Hace 14 años María Shriver, esposa de Arnold Schwarzenegger, quedó en embarazo. Esa misma semana de 1997, Mildred Patricia Peña, la empleada del servicio doméstico de la familia Schwarzenegger, también. Nueve meses después, el 27 de septiembre de 1997, María dio a luz a su tercer hijo Christopher Sargent Schwarzenegger. Cinco días más tarde, el dos de octubre, Mildred Patricia tendría, también, un niño varón.
Mientras que María era la dueña y señora de la casa Schwarzenegger, Mildred Patricia se dedicaba a realizar las tareas domésticas de la mansión: cocinar, limpiar y lavar.
En tanto que María descendía de una de las familias más importantes de los Estados Unidos, la familia Kennedy, Mildred Patricia era una de las miles de inmigrantes guatemaltecas, que habían llegado a Estados Unidos buscando el sueño americano.
Los hijos de María Shriver y de Mildred Patricia crecieron juntos en la casa Schwarzenegger. Compartirían en aquella casona muchos de los días de todos estos años, casi siempre los jueves y viernes, cuando Mildred, quien no pernoctaba en la Mansión, llevaba a su hijo a jugar con el pequeño Christopher. La ropa que no le gustaba al último hijo de María, se la daba al hijo de Mildred. Los juguetes que ya no quería Christopher Sargent , se los obsequiaban al hijo de la empleada. Cuando viajaban a parques de diversiones, a los niños los mandaban juntos para que se sintieran mejor. Los niños, sin odios y sin envidias, compartieron todo durante estos catorce años, incluso, sin saberlo, el mismo papá.
Mildred Patricia Peña, y el hijo no reconocido de Schwarzenegger.
En enero de este año, después de 20 años de trabajo en la casa Schwarzenegger, Mildred Patricia decidió renunciar porque se descubrió lo que ella con tanto esmero había ocultado: la paternidad de su hijo. Las dudas empezaron a rondar en la cabeza de María, quien comenzaría a indagar a Mildred Patricia sobre el padre de ese niño, tan parecido a sus propios hijos. La empleada primero aseguró que el papá del niño era aquel colombiano llamado Rogelio Baena con el que se había casado diez años antes del embarazo.
Rogelio, sin dudarlo, le había heredado el apellido al niño y, como es de costumbre en los Estados Unidos, también a la guatemalteca. Por eso los medios hoy hablan de Mildred Patricia Baena, y no de Mildred Patricia Peña. Rogelio asumió la patria potestad del niño, pero un par de meses más tarde, Mildred decidiría separarse del colombiano.
Cuentan los amigos de Patty, como conocen a Mildred Patricia, que al parecer la empleada sólo tuvo un affaire con el actor. Todo sucedería en el invierno de 1997, en una tarde cuando estaban solos en casa. Arnold se le lanzaría a la muchacha y esta no opondría ninguna resistencia, ya que estaba totalmente enamorada del austriaco. Entonces pasaría lo que ya todos sabemos: tendrían una relación sexual sin protección. Fue un tema del que más nunca volverían a hablar.
De manera misteriosa lo único que cambiaría después del nacimiento del hijo de la ama de llaves fue su sueldo. La mesada aumentó en 1200 dólares. Esta situación ha dado pie para que las revistas de farandula digan que Arnold sabía de su hijo, y que siempre respondió por su manutención.
Al conocerse la infidelidad, María Shriver decidiría pedir el divorcio del actor austriaco. Descubierto el actor, Arnold saldría en los medios para confirmar la paternidad y pedir disculpas públicas a su familia. Destapado el escandalo, los tres hijos mayores decidirían respaldar a su mamá. Revelado el nombre, el rostro y toda la vida de Mildred Patricia, ésta decidiría pedirle respeto a los medios y declararse en silencio.
