El ex primer ministro Silvio Berlusconi falleció a los 86 años, y su muerte sella el final de una época de la historia de Italia, pues cambió la manera de hacer política, pero también dejó su huella en el mundo empresarial, de la comunicación y el deporte, durante las más de cinco décadas en las que protagonizó la vida de Italia.
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Berlusconi murió rodeado por sus cinco hijos, su hermano Paolo y su compañera Marta Fascina, 53 años más joven que él, en el hospital San Raffaele de Milán, donde volvió a ingresar el pasado viernes, tras una breve pausa, ya que había permanecido hospitalizado 44 días después de que se revelase que padecía una leucemia desde hace tiempo.
El magnate, que tras ser un empresario de éxito revolucionó la política en la década de los años 90, cuando al frente de la conservadora Forza Italia (FI) se convirtió en el precursor del populismo, será despedido en unos funerales de Estado el próximo miércoles en la catedral de Milán, la ciudad donde forjó todos sus logros.
La capilla ardiente se instalará en la sede de su empresa Mediaset en Cologno Monzese, a las afueras de Milán, adonde sus restos mortales llegarán desde su famosa mansión de Aracore, y se espera que sean miles las personas que acudan a dar su último adiós a uno de los políticos más queridos de los italianos.
Berlusconi y su pasión por el fútbol
Berlusconi también fue un hombre de fútbol. La impronta que deja en el deporte rey, rubricada con un Milan histórico que gobernó durante 31 años (1986-2017), no tiene parangón con muchas otras obras de arquitectura futbolística. Aquel Milan campeón con el ganó 28 títulos, entre ellos ocho 'Scudetti' y cinco Ligas de Campeones, será siempre el Milan de Berlusconi.
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"Con inmenso dolor lloro a mi amigo, el maestro de todo, la persona que cambió mi vida durante más de 43 años", expresó su mano derecha Adriano Galliani; "Era un amigo brillante al que le debo todo. Silvio Berlusconi era un hombre generoso e intentó cambiar este difícil país hecho de individualistas", apuntó entre lágrimas su primer entrenador en el Milan, Arrigo Sacchi.