1 The Population Bomb
Hace más de medio siglo, en 1968, los investigadores estadounidenses Paul R. Ehrlich y Anne H. Ehrlich, su esposa, publicaron The Population Bomb, obra traducida al español como “La Bomba P”, un best-seller con ventas superiores a los dos millones de ejemplares, en el que los autores pronosticaban una terrible hambruna masiva en las décadas 70 y 80 del siglo pasado, originada en el crecimiento poblacional, y pedían la inmediata implementación de medidas para limitarlo.
No sucedió la totalidad de lo pronosticado en el libro, pero contribuyó a concienciar a la ciudadanía sobre la problemática poblacional y medioambiental, aunque no estuvo exento de polémica por el alarmismo o inexactitud de algunas de las afirmaciones.
2 The Petro Bomb
En cuanto a la segunda de las dos bombas “P”, puede decirse que tiene origen en Colombia y la está alimentando el gobierno de Gustavo Petro con intenciones o decisiones suyas, convertidas en profecías o predicciones por una buena parte de la ciudadanía. Así, pues, la materia prima de The Petro Bomb la suministra el mismo gobierno, materia de la que millones de colombianos nos valemos para elaborar y empacar el producto final en tres bolsas, según que su contenido sea económico, político o social. ¿Cuáles son esas predicciones? En seguida van 24 ejemplos de las mismas, tomados de 18 analistas de distintos medios (de cuyos aportes tengo los datos pertinentes):
• El gobierno Petro efectuará un ataque sistemático al sistema productivo en los campos tributario, agrario, infraestructura, vivienda, sanitario y comercio exterior. • La reforma tributaria será expropiatoria, inflacionaria y destructora de puestos de trabajo. • Los empresarios continuarán sacando su dinero del país. • Se expropiarán seis millones de hectáreas para cultivar maíz costoso. • Se suspenderá la exploración de hidrocarburos pese al hallazgo de importantes yacimientos de gas. • Regirá la moratoria minera. • Se restablecerá el recargo nocturno a partir de las seis de la tarde y el recargo del 100 % para los días festivos, y no del 75 %, como ahora.
• El gobierno llevará al país a una guerra civil. • Se pisoteara la ley para darles “perdón social” a todos los que hayan ayudado a la izquierda a tomarse el poder. • El gobierno de Petro no será de cuatro años, sino de muchos más. • Se terminará la guerra contra las drogas porque el presidente dijo que esa “guerra fracasó”. • Las invasiones de fincas continuarán y serán el fin del derecho constitucional a la propiedad privada. • La suspensión de los bombardeos que puedan poner en riego a la población civil y los menores de edad permitirá a los grupos armados un mayor reclutamiento de niños. • Se debilitará a las Fuerzas Armadas con un presupuesto reducido. • El actual Congreso, manipulado por Roy Barreras, no frenará ninguna locura política, financiera, económica, jurídica o moral de Petro.
• La libertad de expresión y las garantías personales desaparecerán o menguarán notablemente. • Ante las bandas criminales, la oferta de “paz total” no será “sometimiento a la justicia”, sino “acogimiento”. • Los violentos se mostrarán fuertes para sacarle al Pacto de La Picota beneficios como penas bajas y promesa de no extradición. • A las antiguas y nuevas Farc las convertirán en guardias campesinas. • Los grupos guerrilleros no se sentirán amenazados bajo Petro por ser afín a los mismos. • Se acabarán las EPS. • Se prohibirá el porte de armas y no se autorizarán permisos de ningún tipo. • Con la ratificación del tratado de Escazú, cualquier ambientalista podrá detener, desde cualquier parte del mundo, la construcción de un túnel, una vía, una hidroeléctrica. • Gracias a la Comisión de la Verdad, en los centros educativos les harán creer a los niños que las guerrillas eran santas y el Estado, el diablo.
Hasta ahí el trasplante de predicciones. No están todas las que son, pero las que están, son. ¿Sucederá lo pronosticado? Con Petro y sus camaradas, todo ello, y más, es posible.
INFLEXIÓN. El asunto es de tal calado, que admite lo dicho en El Quijote: “Tanto se pierde por carta de más como por carta de menos”.
