¿La humanidad se extinguirá por culpa de la tecnología?

Mar, 08/11/2022 - 17:58
Las relaciones afectivas pueden depender de menos de dos segundos de atención en Tinder. De eso y más habla un experto latinoamericano en tecnología y humanismo.

La literatura, el cine, los videojuegos y la música han abordado distopías tecnológicas en las que el ser humano queda reducido por el poder de las máquinas, de la inteligencia artificial, de los microchips. Sin embargo, académicos de diferentes áreas han coincidido en que la prevención de tales peligros no puede basarse en la satanización de la tecnología, sino en análisis más moderados. 

De eso habla Joan Cwaik, autor argentino que ha trabajado en el concepto de “humanismo digital”, una categoría que entiende la importancia de la tecnología, los algoritmos, los procesadores, la web, pero teniendo en primer renglón al ser humano, razón de ser de todo lo anterior. 

El académico describe el humanismo digital como “una corriente que no está formalizada, la cual busca pensar los lazos que hay entre tecnología y humanidad; la tecnología se ve como una herramienta”, haciendo énfasis en que la sociedad globalizada está entre dos extremos: la fascinación y la resistencia a la tecnología.

En su más reciente libro, ‘El dilema humano’, Cwaik apunta que la humanidad ha llegado a un punto de inflexión en el que tendrá que decidir si se dejará llevar por un impulso de autodestrucción conducido por una exagerada evolución técnica o si optará por una “autosuperación permanente”.

Y es que para llegar a tal dilema tecnológico Cwaik parte de la nostalgia. Le resulta inconcebible que en un mundo de alta optimización industrial, de frecuente flujo de información y de actualizaciones constantes en sistemas operativos, los abrazos queden en el pasado, así como la interacción cara a cara o cuerpo a cuerpo, retando las habilidades sociales de las personas. 

“Ya no somos humanos vírgenes. Ya no somos humanos con nuestros rasgos biológicos. La tecnología es transversal”, señaló. 

Humanismo digital

De allí se desprende la noción del ‘homo-tech’, concepto algo provocador que ha postulado el autor, quien considera que todas las dinámicas de las personas están atravesadas por la tecnología. 

Para Cwaik es necesario que se elaboren debates en torno a la tecnología. “Nos debemos un debate tecnológico”, afirma, mientras hace hincapié en que la presencia de artefactos es casi tan natural como la lluvia, la rotación de la tierra y el clima en general. 

América Latina es un caso de estudio especial. “Tenemos particularidades muy valoradas a nivel mundial en relación con nuestros niveles de flexibilidad y adaptación tecnológica. Será porque estamos acostumbrados a vaivenes macroeconómicos y políticos muy difíciles de sortear. Nuestra creatividad es muy valorada a nivel internacional y somos exportadores de talentos vinculados con tecnologías emergentes”, anotó. 

Es sobre el caso de su región, de Latinoamérica, que Cwaik se muestra más optimista. La llamada tecnología del conocimiento es para el estudioso argentino una mina de oro que, con el debate de por medio, podría contribuir a la superación que desde el humanismo tanto proclama.

Sin embargo, en el texto se habla concretamente de la necesidad de atender alarmas relacionadas con la salud mental. “Hay una crisis institucional en el concepto de amistad y de pareja; si yo estoy almorzando con vos y le presto más atención a mi celular, te estoy dando a entender que lo que pasa detrás de la pantalla es más importante que el cara a cara”.

Allí las relaciones de pareja, los vínculos afectivos, sentimentales y sexuales cobran mayor relevancia. Cwaik explica en su libro que, por ejemplo, Tinder ha sido visto como un “inventario humano ilimitado en el que siempre habrá alguien más a la derecha; tenemos menos de dos segundos para vendernos, siempre con una foto preferencial”. 

Dijo sobre lo anterior que en el mundo se ha instaurado una cultura del descarte en la que las plataformas lo saben todo de nosotros y, además, se favorece la gratificación instantánea, abarcando la educación, las relaciones, la familia, los instintos y los negocios.

Este dilema, el dilema de lo humano, es el regreso a algunas de las preguntas de los primeros filósofos, ahora con el condicionante de la tecnología y, en algunos casos, la dependencia de la misma. 

Creado Por
Juan Hernany Romero C.
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