A pesar de la infamia de la trata transatlántica de esclavos, la investigación científica aún no ha explorado plenamente la historia de los esclavos africanos llevados a Centroamérica y América del Sur. Ahora, una nueva investigación, publicada en la revista Current Biology, cuenta la historia de tres esclavos africanos del siglo XVI.
Los tres individuos fueron encontrados dentro de una fosa común en el Hospital Real de San José de los Naturales, en la Ciudad de México, un antiguo sitio hospitalario dedicado en gran parte a atender a la comunidad indígena.
“Los huesos tienen alrededor de 600 años, pero por el registro arqueológico podemos decir que no pudieron ser enterrados antes de 1529, el registro más antiguo del hospital”, declara a SINC Rodrigo Barquera, un estudiante de posgrado del Instituto Max-Planck para la Ciencia de la Historia Humana.
Sin embargo, los autores pudieron identificar su origen africano. “Su genética sugiere que nacieron en África, donde pasaron toda su juventud. Nuestras pruebas apuntan a un origen africano meridional u occidental antes de ser transportados a las Américas”, dice Barquera.
Los huesos cuentan las dificultades físicas
Para llevar a cabo el estudio, los científicos utilizaron una combinación de análisis genéticos, osteológicos e isotópicos y determinaron en qué lugar de África los capturaron, las dificultades físicas que experimentaron como esclavos y qué nuevos patógenos pudieron haber llevado consigo a través del Atlántico.
El estudio presenta un panorama poco común de la vida de los esclavos africanos durante los primeros tiempos de la colonización española y de cómo su presencia puede haber configurado la dinámica de las enfermedades en el Nuevo Mundo.
Un examen minucioso de sus huesos revela una vida de graves dificultades una vez que llegaron a las Américas. Los antropólogos encontraron grandes inserciones musculares en la parte superior del cuerpo de un esqueleto, lo que probablemente apunta a un trabajo físico continuo. Otro individuo tenía restos de heridas de bala de cobre, mientras que el tercero tenía una serie de fracturas en el cráneo y las piernas.
Sin embargo, el equipo también pudo decir que el abuso no acabó con sus vidas. “Con nuestras osteobiografías podemos decir que sobrevivieron al maltrato que recibieron. Su historia es de dificultad, pero también de fortaleza, porque aunque sufrieron mucho, perseveraron y se resistieron a los cambios que se les impusieron”, dice el experto.
Traslado de patógenos
Según los autores, los africanos esclavizados de la primera generación llegaron a la parte central de la Nueva España muy pronto durante el período colonial y, con ellos, se importaron nuevas enfermedades (o al menos nuevas cepas).
“Como fueron encontrados en este sitio de entierro masivo, pensamos que estos individuos probablemente murieron en uno de los primeros eventos epidémicos en la Ciudad de México”, dice Barquera.
A partir de los restos, los investigadores recuperaron el material genético de dos patógenos que infectaron a dos de los individuos mientras estaban vivos. “Encontramos que uno de ellos estaba infectado con el virus de la hepatitis B, mientras que otro lo estaba con la bacteria que causa el pian, una enfermedad similar a la sífilis”, dice Denise Kühnert, una matemática que trabaja en la filogenia de la enfermedad, del Instituto Max-Planck para la Ciencia de la Historia Humana.
“Nuestros análisis filogenéticos sugieren que ambos individuos contrajeron sus infecciones antes de que fueran llevados por la fuerza a México”, confirma.
“Esta es la evidencia más temprana del pian en las Américas y pertenece a un grupo de treponemas de pian que prevalecen en el África subsahariana. Esto significa que es la evidencia más temprana de que el pian se introdujo en las Américas a través de la trata transatlántica de esclavos”, dice Barquera.
Esto es particularmente significativo para el pian, ya que era bastante común en los mexicanos durante el período colonial. “Es plausible que el pian no solo fuera introducido en América a través del comercio transatlántico de esclavos, sino que posteriormente puede haber tenido un impacto considerable en la dinámica de la enfermedad en América Latina”, dice Kühnert.
Al realizar el estudio de esta manera interdisciplinar, los investigadores pueden ahora responder a preguntas profundas sobre las raíces de la cultura mexicana. “Queremos conocer cómo surgieron y se propagaron los patógenos durante el período colonial en la Nueva España, pero también queremos seguir explorando las historias de vida de los africanos que fueron traídos aquí y en otras partes de las Américas. De esa manera pueden ocupar un lugar más visible en la historia de América Latina", dice Barquera.
“Desentrañamos la historia de la vida de tres individuos que, de otro modo, no tendrían voz y que pertenecían a uno de los grupos más oprimidos de la historia de las Américas”, concluye el autor principal Johannes Krause, arqueogenetista y profesor del instituto alemán.