La Navidad en Colombia, una época de celebración y alegría, se ve tristemente empañada cada año por los innumerables casos de heridos y quemados debido al uso imprudente de la pólvora. A pesar de las campañas de concientización y las advertencias constantes, las estadísticas muestran que esta problemática sigue siendo una constante en las festividades decembrinas, un problema que se repite año tras año.
Según cifras del Instituto Nacional de Salud (INS), entre diciembre de 2023 y enero de 2024, se reportaron 1.366 casos de lesiones por pólvora en el país, que representa un incremento del 18,5% en comparación a la temporada 2022 a 2023. En la temporada 2024 la situación es alarmante, el reporte a 25 de diciembre es de 228 casos, que corresponden a un aumento del 5,6 % frente al año anterior, que para esa fecha había 216 niños heridos, que en 25 casos estaban acompañados de un adulto bajo los efectos del alcohol.
En la Navidad de 2024 se reportaron un total de 659 casos de personas heridas o quemadas por pólvora. De estos incidentes, aproximadamente el 60% involucraron a menores de edad, lo que subraya la vulnerabilidad de esta población ante el uso inadecuado de estos explosivos. Entre las lesiones más comunes se encuentran quemaduras de primer y segundo grado, amputaciones y daños auditivos.
A pesar del aumento en los casos y la gravedad de las lesiones, el gobierno colombiano no ha establecido sanciones contundentes ni reglamentaciones estrictas que regulen el uso de la pólvora. La venta y uso de estos productos sigue siendo accesible, especialmente en zonas rurales y periféricas, donde el control es casi inexistente. La ausencia de castigos ejemplares y la débil supervisión permiten que esta práctica continúe, poniendo en riesgo la vida y la integridad de cientos de personas cada año.
Además de los riesgos para los humanos, la explosión de estos artefactos también afecta gravemente a los animales domésticos y silvestres. El ruido y las luces intensas generan un alto nivel de estrés y ansiedad en perros, gatos, aves y otros animales, que pueden llegar a perderse, lastimarse o incluso morir debido al miedo. La tranquilidad de los animales se ve profundamente alterada durante estas festividades, lo que supone un sufrimiento innecesario y evitable.
Un factor determinante en la persistencia de esta problemática es la falta de conciencia por parte de la ciudadanía. A pesar de las campañas educativas y las tragedias ocurridas, muchas personas aún no comprenden los peligros asociados con el manejo de la pólvora. La tradición y el deseo de celebrar con estruendosos espectáculos pirotécnicos, agravado por el consumo irresponsable de alcohol, prevalecen sobre el sentido común y la precaución. La educación y la sensibilización son fundamentales para cambiar esta realidad. Es imperativo que la sociedad entienda que el uso de pólvora no solo pone en riesgo a quienes la manipulan, sino también a los espectadores y transeúntes que pueden resultar afectados por accidentes inesperados.
El incremento en los casos de heridos y quemados por pólvora en Colombia exige una respuesta urgente y decidida por parte del gobierno y la sociedad. Es necesario implementar sanciones más severas y regulaciones claras que limiten el uso de estos productos, además de fortalecer las campañas de concientización para educar a la población sobre los riesgos. Solo así podremos aspirar a una celebración navideña más segura y libre de tragedias.