Cada vez que encendemos algún aparato conectado a un sistema eléctrico, ya sea en nuestros hogares o sitio de trabajo, allí siempre estará la figura de Nicola Tesla. El mundo tecnológico y de avances que se mueve hoy, se lo debemos a este personaje que en algún momento tacharon de loco, la historia demostró que los locos eran otros.
La humanidad le debe mucho a la mente brillante del inventor Nicola Tesla, pero la paradoja es que la gran mayoría no sabe que muchas de las cosas que utiliza en la actualidad, fueron producto de la persistencia y genialidad de este hombre solitario.
De sus más de 700 patentes, la que hoy usamos de manera cotidiana es la energía eléctrica, que aún se mantiene tal como la concibió y además le ganó el pulso en este campo a otro grande: Thomás Alva Edison.
En el campo tecnológico lo que aportó Tesla fue mucho más allá para un hombre nacido en 1856, fue un absoluto adelantado para la época en la que vivió. Nos ubicó en el futuro, así de simple y contundente. Incluso afirmó que recibió señales de otro planeta.
Impulsó el control remoto, microcospio, el radar, transmisión de videos e imágenes de forma inalámbrica, iluminación fluorescente y sentó las bases para lo que posteriormente se convirtió en la internet actual. La verdad, este hombre parecía de otro planeta.
Fue el inventor de la radio en 1896, pero Guillermo Marconi le plagió la idea. En 1909 el italiano se ganó el premio Nobel de Física gracias al robo de la iniciativa de Tesla. Solo hasta el año 1943 la justicia de Estados Unidos de manera póstuma, reconoció a Nicola Tesla como el inventor de la radio.
Tesla fue un hombre muy solitario, esa faceta fortalecía aún su figura como una persona enigmática, alejado de la turbulencia de la fama y en realidad recibió escasos reconocimientos que contrastan a leguas con la inmensidad de sus aportes para la sociedad moderna.
También lo caracterizaba una especie de obsesión por los números 3, 6 y 9, aunque en principio fue con el tres, le daba ese número de vueltas al edificio donde vivía antes de ingresar. Solía decir que esos números eran la llave del universo.
Tesla nunca tuvo riquezas, vivió de forma muy limitada, los pocos recursos que conseguía los invertía en sus inventos y estudios, no tuvo familia, sus mascotas eran palomas. Fue genio, pero también excéntrico.
No es de los famosos e históricos genios que a cada momento nos presentan en todos lados, a lo mejor él mismo prefirió que así sucediera por la manera en que transcurrió su vida, lo innegable es que en la actualidad y quizá por muchos años más, seguiremos usando todo lo que inventó.
