La actividad legislativa interesa. Por el Congreso de la República pasa el país y el Congreso debe estar con todo el país, es su representación. Lo que se haga o deje de hacer, impacta a toda la sociedad.
Legislar también es comprender. Pero no se puede considerar este cuerpo colegiado como una fábrica de leyes, según consideración del presidente del Senado Iván Name Vásquez. Todo se analiza, debate, modifica y se aprueba o no, lo que más le convenga a la gente.
La cooperación pública es clave para contar con parlamentos más útiles. Es una alianza que contribuye al fortalecimiento de la misma democracia. Los retos sociales son cada vez más definitivos para el futuro de un país.
Este 20 de julio concluye el segundo año legislativo del Congreso de Colombia, cuya presidencia a cargo del senador Iván Name Vásquez, dejó unas estadísticas notables. Cumplió a cabalidad con la tarea.
En el terreno estrictamente del trámite de leyes, se discutieron 289 proyectos de origen parlamentario y 18 del gobierno. De estos se aprobaron 131 proyectos de ley.
Los debates de control político también fueron protagonistas. Se resaltan los que abordaron el consumo de drogas en entornos escolares, catastro multipropósito, políticas de vivienda y otro sobre presuntas interceptaciones ilegales de comunicaciones. Todos los involucrados tuvieron la palabra, garantía total.
Una de las banderas del presidente Iván Name, se enfocó en la urgencia del cambio del modelo geopolítico del país, este propósito se transformó en audiencias públicas para impulsar las regiones autonómicas, pero aquí no concluye esta iniciativa.
Deisy Ardila, escudera de esta estrategia, seguirá promoviendo y buscando cada día los respaldos necesarios, para que más temprano que tarde, Colombia de verdad, encuentro su verdadero destino. Ya quedó establecida una Comisión Accidental para que todo este esfuerzo, se multiplique.
Otra de las herencias que deja el senador Iván Name Vásquez, es el estreno de la figura de la mesa de voceros, nunca un presidente de esta Corporación consultaba con los responsables de cada bancada y de esta manera organizar sin alteraciones todas las plenarias. Un esquema que sin duda será replicado.
Y con esto reinó la calma en el Senado, fue una de las frases que se inventó el congresista Iván Name, como evocación del diálogo, la construcción colectiva y el entendimiento en medio de las diferencias de los distintos partidos políticos que concurren en la casa de la democracia.
Del lado gerencial, la Directora Administrativa Astrid Salamanca, cumplió de forma impecable su labor, uno de los logros de mayor resonancia fue el ahorro superior a los 40 mil millones de pesos, gracias a litigios que ganó la entidad, de la mano con la división jurídica a cargo de Aura Correa.
Otra nota sobresaliente estuvo a cargo del Secretario General del Senado Gregorio Eljach, que después de varios años de esfuerzo sin tregua, sacó adelante a través de un proyecto de ley, el Centro de Investigaciones y Altos Estudios Legislativos – CAEL.
En imagen y comunicaciones, los datos son contundentes. El Congreso pasó del 8 al 28 por ciento de imagen favorable, el noticiero del Senado logró un premio internacional como el mejor de Latinoamérica y el tráfico de la página web en su componente de noticias que administra la Oficina de Prensa, pasó de 600 mil a más de 2 millones de visitas mensuales.
Fue un año legislativo memorable. Pero necesitamos más, quedarse con lo alcanzado es renunciar a más y mejores objetivos. No hay duda de que este Congreso aún dará mucho más. Aquí vive la democracia y también la cuidamos.