros países en “el disenso y en la creación de una nueva agenda para esta noble institución: la agenda de la libertad”.
Al escuchar a Javier Milei decir que “Argentina va a abandonar la posición de neutralidad y va a estar en la vanguardia en defensa de la libertad” comprendí que no todo está perdido y que los colombianos que amamos la libertad, no estamos solos.