Parece un Dejavú, porque cada año para estas mismas fechas me hago el mismo interrogante. Ojalá alguien me lo pueda responder.
Con gran afluencia de público, a quienes poco importó el sol canicular propio de este lado del mundo y la temperatura de más de 40 grados, se dio inicio el pasado 20 de septiembre a las festividades en honor al seráfico de Asís en la ciudad de Quibdó
La fiesta inicio con el tradicional desfile de los pequeñines, que contó con la participación de más del 90% de las escuelas y jardines infantiles de la capital chocoana, quienes engalanaron las calles con sus trajes coloridos y su particular alegría.
Del 20 de septiembre hasta el 5 de octubre, Quibdó se vestirá de fiesta y sus 12 barrios llamados franciscanos, por ser los primeros desde su fundación, vivirán una explosión de felicidad a pesar de las múltiples problemáticas que poseen sus habitantes, en lo que duren estas fiestas (más paganas que religiosas en realidad) se olvidarán de todo y se sumergirán en una burbuja carnavalesca repleta de manifestaciones de alegría, música, danzas y devoción.
Las fiestas de San Pacho fueron declaradas patrimonio inmaterial de la humanidad por la Unesco en 2012 y se esperaba que con semejante título por fin tuviera la importancia que se requiere para dinamizar la economía y potencializar nuestros activos culturales.
El Grupo Niche, esa exitosa máquina de producir música...y dinero, aún después de la triste partida de su fundador, el genio de la pluma de oro, el poeta de la salsa Jairo Varela, Gracias a la administración municipal, deleitaron a los asistentes del concierto de apertura, completamente gratis en el malecón de Quibdó.
Las fiestas de San Pacho, como son mundialmente conocidas, son quizás las fiestas más extensas del país. Más de 15 días de rumba, dedicados al Dios Baco, la deidad del licor, ese mismo que le encanta a los chocoanos y que según estudios, llevan la batuta en los índices de consumo en el país.
La familia colombiana en especial la chocoana, es una de las “instituciones” más desprotegida y carente de estrategias para enfrentar el entorno social con sus múltiples exigencias o presiones económicas, culturales, educativas, religiosas y políticas debido a la globalización y todo lo que encierra la sociedad de consumo, esta carencia estratégica afecta directa e indirectamente el núcleo familiar complejizando las relaciones internas y llevando a la necesidad de buscar vías de solución, escape o estados que sustituyan algunos sentimientos de frustración y necesidad de aceptación. En fin, la gente bebe porque les “pasan cosas”.
En Quibdó, la población infantil y los jovenes, experimentan desde muy temprana edad, ya sea por razones “culturales” o por presión social, con las sustancias Psicoactivas (alcohol y drogas). Este consumo ha venido aumentando de manera exponencial y estas fiestas son la excusa perfecta para hacerlo. Un bacanal sin estructura económica seria, donde pulula además el sexo irresponsable, aumentando también las cifras de embarazos y enfermedades de transmisión sexual.
En Quibdó, son muchos los lugares que concentran cantidades de adolescentes y favorecen el consumo de alcohol entre otras drogas de forma muy soterrada, sin embargo; han sido el desconocimiento de los efectos y consecuencias de consumir estas sustancias lo que permite, en la mayoría de los casos, la llegada y permanencia de los individuos a dicho círculo. En nuestro medio la lucha articulada contra el consumo de estas drogas (SPA) está lejos de ser una realidad vinculante no solo por las costumbres y conceptos socioculturales que hacen de esta una problemática particularizada dando al factor tiempo sus posibles alternativas de solución, sino también porque es la ideología que muchos medios de comunicación y espacios de socialización ayudan a fortalecer hoy día.
Por otro lado, no hay una cifra o un estudio serio hoy en día, por parte de la Cámara de Comercio del Chocó, sobre los recursos generados por las fiestas de San Pacho, a diferencia de festividades mucho más contemporáneas como el Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez que el pasado mes de agosto, en su versión 27, se anotó otro éxito, de acuerdo con las cifras que se dieron a conocer por las autoridades involucradas en su organización.
Los ingresos generados por turismo, superaron los 19 mil millones de pesos, según cifras preliminares publicadas por el Sistema de Información Turística (Situr).
El encuentro afro más grande de América Latina es uno de los eventos que más dinamiza y aporta al turismo y a la economía del distrito caleño. En solo Cali se contabilizaron alrededor de 32 mil turistas, una muy buena cifra; y en esta oportunidad, se superó la ocupación hotelera que estuvo en un 70 %, mientras se esperaba un promedio del 68 %, indicó la secretaria de Turismo.
Este evento se registró la participación de 31.439 turistas, el 50 % nacionales, el 33 % provenientes del Valle del Cauca y el 17 % internacionales, lo que demuestra el interés que el Festival tiene en el ámbito internacional. Estas cifras reflejaron una contribución significativa a la economía.
La Feria de Flores de Medellín, celebrada también el mes pasado, movió más de 61 millones de dólares y más de 7.000 artistas, algo parecido ocurrió en el festival Salsa Al Parque, que este año registró asistencia de más de 170 mil personas y cifras por encima de los 32 mil millones de pesos en los dos días de su celebración (3 y 4 de junio).
Por su parte, el Carnaval de Negros y Blancos de Pasto, Nariño, reunió a más de un millón de asistentes que disfrutan de la presentación de 1.800 artistas, 2.200 danzantes, 2.200 teatreros y 1.600 músicos. El evento, que le genera a la ciudad 15 mil empleos, recibe cerca de 350 mil visitantes extranjeros de países como Estados Unidos, Holanda, Austria, Suiza y Canadá.
En su versión 2023 fue visto por 20 mil televidentes y 5.670 usuarios de Streaming que presenciaron las coloridas fiestas desde Europa, Estados Unidos y distintos lugares de Latinoamérica.
Este carnaval generó más de 15 mil empleos, tuvo una asistencia de más de 600 mil espectadores y aunque no tengo la cifra exacta de cuánto dinero generó, si tengo la de cuanto se le invirtió: 7.900 millones de pesos, casi 8.000 millones para un carnaval de una ciudad de solo 1.181 km²), 2.157 menos que Quibdó (3.338 km²).
Más de un millón de caleños y turistas de diferentes partes del mundo, principalmente provenientes de Estados Unidos, España, Francia y Alemania, asistieron de manera masiva a la Feria de Cali 2022.
La programación estuvo compuesta por 82 eventos en 47 escenarios, que fueron autorizados por la Alcaldía, de los cuales 76 organizó Corfecali, y de estos, el 95% contó con entrada libre; mientras que la empresa privada aportó con eventos que se sumaron a esta gran celebración, y así fortalecieron la reactivación económica de la ciudad, al facturarse un promedio de $450 mil millones.
Por último, está el mítico Carnaval de Barranquilla, con solo 4 días de duración, durante los cuales, los hoteles de la ciudad alcanzaron una ocupación del 98% en esta edición 2023, según el estudio (Allá si lo tienen), que entregó un balance del impacto económico y sociocultural de la fiesta más importante del país, se estimó que en promedio los 668.000 visitantes gastaron $ 1.200.000 en las carnestolendas, un turista nacional gastó aproximadamente $ 1.950.000 y un turista extranjero gastó en promedio $ 2.800.000. Ahí pueden sacar lápiz y papel y hacer cuentas.
En resumen, no se justifica que una fiesta a la cual, la Unesco declaró como patrimonio inmaterial de la humanidad, no le deje algo tangible a Quibdó. No estoy desconociendo los recursos que deja en el sector hotelero que por estas fechas llegan al casi 100% ni a las millonarias cifras que deja el aguardiente y los demás licores, que apropósito no son locales y no se ven por ninguna parte, ni los centavos que le dejará a los vendedores de chorizos que se apuestan en las calles de los barrios a los que les toque el turno de la verbemena, por lo menos unos 12 por cuadra, perfumando el ambiente con su característico olor.
Esta fiesta hay que restructurarla, y ya parece un Dejavú, porque cada año por esta fecha, les hago la misma sugerencia. Lo hice con Ramón Cuesta, el anterior Presidente de la Junta, el cual estuvo varios años en ese cargo, recibiendo garrote de todo el mundo porque para que renunciara, no lo hizo, a pesar que ayudé a organizarle una salida digna con homenaje incluido con mi amiga Carmen Inés Vásquez, para ese entonces ministra de Cultura.
El cantante Alex Pichi hace su aporte artístico como todos los años, esta vez le agrego un componente religiosos a su repertorio, de valorar, pero aparte de esto y de aja! Ser un bálsamo a tanto problema que se vive en la región, delincuencia, los asesinatos, las extorsiones, los hurtos a mano armada, mala conectividad, pésimo servicio de energía eléctrica, pésimo servicio de salud, bloqueos constantes e indiscriminados de sus dos únicas vías, en fin, después del 5 de octubre vendrán los guayabos morales y la aterrizada en seco de nuestra triste realidad.
Por lo pronto nos queda el recurrente interrogante que sabe a Dejavú, que hoy es el titular de este artículo: ¿Qué le dejan las Fiestas de San Pacho a Quibdó?