Andrea Petro, una de las hijas mayores del presidente Gustavo Petro, diálogo en Kien es Kien, uno de los nuevos formatos de la casa KyK, sobre su vida, tanto en Colombia como en el exterior, su trabajo por los colombianos migrantes y las razones por las que, al menos por ahora, prefiere vivir en Francia y no en territorio colombiano.
Aunque nació en Colombia, desde muy temprana edad Andrea Petro tuvo que irse del país por cuenta de las amenazas que tuvo que enfrentar su padre, Gustavo Petro Urrego, en plena incursión al mundo de la política tras dejar atrás el M-19, agrupación guerrillera en la que militó.
“Mi infancia la verdad fue muy caótica. Yo me fui a la edad de dos años, tuve que irme para Bélgica con mi papá por las amenazas que teníamos en ese entonces. No hablaba español, aprendí a hablar francés. Volvimos a Colombia cuando ya tenía 5 - 6 años y no hablaba español”, recuerda Andrea Petro quien a sus 19 años migró a Francia con una visa de estudio que le permitió graduarse en economía y culminar una maestría en Comercio Internacional.
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“Siempre he sido muy rebelde. Como siempre he tenido ese estatus de ‘ser la hija de alguien’, siempre quise como rechazar ese tipo de privilegios”, rememora sobre lo que la motivó a viajar a Francia, país que se convirtió en su segundo hogar por la libertad que significó para su vida y en el que hoy por hoy reside de manera permanente.
“Ahí encontré lo que era realmente la palabra libertad porque es que yo aquí (en Colombia) siempre he tenido escolta. Me acuerdo que me escapaba para restaurantes, agarraba Transmilenio, agarraba flota (...) Entonces yo quería esa libertad, tocar esa libertad y que me gustara esa libertad y tratar de ser yo como persona y no ser ‘la hija de alguien’. Entonces me costee toda mi vida en Francia y me pagué yo misma mis estudios”, recuerda sobre su vida en Europa y las razones por las que hoy por hoy duda regresar a Colombia.
Sus hijas, otra razón para vivir en Francia
Además de que Francia fue el lugar en el que Andrea Petro encontró independencia y libertad, fue también allí donde conoció el amor de la mano de un ciudadano francés de cuya relación nacieron sus dos hijas: Luna y Victoria.
“Ese aspecto maternal ha sido muy difícil y lo que me ha dado más fuerzas para hacer lo que estoy haciendo hoy en día. Entonces tengo a mi hija, estoy orgullosa de ella, tengo a la chiquitica (Victoria) que es un amor, se parece mucho a mi papá”, destacó Andrea Petro sobre su rol de madre, mismo que le permitió, según sus palabras, conocer el verdadero amor.
Tras algunos años con el padre de las niñas la pareja decidió dar por terminada su relación y continuar su vínculo con su expareja en los mejores términos por el bienestar de las niñas.
“No somos amigos pero es una relación de mamá y papá (...) Primero son ellas, yo pienso que eso es importante que la gente entienda en todas las separaciones, que primero son los niños porque los niños siempre pagan todos los platos rotos”, señaló al respecto, revelando que el vivir en Francia le permite mantener el contacto cercano entre sus hijas y su expareja con quien comparte la custodia.
“Las tengo una semana yo, las tiene una semana él… pienso que es muy importante que un niño crezca al lado de su papá y por ello vivo en Francia, me quedo en Francia y estoy en la misma ciudad que el papá. Si las niñas quieren hablar con el papá o estar con el papá, cojo el carro y se las llevo y él hace exactamente lo mismo”, señala la también fundadora de la Organización Colombiana para Migrantes.