La joya arqueológica de Santander

Jue, 04/03/2021 - 09:09
Cueva Rica es uno de los lugares que forma parte de la oferta en la que vienen trabajando promotores y autoridades locales para reactivar el turismo durante la pandemia en Santander.
Créditos:
Juancho Torres / Anadolu

Ubicado a 127 kilómetros de Bucaramanga y a 33 kilómetros del reconocido pueblo de San Gil, al noroeste de Colombia, se encuentra el municipio de Mogotes. Al lugar se llega luego de recorrer uno de los paisajes más hermosos con los que cuenta la geografía colombiana, que incluye el majestuoso cañón del Chicamocha.

El municipio de Mogotes pertenece a la provincia Guanentá, en el departamento de Santander. Ariel Palomino, antropólogo e historiador mogotano, quien durante décadas ha estudiado la historia de los acontecimientos relacionada con la región, afirma que una de las características que llama mucho la atención del municipio "es su arquitectura de pueblo colonial". 

"Está conformado por hermosas casonas construidas con bareque, calicanto y teja de barro propio de la época colonial. No es para menos. Mogotes tuvo un papel importante en la colonial y la lucha libertadora", relata.

Mogotes basa su economía en la agricultura tradicional. Entre sus productos se destacan el cultivo del fique, la caña de azúcar, frijol, hortalizas y frutas. Otras líneas importantes son la ganadería doble propósito para la producción de leche y carne. 

Según lo narra Palomino, la población indígena que habitó esta zona para la época de la conquista no era numerosa. Fue habitada por los indígenas de la cultura Guane, que servían al cacique Guanentá. La palabra 'Mogotes' para los guanes tenía un significado especial ya que en realidad era “Mon Gua Temon” que significa agua o baño, montaña y boquerón.  Toda la palabra significa 'baño en el boquerón de la montaña'.

Museo de pictografías Guane

Escondidas en lo más alto del cañón del río Mogoticos, en un alto risco de difícil acceso, se encuentran cientos de representaciones de guerreros, cazadores, animales y figuras geométricas.

El lugar cuenta con el aura el solemne ideograma donde los espíritus de los antepasados, presentes en este altar desde siglos inmemoriales, sumergen al visitante en la historia. Es el retorno a los ancestros, es magia que impacta por la admiración que se revela en esta epifanía que supera las 150 imágenes, en una armonía que transmite un mensaje aun indescifrado y plasmado sobre las paredes de las majestuosas rocas que sobrepasan las copas de los árboles. 

Estas pinturas rupestres de las cuales aún no se conoce su antigüedad, y aunque fueron descubiertas hace ya cientos de años, son una importante fuente de información sobre la cultura Guane. Los pictogramas y los grabados (petroglifos), estudiados hasta el momento por especialistas, se encuentran en cuevas, grutas y hendiduras de grandes rocas en lo alto del majestuoso cañón de Chicamocha.

Hasta hace muy poco se encontraban desprotegidos y quienes tenían conocimiento de su existencia no les prestaban atención. La situación para estas huellas culturales Guane ha cambiado, ahora con la oferta turística y cultural en la que viene trabajando el municipio de Mogotes y la unión de los grupos de jóvenes Raíz Roja Mogotes y La Mochila Viajera, quienes estudian y promueven el turismo sostenible y se encargan de su preservación y vigilancia.

Varios pueblos alrededor del mundo, para representar seres animados o cosas, han utilizado imágenes pintadas o esculpidas en las rocas. Sus diseños son infinitos como el material utilizado. Los Guane participaron de esta forma de expresión.

“Las pinturas rupestres son, de lejos, un tema llamativo en esta región y, por tal, uno de los más estudiados. De hecho, varios investigadores han reportado otros nuevos museos con pictografías en la región, que aún faltan por estudiar”, asegura Fredy Calderón, representante administrativo de Raíz Roja Mogotes, quien comenta que su proyecto inicio ya hace algunos años, y a través de diferentes estudios llevados a cabo por Antropólogos modernos cree que los pictogramas Guane representan un tipo de lenguaje ritual o simbólico. Los dibujos y pictogramas fueron hechos directamente en las paredes de la roca y en huecos situados en zonas de difícil acceso.

Calderón hace una reflexión sobre el rol que debe desempeñar el Estado, cuyo apoyo, dice, es fundamental para consolidar estrategias sostenibles de turismo responsable y apoyar las diversas iniciativas que han surgido desde las mismas personas.

"Ellos no solo ven a La Cueva Rica como herramienta económica, sino como el legado directo que dejaron sus ancestros y como una fuente de recursos de identidad e invaluable patrimonio para las futuras generaciones".

"Sin ellas y ellos, nunca el trabajo científico se habría podido realizar", considera.

También resulta valioso e importante resaltar que los abrigos rocosos y las pictografías fueron realmente descubiertos por las personas de la región. Los Guane por instinto natural y posiblemente para perpetuarlos, hicieron su trabajo en lugares donde hay abrigos rocosos que los protegen de la lluvia y la erosión. “La piedra es el símbolo de antigüedad y permanencia, tan antiguo su uso como la Humanidad, es muy importante para nosotros como herederos de esta etnia, debemos plantear una estrategia de apropiación social”. nos cuenta Ricardo Díaz, un joven apasionado por la historia y quien a partir de su conocimiento busca preservar el legado de los Guane.

Y agrega: "Hoy muchas de estas personas construyen estrategias a través del turismo responsable para que tanto investigadores y personas del común, conozcan este invaluable tesoro, y de una manera sostenible para no llevarlo al olvido, implementar la apropiación social, explicándole la importancia a la comunidad".

Sobre sus autores, los nativos Guane, afirman que usaron “Técnica generalizada de colores rojizos-ocres, en su mayoría con trazos de 1 cm de grosor. En su totalidad se encuentran en abrigos rocosos sobre las laderas que rodean la meseta. Algunas evidencian la intervención humana como rayones, cinceladas, etc. y el deterioro causado por agentes naturales sol y agua, pero en general se pueden observar sin mucho esfuerzo. El acceso a los mismos es relativamente complicado y en algunos casos peligroso”.

A pesar del tiempo transcurrido la obra pictórica está intacta. Si existen daños en alguna de ellas se trata de la intervención del hombre moderno. Si es cierto que existe un temor a que un sitio tan valioso sea dañado, también es importante que, en estos lugares, se inicien planes turísticos para crear una forma de interactuar con ellos. Siempre que exista un equilibrio entre la protección, la educación y la celebración. Esta es una forma de preservar la herencia inmaterial de los Guane y que vivirá por siempre en la sangre de los Santandereanos.

Conoce otros atractivos de Mogotes

Santander es uno de los destinos colombianos que llama la atención por sus atractivos naturales, como sus cascadas. Entre ellas, se encuentra la cascada la nariz del diablo, una majestuosa caída de agua en la que se puede realizar algunos deportes extremos.

Esta majestuosa cascada de 40 metros de altura cuenta con un llamativo chorro de agua cristalina que desciende con gran fuerza por una pared rocosa en forma de escalera, que desemboca en un pequeño charco. Se dice que su nombre proviene de las figuras que forman sus rocas y es visitada por los amantes de la aventura y el riesgo, puesto que en ella se pueden realizar actividades como torrentismo o canyoning. También, es el lugar ideal para quienes buscan descansar de la rutina, conectarse con la naturaleza y recibir sus múltiples beneficios.

Por si fuera poco, este atractivo se encuentra cerca del Hoyo de los pájaros, un impresionante agujero de 120 metros de profundidad en el que se pueden realizar actividades de alto riesgo. Igualmente, este enorme agujero es el hogar de los pájaros guácharos, unas increíbles aves nocturnas que se caracterizan por su plumaje de color marrón con pequeños puntos. Se comenta que la salida de estos pájaros del hoyo es un espectáculo visual y sonoro sin precedentes.

Además, aparecen otros atractivos que se deben conocer durante la visita a este hermoso territorio. Entre ellos, se encuentra el pozo del pino, un charco de aguas cristalinas, el cual posee una pequeña cascada de 4 metros, que ofrece un espectáculo natural increíble. Aunque es un charco poco profundo es ideal para tomar un baño relajante.

Mogotes, sin lugar a duda es una biblioteca del pensamiento indígena, y un lugar para dejarse llevar por la conexión con la naturaleza, en una tierra llena de atractivos históricos, culturales y una amplia experiencia gastronómica autóctona para que las personas se involucren con sus tradiciones.

Por: Juancho Torres / Anadolu

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