Conciliar a Uribe y Santos no tiene pies ni cabeza, por los menos antes del 2014. Para entenderlo tenemos que reconocer dos puntos imposibles de negar:
1. Estos dos líderes representan dos visiones diferentes de país: la Colombia regional y la Colombia capital.
2. Antes y después de la presidencia de Álvaro Uribe la política en Colombia es otra.
El Juan Manuel Santos de antes del 2002 fue, según el propio expresidente Andrés Pastrana, uno de los líderes del país que más impulsó la propuesta de adelantar un proceso de paz en el territorio nacional, lo que después se tradujo en el despeje del Caguán. Una visión que sin “tutía” fue equivocada, y de la cual hicieron parte Juan Camilo Restrepo -hoy Ministro de Agricultura-, Ingrid Betancourt, Jaime Bernal Cuellar, entre otros.
Propuesta a la que el entonces candidato presidencial Uribe enfrentó de tajo, pues los resultados de esta no daban para más; el país en una sola voz reclamaba criterio, pantalones y un buen gobierno para que el país no se le saliera de las manos.
Es desde ahí donde los argumentos se forman para decir que no es posible unir estos proyectos por más notables que haya reunidos.
En la primera etapa de Uribe se asomaron los soldados de Colombia en las selvas del país después de varios años en los que solo se veían en la TV, y en su segundo gobierno invitó a participar en su política al ministro Santos, bajo su dirección, pero por más que las fotos mostraran lo contrario, la revista Semana en su publicación del sábado 28 de febrero de 2009 tituló en su portada “La guerra fría”, refiriéndose a la incomodidad que habría generado en el gobierno las reuniones a puerta cerrada de su entonces ministro de Defensa con varios congresistas a espaldas del gobierno, pata empujar su posible candidatura presidencial.
El mayor argumento para definir que las diferencias entre estos dos líderes han alcanzado hoy un tono elevado no es la declaración abierta del expresidente Uribe con la creación del movimiento Puro Centro Democrático –aunque tal vez esa fue la movida que no dejó duda del distanciamiento–, es el resultado de una bolsa que se llenó de ambas partes y se tornó más pública desde el pasado 7 de agosto de 2010 con el nombramiento de varios líderes en la era Santos a los que el mismo Uribe contradijo en su visión de país, como el caso del mismo Juan Camilo Restrepo, la inclusión de Vivian Morales en la terna para Fiscal General de la Nación; los nuevos mejores amigos Hugo Chávez y Rafael Correal. El atentado contra uno de sus exministros en plena avenida Caracas de Bogotá, y qué decir del Marco Jurídico para la Paz, en la cual el actual Gobierno le daría capacidad política a los grupos armados ilegales.
Como ven, las diferencias entre Uribe y Santos ahora son más noticiosas pero siempre han existido. Entonces, cabe la pregunta: ¿Qué es lo que en realidad preocupa al país político capital hoy y no hace dos años? No nos digamos mentiras, señores, es saber que aunque el presidente Santos hoy cuenta con el 47 % de aprobación para una posible reelección, las cuentas de Álvaro Uribe, consolidado como el líder regional del país, el apoyo que tendría una vez más del partido Conservador, y su costumbre de iniciar con el 2 % en las elecciones ponen en riesgo la permanencia de Juan Manuel Santos en el Palacio de Nariño.
Aunque la idea de acercarlos es válida y para muchos noble, afirmo que no es posible, señores notables, pero compruébenlo ustedes mismos, hablen con ellos.
Habla con ellos
Mié, 08/08/2012 - 05:54
Conciliar a Uribe y Santos no tiene pies ni cabeza, por los menos antes del 2014. Para entenderlo tenemos que reconocer dos puntos imposibl