Colombia Check es hoy por hoy uno de los pocos portales de verificación de información en Colombia y que además goza de una gran aprobación entre los internautas que buscan una luz en la oscuridad de las fuentes anónimas, los contenidos sin cara, los artículos patrocinados, las noticias falsas o malintencionadas, entre otras tantas dinámicas que dificultan la tarea de informarse en internet.
En entrevista con Kienyke.com, José Felipe Sarmiento, periodista verificador de Colombia Check con una larga trayectoria en medios digitales e impresos, así como futuro jurado de la próxima edición del Premio Nacional de Periodismo Digital, reveló cuáles son los detalles más difíciles de hacer "fact checking" en Colombia” y los retos en esta materia de cara al 2022.
No es para nadie un secreto que en los tiempos de la virtualidad, incrementada por la pandemia, el consumo de internet se ha elevado en gran parte de la población. En los momentos más duros de la crisis, la red llegó a ser esa compañía infaltable para informarse sobre el avance de los contagios, la situación nacional e internacional e incluso fue anfitriona de gran parte de las alternativas de ocio de las personas.
No obstante, detrás de todo esto también se hizo cada vez más fuerte el fenómeno de las fake news, que llegaron a disponer de una buena cantidad de público a casi cualquier hora del día. Situación que incrementó el trabajo de personas como Felipe que pudieron notar que la desinformación no llega a tener límites ni siquiera con algo tan delicado como la salud.
“La desinformación es una información que es falsa o que es deliberadamente tergiversada o manipulada con un propósito, que pueden ser muchos”, asegura.
Dentro de las razones más comunes de este fenómeno, o así se deduce porque fueron las que primero se le vinieron a la cabeza a Sarmiento, se encuentran el “fishing”, que consiste en la captación irregular de datos en internet “para después hacer cosas raras con esos datos”; la política, bien sea para atacar a su contrincante o alabar los resultados propios; entre otras tantas.
“Muchas de las cosas que ‘checkeamos’ arrancan como chistes y después la gente se las empieza a creer. La típica foto del actor porno como médico que lucha contra el covid en China o como astrofísico de Boyacá (...) Siempre hay una intención, a veces es inocente, pero esas intenciones inocentes terminan generando problemas y llevan a la gente a tomar decisiones equivocadas que muchas veces pueden ser peligrosas”, señala Sarmiento.
Un ejemplo de ello, para no ir más lejos, son todas esas noticias e informaciones sobre el coronavirus que han rotado en el transcurso del último año y que incluyen consejos para utilizar sustancias o medicamentos potencialmente mortales o tóxicos para tratar el covid, noticias falsas sobre las vacunas y sus efectos, así como métodos falsos para prevenir o diagnosticar un contagio.
¿Noticias falsas y desinformación son sinónimos?
Noticias falsas y desinformación son dos términos tan peligrosos como comunes en el ecosistema digital, al punto de que incluso han llegado a ser trivializados por el opinador de turno que acusa de información falsa a cualquiera que sea contraria a sus afinidades.
“El término fake news empieza a volverse de uso conveniente para los políticos, entonces lo que no les conviene o no les gusta, las opiniones o denuncias periodísticas que son reales, terminan llamándoles así para restarles credibilidad”, relata.
Una problemática que, considera, no es estrictamente local sino que en realidad obedece a una dinámica global que ha llegado a permear posiciones de poder tan relevantes como la pasada administración de Donald Trump en Estados Unidos o de AMLO en México.
No obstante, desescalar una información o un discurso no es un tarea sencilla y así como hay temas que son fáciles de verificar como una foto o un meme, hay muchas otras que están muy bien estructuradas y requieren de una fuerte investigación, contrastación de fuentes y divulgación de los documentos que luego generen credibilidad sobre la labor realizada.
“La idea es que la gente pueda repetir el proceso y pueda ver de donde sacamos la información y no piense que nos la inventamos y estamos diciendo que es falso porque nos parece que es falso, sino porque hay todo un proceso detrás y un contraste de fuentes”, agrega Sarmiento.
Precisamente por esa metodología, Colombia Check es uno de los más reputados verificadores de Colombia y hace parte de la International Fact Checking Network, por lo que año tras año son a su vez revisados por pares verificadores que comprueban que se esté cumpliendo a cabalidad con el importante trabajo.
Todos pueden ser verificadores
En cuanto al balance de cómo está Colombia en temas de desinformación, Sarmiento piensa que “no estamos muy distinto al resto del mundo”. Los formatos de la desinformación son tan variados como los existentes en el ecosistema digital y fuera de él: imagen, texto, video, podcast, junto con derivaciones tan “naturales e inocentes” como los memes, cadenas de Whatsapp, etc.
En ese orden de ideas, el trabajo de Colombia Check por supuesto no es suficiente para frenar todo el flujo informativo falso que se mueve en las redes sociales y portales informativos, lo cual significa un esfuerzo extra para poder filtrar aquellas informaciones en cuanto a su peligrosidad y alcance.
“Hay que tener en cuenta el impacto de las mismas desinformaciones y hay que esperar un punto de equilibrio. No se puede esperar a que estén muy difundidas, porque ya cuando están muy difundidas es muy difícil desmentirlas porque hay mucha gente que fue impactada por la desinformación; y dos, no podemos coger cualquier desinformación que haya por ahí chiquita y desmentirla, porque muchas veces lo que pasa es que se puede amplificar innecesariamente”, asevera.
Sin embargo, también hay que destacar que José Felipe no es ajeno a la idea de que todos puedan hacer verificaciones desde sus esferas personales y de que la metodología de Colombia Check, así como de otro tipo de comprobaciones más sencillas, sean utilizadas en el día de cualquier ciudadano.
Eso, por ejemplo, podría ayudar a enfrentar retos tan grandes como las elecciones que se avecinan, evitando dinámicas como la sucedida en el plebiscito de la paz, en la que los directores de la campaña del 'no' diseñaron todo un sistema basado en la desinformación por medio de whatsapp y otros medios digitales.
“A mi si me gusta que todo el mundo puede hacer verificación porque de eso se trata” y en sentido es importante que “la gente se acostumbre a dudar de esas cosas que les llegan por internet, de esas cadenas que mandan por Whatsapp, de esas fotos o pantallazos de supuestos trinos o titulares, que muchas veces son montajes”, asegura el periodista.
Así las cosas, es indudable el aporte de este jurado al periodismo nacional, y no solo al él sino al conocimiento en general de la sociedad colombiana. Un granito de arena para proteger uno de los bienes más importantes de una sociedad democrática: el derecho a estar bien informado.