Marco Rubio ha asistido a la audiencia de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de EE.UU., previa aprobación legislativa de su cargo como Secretario de Estado. Durante la intervención fue muy claro sobre el tema hemisférico, en general, y de Venezuela, en particular, señalando puntualmente que está siendo gobernada por puñado de narcotraficantes.
Lo afirmado por Rubio se suma a la información proveniente de la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York que señaló al régimen de Maduro (don Bárbaro) de sus estrechos nexos, por vía de narcotráfico, con la guerrilla de las FARC. Hasta acá nada nuevo, pues, desde los años 80´s, las guerrillas colombianas fueron catalogadas como narcoguerrillas por el general Fernando Landazábal Reyes quien fuera asesinado por las mismas FARC en 1998.
Sin embargo, la voz de Rubio es de esperanza y permite creer que desde Washington se podría presionar y ayudar para que en Venezuela se respete el resultado electoral, del pasado 28 de julio, y se haga tránsito a la democracia que está secuestrada por don Bárbaro y sus matones, gracias al beneplácito regional de Lula da Silva, Petro y Sheinbaum principalmente.
En apariencia, por más que quieran tomar distancia de Maduro, la jugada ideada por Itamaraty -replicada en México y Colombia- para que Lula no asistiera y en su reemplazo fuera la embajadora, Glivânia Maria de Oliveira, era para confundir y distraer la opinión pública de estos países de lo que fue abiertamente un asalto al poder.
En efecto, lo sucedido el 10E fue una prueba más de la manera en que la izquierda se hace al poder y cómo se niega a entregarlo por vía democrática. Con embustes como los que denunció, en su momento, el presidente Carlos Andrés Pérez, el chavismo se montó al poder y no lo va a entregar porque saben lo que les esperaría después de producir un exilio de más de 8 millones de venezolanos y un robo de más 300 millones de dólares según lo estimado por algunos economistas (cifra que puede ser mayor) ¡Toda una barbaridad !
Así, el chavismo como toda expresión socialista no es sólo una fábrica de miseria sino un cementerio en conjunto. Esta macabra y bárbara combinación es lo que han avalado aquellos que expresamente (Díaz-Canel y Ortega) y sinuosamente (Lula, Sheinbaum y Petro) han legitimado.
Es más, hace unos días, Petro escribió una catilinaria en X; que los periodistas de Blu Radio rápidamente identificaron como algo extraído de ChatGPT porque el estilo, la puntuación y la ortografía no se corresponden con la del presunto intelectual que inventó la propaganda comunista en Colombia (es decir, Petro). Así como nadie duda de su mediocridad para gobernar tampoco nadie duda de su ignorancia superlativa.
Ahora, más allá de los aspectos de forma, lo que causa una sonora carcajada es la barbaridad con la que Petro salió: "Las elecciones en Venezuela no fueron libres por cuenta de las sanciones económicas de los Estados Unidos";. Es todo lo contrario, precisamente porque los narco-socialistas no hacen elecciones libres, justas y transparentes, Washington aumenta las sanciones para "endurecer" medidas de poder suave. Petro siendo Petro, es decir, subvirtiendo la realidad para justificar el crimen como instrumento de la política.
Pero, como ya lo había anunciado para otros medios de comunicación, las relaciones entre el hombre del M-19 y don Bárbaro no vienen siendo fluidas. El distanciamiento no viene por el lado ideológico porque Petro es chavista de chavistas, el asunto viene por la pusilanimidad de Petro.
Y así como en el frente interno le ha quedado grande dizque hacer la "paz" con sus primos hermanos de la guerrilla del ELN y que prometió desmovilizar en tres meses; asimismo, le cuesta tener unas relaciones estratégicas, incluso con sus correligionarios filocomunistas. En otras palabras, a Petro todo lo que sea gobierno, le queda grande.
A más de lo anterior, a sus infundadas ínfulas de internacionalista, ahora le salieron al paso los mismos chavistas quienes le dicen que no interfiera en los asuntos internos de Venezuela y que se dedique a encarar los gravísimos problemas que aquejan a Colombia. A estas alturas del fracaso petrista, y de su tal Pacto Histórico, todos sabemos que para esconder su medianía como estadista, busca camorra por vía de redes sociales y dice cualquier barbaridad para ocultar, con estas cortinas de humo, su incapacidad para las faenas de la gestión pública.
Principalmente a Lula, a Sheinbaum y a Petro les cuesta aceptar lo que Gabriel Boric reconoce, de manera frontal y sin entelequias ni piruetas discursivas, al decir que Nicolás Maduro es la cara de un régimen abiertamente bárbaro y criminal. Esa cobardía, tibieza y servilismo con don Bárbaro -y su régimen- no les va a salir bien porque sus propios correligionarios los desprecian y la oposición los pone en evidencia ante la opinión pública. Esta ambigüedad tiene un precio y se paga en las urnas hasta donde la democracia lo permita.
Otra barbaridad: Maduro ha dicho que va a liberar, con tropas brasileras, Puerto Rico.
