En el año 2016 se logró un hito histórico para la bicicleta en el país: se aprobó la Ley 1811, más conocida como Ley Probici, de la cual fui coautora. Este paso debía ser complementado por varios más, entre ellos que cada entidad territorial creara una política pública para la bicicleta.
Actualmente, esta política se encuentra en formulación en la capital del país. Le dará un norte y una coordinación a todas las acciones a favor de la bicicleta que se hacen en la ciudad. A continuación, expongo algunos puntos clave en los que debe avanzar Bogotá.
Mejorar la seguridad vial
Las muertes de ciclistas han aumentado en los últimos años. A julio de 2019 tenemos más de 43 ciclistas que fallecieron en accidentes de tránsito. Es urgente tomar acciones desde todos los campos para disminuir este fenómeno, tanto en la concientización del conductor como en la del ciclista para proteger su propia vida. El distrito debe seguir en su campaña de pacificación de la vía, teniendo en cuenta los puntos calientes de accidentes que involucran ciclistas y continuar mejorando la segregación de la infraestructura. Debe promoverse las medidas establecidas en la Ley Probici de conservar un metro y medio de distancia para adelantar al ciclista en la vía y el derecho a ocupar el carril completo. Defender la vida es una prioridad.
Más infraestructura para bici
Bogotá cuenta hoy con algo más de 450km de bici infraestructura (más de 540 km según el Distrito) pero hay zonas que concentran gran parte de esta infraestructura como Teusaquillo y Barrios Unidos. Es necesario aumentar la cantidad de infraestructura para los ciclistas, tanto en pertinencia, como en calidad. Los usuarios de bicicleta y peatones han mostrado una clara preferencia por la ciclorruta sobre calzada.
Pero no solo la cantidad es importante, la pertinencia de las intervenciones también; zonas como Bosa, Usaquén, Suba o Engativá presentan un alto déficit en ciclo-infraestructura. Sin embargo, la Administración sigue concentrándola donde es fácil hacerla. Es importante también volver a adecuar algunas zonas como la calle 45 o el carril bus-bici de la carrera 50. La política debe incluir metas a largo plazo, como llegar a los 1000 km de infraestructura para ciclistas en los próximos 15 años.
Más cicloparqueaderos
Bogotá cuenta con apenas 7 mil cupos de cicloparqueaderos del Distrito. Algunos de los cuales no están en buenas condiciones. De este número hay menos de 5.000 en Transmilenio. Para dar una perspectiva, en Países Bajos, en la ciudad de Utrecht, hace algunas semanas inauguraron un cicloparqueadero con 12 mil cupos. No tener un sitio seguro donde dejar la cicla es un gran desincentivo para usarla e incluso afecta el uso de transporte público, pues la bicicleta debe conectarse con este para solucionar la necesidad de cubrir la última milla de viaje.
También es urgente que se verifique el cumplimiento de la Ley Probici, que exige que como mínimo cada entidad gubernamental ofrezca un cupo para cicloparqueadero por cada 10 cupos de estacionamiento para automotores.
Bicicleta pública
Contar con un sistema de bicicletas públicas en Bogotá es una deuda pendiente. El empecinamiento de no invertir recursos públicos, explica en parte esa frustración, también el hecho de que Peñalosa desmonto el sistema existente al iniciar su Administración.
Desde inicios del año pasado advertí que la insistencia en que este sistema sea 100% privado sin mayor ayuda del Distrito no solo dilataba los tiempos de implementación, sino que podría dejar a la ciudad sin el sistema durante estos cuatro años, como tal parece ocurrirá.
En una ciudad de tradición ciclista, este sistema sería sin duda un éxito rotundo. A largo plazo, debemos tener 50 mil ciclas en toda la ciudad, con las cuales se realicen al menos 400 mil viajes diarios.
Lucha contra el robo de bicicletas
El hurto de ciclas se ha disparado en la ciudad y es una de las grandes quejas de los usuarios de este medio de transporte. Es urgente tomar medidas ya que el miedo a ser víctima de la delincuencia disuade a potenciales usuarios y obliga a muchos a usar bicicletas de baja calidad que pueden poner en riesgo su integridad. La situación actual es preocupante. Según análisis de la Personería de Bogotá, en los últimos tres años los robos de ciclas han aumentado 429%; al mes se están denunciando 120 casos de hurto y en el primer semestre de 2019 los robos denunciados superaron los 3500.
Es necesario identificar el funcionamiento del mercado de partes hurtadas, invertir mucho en inteligencia para desmantelar esta cadena de crimen organizado a partir del mapa de puntos calientes.
Uso de la tecnología para mejorar la experiencia en bici
Se debe contar con un sistema que integre Información del clima, de zonas calientes, zonas saturadas, rutas seguras y ubicación de talleres, entre otras. Esta misma información sería de gran utilidad para organizar los servicios del distrito dirigidos a los ciclistas. Como concejal he presentado en varias oportunidades el Proyecto de Acuerdo Bogotá Móvil, para la creación de una aplicación que concentre alertas e información estratégica para peatones y ciclistas.
Armonización del SITP con la Ley Probici
La Ley 1811 de 2016 establece varios incentivos que deben tener los sistemas de transporte del país para promover el uso de la bicicleta como medio alimentador, por ejemplo, la carga de un pasaje a la tarjeta para los ciudadanos que lleguen a la estación 30 veces en cicla. La implementación de porta bicicletas en el SITP es también un punto que no ha tenido ninguna implementación en la ciudad y ha sido excluido de las recientes licitaciones de la provisión de flota de buses en Bogotá.
Aún está pendiente la reglamentación de los detalles técnicos de esta Ley en la ciudad. La política pública de la bicicleta es la oportunidad imperdible para impulsar la adopción de la ley Probici en la ciudad.