En medio de una dolorosa ceremonia Marlén Cangrejo Páez, madre de dos hijos, esposa de un buen hombre y quien fue miembro esencial de una humilde pero unida familia, fue despedida por sus más queridos y allegados.
De 46 años, después de tres días de estar desaparecida, fue hallada el lunes 2 de junio violentamente asesinada a orillas de una quebrada y al fondo de un pequeño precipicio de las montañas del sur de Bogotá, en la vereda Mochuelo Alto, zona rural de Ciudad Bolívar, sector donde creció y vivió durante toda su vida. Las últimas dos décadas había vivido allí junto a Mauricio Romero, su esposo, y sus dos hijos: Heyner, de 22 años y un adolescente de 16.
Marlén, que trabajaba por días como empleada doméstica en varias casas del norte de Bogotá, perdió la vida al ser cruelmente atacada en varias oportunidades con un arma cortopunzante, al parecer un cuchillo.
El asesino, según su propia confesión, resultó ser un hombre muy bien conocido por ella, ya que los dos, año y medio atrás, habían tenido una pequeña relación sentimental, se trata de Luis Hernando Camargo, un reconocido criminal que desde 2005 cumplía una condena de nueve años en la cárcel de Santa Rosa de Viterbo, en Boyacá, por el delito de homicidio, culpable de haber asesinado a su esposa.
Desde el pasado 26 de mayo Camargo gozaba de un permiso especial, de 72 horas, por buen comportamiento, tenía que regresar a la cárcel, tres días después. Nunca volvió. Viajó a Bogotá para cumplir una promesa que se había hecho a sí mismo: matar a Marlén Cangrejo, la mujer con la que había tenido una corta aventura amorosa.
Marlén Cangrejo, la víctima.
Crimen y suicidio fallido
Heyner Romero, hijo mayor de Marlén, le contó a KienyKe.com que su mamá salió de la casa en la mañana del sábado para cumplir con el arreglo de una casa en el norte de Bogotá. Desde ese momento ningún miembro de la familia volvió a tener rastro de ella. Aunque todos la llamaron insistentemente a su teléfono celular, ella nunca respondió.
Quien atendió la llamada fue Luis Hernando Camargo. Según Heyner, el hombre respondió, en horas de la noche del sábado, el teléfono de Marlén y les dijo en esas oportunidad que ella no quería hablar con ninguno de ellos. Hacia las nueve de la noche de ese día el celular fue apagado y se perdió el rastro de la mujer.
Según lo narrado en la audiencia de imputación de cargos contra Camargo, Marlén y él se vieron el mismo día que ella desapareció. Según el hijo de la mujer, Camargo estaba obsesionado con ella, tanto así que tenía amenazados de muerte a todos los Romero Cangrejo si Marlén no dejaba su hogar y se iba a buscar una vida con él.
Al parecer, el criminal esperó a que Marlén llegara a la vereda del Mochuelo y no se sabe con qué argumentos o bajo qué tipo de amenazas se la llevó para un sector desolado de la misma zona, conocido como el Alto del Gallo. Allí, después de una discusión, desenfundó un cuchillo y cumplió con su amenaza de muerte.
Los familiares de Marlén, gracias a que Camargo contestó su teléfono, sabían que ella estaba con él o que él tendría noticia de su paradero. El lunes siguiente fueron con la Policía a buscarlo en casa de su madre, ya que también vive en la misma vereda. Allá les dijeron que él estaba internado en el hospital de Tunjuelito desde el sábado en la noche.
Fue en el hospital, que bajo la presión de la Policía, Luis Hernando confesó que había asesinado a Marlén Cangrejo.
Después de haberla matado, Luis se bebió un veneno que llevaba consigo para quitarse la vida junto a Marlén. La poción no hizo el efecto esperado. Cuando el hombre despertó se encontraba junto al cadáver ensangrentado de ella. Como
estaban en una zona desolada y montañosa, acercó el cuerpo de la mujer al filo de un precipicio y desde allí lo lanzó, la mujer rodó hasta una quebrada. Luego Camargo se marchó para la casa de unos familiares.
Luego de confesar el atroz crimen le dio las señas a los Policías para que llegaran al lugar donde se hallaba el cadáver de Marlén.
Horas más tarde y luego de un trabajo dispendioso de las autoridades y de organismos de rescate, por el difícil acceso al terreno, el cuerpo fue encontrado. Una llamada de la Policía cambió la angustia de los Romero Cangrejo por un inmenso dolor que nunca los dejará.
Obtuvo un permiso en la cárcel para matar a una mujer
Sáb, 07/06/2014 - 03:25
En medio de una dolorosa ceremonia Marlén Cangrejo Páez, madre de dos hijos, esposa de un buen hombre y quien fue miembro esencial de una humilde pero unida familia, fue despedida por sus más qu