Este jueves 16 de febrero la diseñadora caleña, Nancy González de Barberi, se convirtió de nuevo en noticia tras confirmarse el aval para su extradición a Estados Unidos. La colombiana, es requerida por aquel país para responder por los delitos de concierto para importar y llevar vida silvestre en contra de la ley, defraudar a ese país, impidiendo, perjudicando, obstruyendo y anulando las funciones gubernamentales legítimas y por contrabandear mercancía.
Es válido recordar que González fue detenida en julio del año pasado, en una operación de la Policia Nacional llamada Yacaré, en la que se ubicó y detuvo a una organización señalada de presunto tráfico de pieles exóticas hacia Estados Unidos.
¿Cómo llegó de Barberi a esta situación que la tiene ad portas de la extradición?
Ledania: la grafitera colombiana detrás de Encanto
La historia de éxito en la moda internacional de Nancy Gonzaléz de Barberi, inició en 1.989. En Cali, la creativa diseñadora montó un pequeño negocio de diseño de moda, enfocado en cinturones de cuero de becerro que poco a poco fue ganando fama tras los irreverentes diseños de su creadora. El patio de la casa de su madre, era su taller, que le permitió dar un salto hasta llegar a montar varias tiendas en el país.
Tras consolidar su pequeño negocio y extender su producción a siete tiendas bajo el nombre de Encuero, el éxito y la fama internacional aún no llegarían a ella. Además de confeccionar cinturones, la colombiana creaba bolsos usando paletas de color poco comunes, lo que ayudaría a crecer su nombre dentro del segmento comercial de moda a nivel nacional.
Fue entonces en 1.998 cuando la fama le sonreiría. Un par de entregas que realizó a Nueva York le hizo pensar en escalar su negocio a otros países. Cambió la marca de sus productos por su nombre como los grandes diseñadores y decidió ir a probar suerte en ese mercado tan exigente.
En este punto, sus diseños eran realizados con cuero de cocodrilo, con patrones únicos y colores llamativos, lo que causó impresión en el círculo de la moda en Estados Unidos, a tal punto que la presidenta de Bergdorf Goodman, una importante tienda de moda en ese país, le pidió que le mostrara sus diseños. En poco tiempo, los Nancy González fueron expuestos en las vitrinas codiciadas de esta tienda, lo que elevó por lo más alto de esta industria, el nombre de la caleña quien inició su camino profesional en el patio de su madre.
González regresó a Colombia para cerrar sus tiendas y centrarse en el mercado internacional. Así fue, su fama creció a tal punto que sus bolsos eran utilizados por grandes celebridades como: Kris Jenner, Britney Spears u Oprah Winfrey, además sus diseños aparecían en grandes producciones como 'Sexo en Nueva York' o el 'Diablo Viste a la Moda', lo que catapultaba cada vez más la fama de la colombiana, sus tiendas se extendieron por el mundo y sus bolsos eran el centro de atención de una industria cada vez más sedienta de ellos.
Incluso, su reconocimiento fue tal que en 2008 el Museo Metropolitano de Nueva York incluyó uno de sus bolsos entre los 65 artículos más sobresalientes de la moda desde el siglo XVIII. Ante el éxito, Nancy González aclaraba en cada entrevista que tenía que sus diseños era inspiración de la naturaleza colombiana, hechos con pieles exóticas como la del cocodrilo principalmente, sus creaciones era hechas desde Cali, por artesanos muy bien preparados y guiados por franceses e italianos con gran experiencia.
La caída de Nancy González
Con el mundo de la moda a sus pies, González era casi una leyenda del diseño a nivel global. Estatus que duró hasta el 8 de julio del 2022. La diseñadora fue capturada en Colombia un operativo de la Policía Nacional que desmanteló la operación que la caleña llevaba perfeccionando por años. La misma, fue detenido en sus momento, por enviar de manera ilegal a EE. UU. artículos de marroquinería elaborados con pieles de animales exóticos y en peligro de extinción.
Si bien sus diseños eran de piel de cocodrilo como ella afirmaba, su comercialización se debía aprobar bajo una serie de delicados permisos que muchas veces la organización de la colombiana omitía. A su vez, González usó pieles de babilla, serpiente pitón, lagarto varanus y venado, los cuales se reproducen solo una vez al año y son catalogados como animales en vía de extinción, lo que se considera un delito.
Para evitar a las autoridades y los estrictos controles sobre su mercancía, dado que sus bolsos no tenían los permisos de las autoridades ambientales y la reglamentación dispuesta por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, la caleña junto a varias personas más presuntamente idearon un plan, utilizar correos humanos o mulas del Valle del Cauca.
Las mismas tenían el objetivo de llevar los artículos a diferentes países del mundo, en especial, a Estados Unidos. “Ante cualquier pregunta de las autoridades debían señalar que se trataban de obsequios para familiares o amigos. En realidad, el destino final de los productos eran tiendas lujosas y exposiciones reconocidas internacionalmente en eventos como la Semana de la Moda de Nueva York”, comentó la Fiscalía en ese entonces.
Según las investigaciones, cada viajero recibía tiquetes aéreos y 600 dólares para su manutención en Estados Unidos. Según el director de la Policía de Carabineros en el momento de su captura, la empresa delictiva llevaba desde el 2013 hasta el 2019 más de 40 millones de dólares en tráfico y comercialización de estas especies.
Desde ese momento hasta hoy, la diseñadora y sus presuntos cómplices han estado recluidos, ella, en la cárcel el Buen Pastor de Bogotá, donde espera la firma del presidente Gustavo Petro para hacerse legal su extradición a Estados Unidos y responder en aquel país por sus delitos.