"No necesitamos más troncales de Transmilenio"

Mié, 22/08/2018 - 05:12
Luis es un conductor de tractocamión con más de 30 años de experiencia rodando por las calles del país. Cuenta que esta profesión la heredó de su padre y que gracias a ella fue que este pudo sos
Luis es un conductor de tractocamión con más de 30 años de experiencia rodando por las calles del país. Cuenta que esta profesión la heredó de su padre y que gracias a ella fue que este pudo sostenerlo a él, a su mamá y a sus cinco hermanos. De igual forma saca adelante a sus tres hijos y esposa. Solo tiene agradecimientos para una labor que sin duda es dura pero que además de dejarle una forma de vivir digna le ha ensañado a conocer las bellezas naturales que componen esta nación. Dice que aunque las carreteras del país han mejorado considerablemente el excesivo y costoso cobro de peajes ya no les deja las mismas utilidades que hace algunos años. También cuenta que en algunos tramos es injustificable el cobro de estos, pues las condiciones de las vías no son optimas ni para el transportarse a lomo de mula y pone como ejemplo la antigua vía al llano por donde tienen que pasar últimamente debido a las obras y constantes derrumbes que se presentan en la zona. Pero algo a lo que verdaderamente le teme Luis es tener que pasar por Bogotá de día. Usualmente el punto de carga para un vehículo como el que conduce es el puerto de Buenaventura. Desafortunadamente mucha de la carga que allí reciben va para la capital o para ciudades que los obligan a tener que atravesarla. “Si a mí me llegan a dar las seis de la mañana entrando a Soacha ya sé que más o menos hacia las 12 del día estaré llegando al peaje de Chía”. Asegura, entre chiste y chanza, que el embotellamiento de la ciudad es el peor de todo el país. “Ya me ha pasado varias veces que por un accidente insignificante he durado hasta 10 horas en cruzar la ciudad, no importa si es de sur a norte, o al revés.” Recuerda que de niño, y en época de vacaciones del colegio, su papá lo llevaba algunas veces a estos viajes y que este mismo trayecto lo hacían en un par de horas. “Claro, no había tanto tráfico; pero tampoco estaba la ciudad tan apretada como lo está ahora por las troncales de Transmilenio. Y pues las vías de la ciudad estaban mucho mejor. Tampoco había tanto hueco ni tanta moto”.  Luis dice que no entiende cómo el alcalde Enrique Peñalosa pretende implementar más troncales de Transmilenio. “Yo creo que el alcalde no piensa sino en meter buses y nada más. Él no ha pensado en los transportadores de carga y que yo sepa ni se ha sentado a hablar con nosotros. Y eso que somos de los que mejor conocemos el tráfico de la ciudad”. Esboza una sonrisa de preocupación mientras se pone una mano en la frente. “Es que póngase usted a pensar: una vía de apenas dos carriles para tractocamiones, taxis, motos, SITP, eso es imposible. ¿Imagínese una ambulancia con un enfermo de vida o muerte? Pues se muere el paciente”.  Moviendo su mano derecha, como quien se acaba de acordar de algo, me dice que eso ya le pasó. “Una vez entraba yo como a las 8 de la mañana y la altura de donde comienza la NQS con la autosur, preciso en pleno trancón en esa vía que es de dos carriles, había una ambulancia. Iba con luces y sirenas prendidas pero duró como media hora pasando apenas dos cuadras porque casi no se podía mover. Yo creo que el paciente se murió ahí adentro esperando a llegar al hospital”. Otro suceso que recuerda fue un embotellamiento por la Avenida Ciudad de Cali a la altura de la carrera 68. “Eso fue hace como dos años. Yo venia cargado con un flete de leche desde Chinavita, Boyacá e iba para Buenaventura. A eso de las siete de la mañana una moto se le atravesó imprudentemente a un bus de los del SITP. Eso lo mandó lejos y el muchacho quedó muerto al instante en toda la mitad del cruce de la Cali con 68. Yo quedé una media cuadra antes del semáforo de sur a norte parado por cerca de cuatro horas. Aparte de la impresión del accidente, uno siente rabia por que se demora más con la carga y pensando que lo que uno lleva se puede dañar”. Al preguntarle a Luis cuál sería la solución, desde su punto de vista y experiencia, al tráfico de Bogotá no lo piensa dos veces para responder: “pues yo he llevado carga a países como Venezuela, Ecuador, Perú y Brasil. Y me impresionan los cambios sobre todo que Ecuador y Perú han tenido últimamente y podría asegurar que nos sacaron más de 10 años de ventaja en autopistas. Venezuela, a pesar de los problemas que tiene, hace mucho tiene las mismas super autopistas. Brasil es quizá el que mejor esta en este aspecto”. “Colombia no esta tan mal, pero lo que respecta a Bogotá para cualquiera camionero entrar o pasar es un suplicio, le puede preguntar a quien quiera. Para mí y varios de los que hacen mi oficio la solución es hacer un metro que recorra la ciudad de lado a lado, elevado o subterráneo es lo mismo pues no ocupa espacio para el transporte normal. Pero no un metro como el que dice el alcalde pues no cubre ni la décima parte de la ciudad. Aunque para mí ese cuento del metro es para engañar a la ciudad y digan que cumplió mientras llena la ciudad por otro lado de solo buses, fregándonos a nosotros”. ¿Pero y entonces por donde haría usted el metro si fuera el alcalde de la ciudad? Pues mire, yo no hice sino hasta tercero de bachillerato. Pero yo haría un metro elevado desde Kennedy hasta Suba por toda la Avenida Ciudad de Cali. Y otro igualmente elevado por toda la Avenida Carrera 68 desde el sector de El Tunal hasta la Calle 100 y de ahí que gire sobre la Autopista Norte hasta Chía. Y agarro y hago puentes vehiculares en cada intersección que pueda. No solo en esas mismas avenidas sino también por la Boyacá y la Carrera 30. Igual que puentes peatonales cada 200 o 300 metros. Que queden verdaderas autopistas de 4 o 5 carriles y eso es fácil, pues quitando los benditos separadores, que no sé para que los hicieron, logro eso. Y construyo la ALO como una autopista gringa y ya. ¡Ah! y quito tanto semáforo que hay. Piense: en una vía principal como la Calle 13, que parece una cancha de golf de tanto hueco que tiene, llena de semáforos peatonales. El colmo.” Ante sus palabras guardo silencio por unos segundos. La verdad una solución así no me parece sorprendente y nada irreal. Pero entonces le suelto la pregunta del millón: ¿Y la plata qué, cómo paga todo eso? Su respuesta me dejó aún más atónito “¿Y entonces para que sirven las tales alianzas publico privadas que llaman? O simplemente se les da a una empresa extranjera que pague por eso y que les den 30 o 50 años para que administren y se paguen. ¿O así no hacen con lo de los peajes?”. En los años que llevo ejerciendo como periodista pocas veces he quedado tan satisfecho con las respuestas de un entrevistado. Diría que gratamente sorprendido. Pareciera que estuviera hablando con una persona experta en movilidad y desarrollo urbanístico y no con un humilde conductor de carga. ¿Qué consejo le daría al Alcalde Peñalosa si este pudiera escucharlo? “Pues yo simplemente le diría que nos escuche a nosotros los transportadores y conductores que somos quienes realmente conocemos los problemas del trafico de la ciudad. Que piense en el espacio que nos deja a a nosotros para movilizarnos y que el transporte es el piñón más importante de un país. Que piense en el metro pues no, alcalde Peñalosa, no necesitamos más troncales de Transmilenio”. 
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