Sobre todas la cosas, nos la jugamos por Bogotá

Mar, 10/03/2015 - 04:46
Antes de las cinco de la mañana miles de hombres y mujeres salen a la calle a trabajar o estudiar. Se enfrentan al frío, al tumultuoso transporte público, a una feroz competencia por ser el primero
Antes de las cinco de la mañana miles de hombres y mujeres salen a la calle a trabajar o estudiar. Se enfrentan al frío, al tumultuoso transporte público, a una feroz competencia por ser el primero, el mejor, el más competitivo. A diferencia de otras ciudades de Colombia, también los espera un grado de hostilidad particular. Nadie, o muy pocos, están dispuestos a dar la hora con amabilidad, nadie, o muy pocos, se tomarán la molestia de dar con calma una guía sobre aquella dirección difícil de encontrar. Bogotá es así. Hostil, fría, dura con el recién llegado. De hecho, Gabriel García Márquez, en sus memorias, cuenta que la capital de Colombia fue la ciudad del mundo que más lo atemorizó. La primera imagen que vio a su llegada a Bogotá lo marcó de por vida: el frío, hombres de negro caminando en la calle, ninguna mujer a la vista, hasta que de repente una señora vestida de luto, con la cara cubierta por un velo se le quedó mirando. El frenesí, la indiferencia de la gente, son características propias de muchas otras ciudades del mundo. Sin embargo, detrás de esa primera apariencia de indiferencia vive una ciudad de belleza particular. El azul del cielo bogotano es difícil de encontrar en otros sitios. Cuando el sol golpea los cerros y los edificios de ladrillo rojo, cualquiera se siente obligado a ver ese espectáculo visual, de hecho, según sus biógrafos, este era el paisaje favorito de Luis Carlos Galán. En la noche, cuando los trabajadores (sin importar su capacidad económica) dejan atrás las tensiones de oficina, salen a buscar algún lugar para hacer amigos. La Bogotá hostil se quita el rígido traje de jornada para vestirse de fiesta. El poeta Juan Manuel Roca resumió en una metáfora la dualidad que identifica a la ciudad: Bogotá es una hermosa mujer, escondida en la tosca piel de un asno. Redescubrir esa hermosa mujer es lo que nos proponemos a partir de hoy. Bancolombia, con la campaña La Bogotá que YO quiero, convocó a varios medios de comunicación digitales para que a través del periodismo le mostremos a los lectores esa Bogotá pujante, talentosa y combativa de la cual debemos sentirnos orgullosos. La ciudad tiene demasiado que ofrecer. Miles de historias y personajes que la retratan. Ella es, como cualquier otro lugar del país, una ventana a través de la cual puede verse cómo es Colombia, en lo bueno y en lo malo. Bogotá ha padecido las violencias del país. En 1914, en lo que es hoy la Carrera Séptima, asesinaron a Rafael Uribe Uribe. En 1948, otra vez en la Séptima, mataron a Gaitán. La noche del 7 de febrero de 2003 un carro bomba explotó en el Club El Nogal, ubicado en la Carrera Séptima con calle 78. Tres momentos diferentes sobre una sola vía que retratan la realidad histórica de un país. Pero Bogotá también es reflejo de la pujanza colombiana, de la capacidad de este país para sobreponerse a las crisis y construir una vida mejor a pesar de los desplantes de los políticos. A Bogotá le sienta bien una frase que le gustaba a Ernesto Sábato: “Todo tiempo pasado fue peor”. El siglo XIX bogotano fue un desastre. La ciudad atravesó varias crisis higiénicas. Pero qué se podía esperar de una villa empobrecida donde la gente hacía sus necesidades en la calle y los transeúntes se morían al caer en los huecos de las vías que no se veían en la noche. Y aun así, en esa Bogotá lúgubre, Rafael Pombo elaboró su mundo maravilloso. Ya bien entrado el siglo XX, en la década de los 80, Bogotá se caracterizaba por el caos de los buses y el imperio de los raponeros. La ciudad es hoy muy distinta. A pesar de los errores y las necesidades evidentes, el transporte público es mucho más ordenado que en el pasado. Si bien la inseguridad sigue siendo una preocupación, hoy es posible sentirse seguro en la mayoría de sus barrios. Los retos son enormes. Bogotá requiere la suma del talento de todos aquellos que viven en ella. La campaña La Bogotá que YO quiero busca dar a conocer esas historias y personajes bogotanos para que sirvan de inspiración a quienes sienten gratitud por la ciudad. Para quienes la sienten un poco, o completamente, suya. [youtube width="549" height="366"]http://youtu.be/Du_cmQx5K4c[/youtube] Andrés Felipe Osorio Editor General KienyKe.com la bogota que yo quirero  
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