Ya saben que no soy periodista. Soy activista hace veintidós años, con un espíritu anarquista, sin ningún matrimonio político y con el compromiso de que el único sesgo que acepto es el personal. Cuando escribo lo hago en honor a la verdad, desde mi visión de justicia.
Algunas veces me han acusado de "escribir por encargo". Nunca respondo a esos señalamientos porque en realidad poco o nada me importan. Yo soy un espíritu libre y de mi boca salen solo las cosas que yo deseo decir y lo he demostrado con hechos donde quiera que me paro.
Hace muchos años mi decisión ha sido, en lo posible, vivir sin protocolos. Y digo “en lo posible” porque ocasionalmente también he tenido que tragarme los sapos de las normas de conducta y la pedagogía del ejercicio. Mientras vivamos en sociedad, donde la verdad es considerada agravio, será imposible liberarnos de eso que llaman "conducta políticamente correcta".
Sin más preámbulos: Me encuentro “cabreada” con la nota que publicó el blog del Congreso de los Pueblos titulada “Asesinan mujeres bogotanas por culpa de la secretaria de la mujer que ofrece servicios que no presta”Cristina Vélez ¿Es en serio? ¿Cuál es la intención de tanto amarillismo?
Aunque la nota no hace responsable directamente a la secretaria Cristina Vélez, sí se presta para que así lo hagan algunas mujeres, como escuché decir a una mujer al leer esa nota. “Es ella quien está a cargo”, “Es ella quien debe asumir, es como si la hubiera asesinado por negligencia”, comentó.
Vamos aclarando el panorama: Aunque existen personas que me dicen que no le dé importancia a una publicación del Congreso de los Pueblos, yo insisto en que un gran porcentaje de mujeres creen a ojo cerrado en ese blog. Como no sé cuántas mujeres están concluyendo, con base en esa publicación, que Cristina Vélez es la responsable de la muerte de las mujeres que no logran ser atendidas a tiempo por la Secretaría, considero necesarias varias aclaraciones.
Estoy absolutamente segura que en la Secretaría de la Mujer a cargo de la señora Martha Sánchez también hubo feminicidios en los que las víctimas no fueron atendidas a tiempo y nadie hizo una nota denunciando el asunto, ni en el Congreso de los Pueblos ni en ningún otro medio alternativo de resistencia. Algo está pasando ahora.
De hecho, a mis oídos ha llegado, de boca de varias líderes barriales que conozco, la información de que existen acuerdos para entorpecer el trabajo de la secretaria actual. Estas acciones coordinadas van desde boicots, que consisten en asistir a eventos para no escuchar absolutamente nada y negarse a aceptar los ejercicios mediante carteles radicales en contra de lo que se comparta, hasta el “sabotaje de las vacas sagradas”.
¿Las vacas sagradas? Se preguntarán ustedes. Pues bien, se trata de mujeres con cargos inamovibles que llevan tres alcaldías liderando los temas de mujer, que ahora no soportan a “la burguesía peñalosista” y que están dispuestas a hacer que la secretaria de la Mujer actual no dé grandes resultados.
Una líder barrial de la localidad de Engativá que trabaja en varias localidades me cuenta que estas vacas sagradas afirman con soberbia que ellas ponen y quitan los liderazgos que se les da la gana. Ella, que prefiere no ser mencionada para no ser víctima de matoneo en las localidades y que goza de toda mi confianza, me cuenta que el mensaje es que “lideresas que no obstaculicen los procesos de la actual secretaria de la mujer serán sometidas a encerrona” con el ánimo de aburrirlas y que dejen la causa “por voluntad”. Nada de raro tiene que la macabra estrategia política también sea buscar abrumar y aburrir a la propia Cristina Vélez.
El odio a Cristina, supuestamente, es por prescindir del servicio de la mayoría de funcionarios que venían del gobierno distrital anterior. ¿Cómo es esto posible? ¿Acaso todas las administraciones no suelen hacer cambios? En mi experiencia he notado que siempre que hay nueva alcaldía vuelan las cabezas para que lleguen otras personas. Ha ocurrido así siempre, me consta. En la alcaldía de Petro también rodaron cabezas y llegaron nuevas personas a ocupar esos cargos.
No puedo decir que sea cierto o falso que Cristina Vélez también ejerza esas prácticas. Lo que sí sé es que en la administración de Peñalosa volaron muchas cabezas de la alcaldía anterior, como pasa siempre, práctica que odio y me parece injusta. También sé que hay varias personas de la administración pasada trabajando con Cristina Vélez y me consta que, incluso, hay personas que Petristas en su equipo y lo digo porque las vi poniendo el pecho defendiendo sus políticas en su momento...
En conclusión: De ser cierto lo que la líder barrial me comentó, me asquea que haya una guerra política sucia en contra de Cristina Vélez solo por ser funcionaria de un alcalde que no les agrada a ciertas personas.
Yo no vote por Peñalosa. No me gusta. No es el político de mis afectos. Y siendo simpatizante de Petro, debo advertir que tampoco vote por él. Mi causa social y política son las mujeres, y en esta guerra sin cuartel entre la derecha y la izquierda las únicas que estamos perdiendo somos la bogotanas.
Entiendo que la búsqueda de revocar a Peñalosa es un ejercicio democrático válido, y es un derecho que tienen todas las personas que rechazan las políticas del actual alcalde. Pero así como entiendo eso, es mí deber expresar que odio las injusticias del color político que sean.
Lamentablemente, la profesora que fue víctima de unos protocolos y métodos paquidérmicos encontró la muerte. Me duele en el alma lo sucedido. Ese sistema de atención debe mejorar, porque ha cobrado vidas en esta administración y también en la anterior. Y estos casos, independientemente de la fecha y de quien haya estado a cargo de la Secretaría de la Mujer, nos deben doler, indignar y llamar a la acción, más allá de las banderas políticas de turno.
[1] http://congresodelospueblos.org/regiones/centro/item/973-asesinan-mujeres-bogotanas-por-culpa-de-la-secretaria-de-la-mujer-que-les-ofrece-servicios-que-no-presta.html
