En una nueva entrevista del programa Kién es Kién, Adriana Bernal visitó la casa del diseñador de modas Alfredo Barraza, quien reveló detalles sobre su vida y la historia de cómo llegó a ser una de las personalidades más conocidas en los reinados nacionales de belleza.
Ubicada al norte de Bogotá en una calle cerrada, frente a nosotros aparecía una casa blanca, grande, de dos pisos y con un antejardín de flores. Timbramos y un sonido muy particular, relacionado a la eucaristía, sonó. Nos abrió una señora quien dijo:
“Ustedes deben ser los periodistas que vienen a entrevistar a Alfredo. Pasen. Espérenlo aquí en la sala y él ya los atiende”.
Al entrar nos encontramos con una escalera en forma de caracol y a un costado estaban los sofás con una mesa de centro que tenía varios jarrones y candelabros. Olía a incienso. Pero lo más llamativo fue la notable decoración interna con varias figuras de la vírgen María, que permite concluir una profunda devoción religiosa de Alfredo.
De las escaleras bajó nuestro entrevistado con su característica boina, muy amablemente nos saludó y nos dio la bienvenida. Ante nosotros estaba el hombre que diseñó los vestidos de cerca de 350 candidatas a ‘Señorita Colombia’.
“Bueno, a lo que vinimos”, dijo Barraza.
El inicio de un arquitecto que terminaría construyendo los mejores vestidos de moda
Alfredo nació en la ciudad de Barranquilla, aseguró haber sido un niño rebelde en su infancia, ya que debían cambiarlo cada año de colegio. Era travieso pero muy observador, pues su madre era modista y le gustaba verla cómo arreglaba y diseñaba prendas. Él considera que tal vez de allí nació su gusto por la moda.
Una vez finaliza el bachillerato, Alfredo toma la decisión de trasladarse para la ciudad que lo acogería para siempre: Bogotá. No tenía en sus planes que, siendo un barranquillero de pura cepa, terminaría convirtiéndose en un cachaco por adopción. Barraza llega a la capital de Colombia con el objetivo de convertirse en arquitecto, pero los azares de la vida le tenían preparado otro destino.
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Una vez finaliza el bachillerato, Alfredo toma la decisión de trasladarse para la ciudad que lo acogería para siempre: Bogotá. No tenía en sus planes que, siendo un barranquillero de pura cepa, terminaría convirtiéndose en un cachaco por adopción. Barraza llega a la capital de Colombia con el objetivo de convertirse en arquitecto, pero los azares de la vida le tenían preparado otro destino.
Vea la entrevista completa aquí:
“Nací en Barranquilla pero me hice en Bogotá. Hice unos semestres de arquitectura, luego de diseño gráfico y terminé en diseño de modas, ahí me quedé. Aunque no lo crean así como hacer un edificio es construir, hacer un vestido también es construir. Mi mamá fue mi inspiración, ella era modista y me gustaba verla trabajar, incluso metía la cucharada y le recomendaba hacer dobladillos o cosas diferentes”, asegura Alfredo.
De la relación de su madre y su padre nacieron seis hijos: cuatro mujeres y dos hombres; el único hermano varón que tuvo, cuenta con tristeza Alfredo, falleció hace siete años producto de un cáncer. Con el mismo sentimiento se refiere a la muerte de su madre, a quien consideraba “el núcleo de la familia y la razón por la que todos se reunían”.
“Mi madre padecía lo que lo que alguna vez escuché de una amiga, ‘el cáncer del alma’: ella era depresiva, lloraba y se lamentaba todos los días. Siempre me he considerado un poco fuerte y cuando ella estaba mal afortunadamente yo ya había hecho mi duelo, por lo que el golpe no fue tan duro. Tristemente a raíz de ese suceso, varios familiares empezaron a emigrar”, explica Barraza en tono melancólico.
Sobre si algún allegado quiso seguirle los pasos a Alfredo, él contundentemente responde que no. “Se volvieron psicólogos, abogados y administradores”, aunque sí hubo una sobrina que le solicitó su nombre para poner una tienda de ropa en Miami, Florida.
Su amor por Bogotá: una vida tranquila, lejana de las cámaras y de la fiesta
Aunque parte de su éxito ha estado ligado a los reinados de belleza, su figura ha estado muy relacionada con el Carnaval de Barranquilla, pues ha sido el diseñador de al menos 25 reinas de este certamen. Sin embargo, nada de esto ha logrado alejarlo de Bogotá, incluso con miles de invitaciones para que cambie su residencia por la ‘Puerta de Oro de Colombia’.
“Bogotá es un buen vividero. He tenido oportunidad de trasladarme a Barranquilla pero la verdad no cambio la ciudad ni la casa. Yo vivo tranquilo, vivo a mi manera, tengo mis momentos de mal genio como todo ser humano, pero soy relajado”, detalla el diseñador de modas, quien responde tajante a la pregunta de si es o fue fiestero:
“En toda mi vida he ido a cinco matrimonios, no me gustan las fiestas, disfruto quedarme en mi casa”.
Reinados y moda: las reinas preferidas de Alfredo
Alfredo se confiesa y dice que siempre fue una persona muy apasionada por los reinados y por estar diseñando vestidos para reinas, pero que con el paso del tiempo ese entusiasmo ha ido bajando, disfruta más diseñando para clientes anónimos y de manera personal.
“Hace siete años le bajé al fervor de estar en los reinados y de hacer vestidos para reinas. Si me invitan voy y si la reina quiere que la vista, la visto, pero ya no es como antes. Mis clientes ahora son personas comunes y corrientes, una novia que se va a casar, una niña que cumplirá 15 años, ellos son a los que ahora me dedicó a diseñarles”, explica Alfredo.
Respecto a los adornos que llevan sus vestidos, Barraza relata que algunas piedras las consigue en Bogotá, pero que dependiendo el diseño también puede que tenga que mandarlas a pedir a otro país. No escatima, sabe que sus diseños son costosos, no ha pisado una pasarela, pero se ufana y desfila ser el diseñador de modas más conocido del país.
Cuando Adriana Bernal le consulta que de todas las reinas de belleza, cuál es la que más quiere, Alfredo lo piensa unos segundos y decide evadirla con una analogía:
“Tu tienes un jardín lleno de flores, el agua que tú le sirves se las das a todas, pero hay rosas a las que tú le echas más agua que algunas. Así me pasa a mí. A todas las quiero y las estimo, pero tengo cinco que son mis preferidas, no me pongas a decir nombres porque donde lo haga, me saltan todas”.
Y no es para menos, por hilos de Alfredo Barraza han pasado reinas de la talla de María Mónica Urbina, Paola Turbay, Carolina Gómez, Gabriela Tafur, Taliana Vargas, Paulina Vega, entre otras. Esta última fue, por ejemplo, su única Miss Universo.
Cuando la entrevista finalmente termina, Alfredo nos invita a dar un paseo por el que bien podría ser considerado un museo de la belleza: todas las fotos de las reinas a las que ha preparado y diseñado vestidos. Nos mostró su taller, un espacio grande en el que tres mujeres cosen y tejen continuamente. Ya lo ha dicho él: “De mis manos no hago los vestidos, yo me encargo de imaginarmelo, diseñarlo y mandarlo a hacer”.
Nos acercamos a su puerta grande de madera. “Por acá bienvenidos cuando quieran, gracias y que tengan buen regreso”, termina.