Margarita Rosa de Francisco sorprendió a sus seguidores y a la prensa con una revelación íntima y profundamente emotiva después su participación en el Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias (FICCI), llegó a Bogotá para promocionar su nueva película 'El Paraíso'.
La actriz, recordada por su papel protagónico en clásicos como Café con aroma de mujer, Gallito Ramírez y Los pecados de Inés Hinojosa, regresó al país luego de un largo tiempo fuera, para participar en esta prestigiosa cita del cine latinoamericano. Posterior a su visita en Cartagena, llegó a Bogotá como parte de su gira de prensa y, a propósito, en una entrevista con el periodista José Fernando Patiño, en la que dejó a todos con el corazón en la mano.
Todo comenzó cuando Patiño le mostró una fotografía de su infancia. Ante la imagen, Margarita Rosa de Francisco reaccionó con asombro y confesó que ese instante visual la conectaba con lo que considera su primer recuerdo consciente: una experiencia que ella misma asocia con una vivencia cercana a la muerte o incluso con una posible existencia anterior.
“Ese recuerdo me remite al primer momento de estar viva”, afirmó la caleña. “Si yo creyera en otras vidas, podría decir que vine del túnel que todo el mundo ve cuando dice que está a punto de morir… Tuve la sensación de haber llegado de un torbellino, como si hubiese muerto en una catástrofe”.
En su testimonio, Margarita describió la imagen mental de estar despertando en una cama en una casa de Cali que no recordaba del todo, pero que sus padres ayudaron a completar con el paso del tiempo. “Puede que me lo haya soñado, o que sea un recuerdo inventado… pero fue tan vívido, tan emocional, que me marcó para siempre”.
Lo más conmovedor de su relato llegó cuando habló de Martín, un nombre que pronunció con ternura y nostalgia. Según ella, en ese despertar de su niñez, reconoció a alguien como si ya lo hubiera conocido antes. “Como si yo hubiera reconocido a Martín porque fuimos alguna otra cosa anterior… morimos en un naufragio, en alguna catástrofe. Y cuando tengo esa primera consciencia, digo: ‘aquí estás’”.
Las palabras de Margarita dejaron sin aliento a muchos. No se trató solo de una anécdota, sino de una reflexión profunda sobre la conciencia, la memoria, la vida y el amor. Un testimonio que, como muchos de los escritos y discursos de la artista, mezcla lo poético con lo espiritual, dejando abierta la puerta a los grandes misterios de la existencia.
