En la madrugada del 1 de abril del 2015 falleció la japonesa Misao Okawa, reconocida por ser la persona más anciana del mundo desde la muerte de Jiroemon Kimura.
Okawa murió por un paro cardiaco en una residencia para adultos mayores en Osaka (Japón), su ciudad de nacimiento. Tenía 117 años con 27 días y era la última supercentenaria en haber nacido hace dos siglos.
La mujer nació en una tienda de kimonos el 5 de marzo de 1898, tenía tres hijos (dos de ellos vivos y con más 90 años), cuatro nietos y seis bisnietos.
Hasta los 110 años, la japonesa fue capaz de caminar y de valerse por sí misma, en sus últimos años de vida se desplazaba en silla de ruedas y dormía más de 15 horas al día.
Misao celebró su último cumpleaños hace cinco años, en una ceremonia donde fue visitada por familiares, vecinos, medios de comunicación y autoridades locales.
La récord Guinness fue reconocida como la más longeva en 2013 y era la quinta más anciana de la historia en el mundo. Su predecesor en este título era un japonés que había alcanzado los 116 años con 54 días.
La asociación encargada de verificar los récords Guinness para hacer este reconocimiento por lo general pide tres documentos identificativos del censo o partidos de nacimiento para certificar que los miembros tengan la edad que dicen, por ello, muchos casos quedan sin ser reconocidos.
Según la clasificación oficial de los más ancianos en la historia, el primer puesto se lo lleva la francesa Jeanne Calment, que murió en 1997 con 122 años, porque ningún otro personaje de la lista ha superado la barrera de los 119 años.
Misao Okawa reveló que para lograr sobrepasar los 100 años tenía algunos hábitos como comer sushi y dormir por lo menos ocho horas al día, de esa manera vivía sin estrés por las cosas que le pasaban en su día a día.