Evelyn Hernández es una joven proveniente de una familia de escasos recursos de El Salvador. A mediados de abril de 2016, cuando tenía 18 años y cursaba tercero de bachillerato, tuvo una hemorragia en el baño de su casa y se desmayó. Al notar lo que había ocurrido, su mamá la llevó a un hospital, donde el personal médico constató que Evelyn había sufrido un aborto involuntario.
Ella ni siquiera sabía que estaba embarazada, pero había dado a luz sin vida a un feto que fue producto de una violación. La propia enfermera que atendió su caso fue quien la denunció.
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Hernández fue llevada a juicio y acusada por el delito de homicidio agravado. Un juez determinó que era culpable y dictó una pena de 30 años de cárcel. Fue trasladada al Centro de Readaptación para Mujeres de Ilopango, o la Cárcel de Mujeres, al sureste de San Salvador.
“Fue muy duro estar ahí, también porque nunca había entrado a una cárcel. Y la situación que tuve que pasar allí”, recuerda.
Fueron 33 meses (casi tres años) de su vida en la cárcel, pero desde febrero logró el beneficio de libertad condicional.
Evelyn, una joven de muy pocas palabras, le contó a la Agencia Anadolu parte de su experiencia y del momento en que recibió la noticia de que el juez de Sentencia de Cojutepeque absolvió su pena.
"Me sentí muy contenta, y, este, fue como volver a rehacer nuevamente mi vida”, dijo.
Antes de que todo esto le sucediera, estaba estudiando un bachillerato técnico. Ahora, aunque no tiene claridad, afirma que su sueño es “seguir estudiando para después tener un trabajo”.
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“Tenía en mente enfermería. Pero ahora no sé cuál carrera agarrar”, aseguró.
Hernández regresó con su familia, que siempre la apoyó durante todo el proceso y la animó a seguir adelante. Hoy con 21 años y habiendo recuperado su libertad, dice que quiere apoyar a los colectivos y las “voces feministas” para ayudar a sus compañeras que “están allá adentro”.
En la cárcel quedan 16 mujeres que fueron condenadas y encarceladas por la misma situación. Entre todas, compartían sus experiencias y se daban ánimos para hacer más fácil su paso por la prisión.
“Las conocí a todas. Me contaban la situación que habían pasado, y siempre diciendo que teníamos que seguir adelante. Dios va a hacer justicia y ellas van a salir en libertad”, asegura.
Por lo anterior, le pide al sistema judicial salvadoreño que revise bien los casos de cada uno y sus expedientes “para que sepan la verdad: que son inocentes”.
“Yo no le desearía a ninguna mujer lo que me pasó a mi y a mi niña”, subraya finalmente Evelyn, al agradecerle a todas las personas que estuvieron a su lado, incluso las que un día la señalaron, pues la estigmatización es otra de las dificultades a las que estas mujeres se enfrentan.
Evelyn Hernández pudo recuperar su libertad gracias al equipo jurídico de la Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto en El Salvador, una organización no gubernamental que trabaja para cambiar la legislación existente sobre la interrupción del embarazo en el país, y para defender legalmente a las mujeres que han sido condenadas o están siendo acusadas por abortos o delitos relacionados.
Esta ONG también aboga porque las mujeres reciban asistencia adecuada para asegurar su salud sexual y reproductiva, de tal manera que no recurran a abortos inseguros que ponen en riesgo sus vidas.
Su trabajo ha logrado que 41 mujeres hayan sido absueltas de penas por este tipo de situaciones. Pero la dura batalla judicial continuará, pues hasta el momento, las únicas dos iniciativas que buscan despenalizar en ciertas causales el aborto, están paralizadas en la Asamblea Legislativa.
Un aborto la puso tras las rejas
Vie, 23/08/2019 - 13:57
Evelyn Hernández es una joven proveniente de una familia de escasos recursos de El Salvador. A mediados de abril de 2016, cuando tenía 18 años y cursaba tercero de bachillerato, tuvo una hemorragia