Dos destinos diferentes, pero una pasión en común, esta es la historia que trasciende la vida de Marta Cecilia Arboleda, la voz principal de la agrupación Andaluz de Medellín y la de la pequeña estrella de la trova Jackeline Zuluaga, dos artistas que se apasionaron por sus carreras y hoy representan el orgullo colombiano llevando su talento a los distintos escenarios de Colombia.
Una fusión de talento, y una mezcla de arte que no le tiene miedo a los prejuicios ni a las edades, en Colombia yace una artista de calle que creció en una lejana vereda campesina, mientras que otra talentosa poeta nació años más tarde en Marinilla la famosa tierra de los trovadores.
Marta, una fiel amante del arte, que todos los días se levanta con una sonrisa de oreja a oreja, y a pesar de los fuertes acontecimientos que ha vivido a lo largo de su vida y de los que parecía nunca poder salir, hoy, su nombre ha logrado resonar en toda la comunidad paisa, de quienes han oído sus emblemáticas canciones y su melodiosa voz que suele exaltar la música carrilera, la cumbia, y el despecho.
Mientras una pequeña niña creció años más tarde escuchando los versos de su padre y de su hermana, dos destacados trovadores de la región, y es que está talentosa joven que desde su pequeñez se apasionó por la trova, la poesía y el arte que estas llevaban a su comunidad.
Han pasado 63 años desde que la voz principal de la agrupación Andaluz nació en una de las tierras más alegres del mundo, sus ojos se enchinan de la emoción al subir una tarima, mientras de fondo se escuchan los aplausos de su público que espera la llegada de esta mujer, que ha demostrado que la edad es solo un simple número.
"Soy una enamorada de lo que hago, les cuento que soy una apasionada de este arte, y es que los años tienen su ventaja. A mí 63 años hay que aprenderlos a vivir con toda la plenitud, la fusión y con todas las ganas"
Una pasión que sembró desde su infancia, mientras vivía junto a su familia en el campesinado, en una pequeña vereda que quedaba a pocos kilómetros de una quebrada en Colombia llamada Betania. Sus primeros pasos en la música los dio en compañía de su familia numerosa y 'montañera' como ella les suele llamar.
Sembrando cultivos de papa y yuca en su vereda, criando marranos y comiendo iguana era el día a día de esta artista, y aunque el camino era incierto, ella nunca dejó de soñar.
Al contrario de ella, la pequeña trovadora creció en un humilde hogar lleno de calor familiar que le enseñó que a través de su talento podría saber que era lo que realmente le gustaba de la vida.
“Los versos a trovar y los versos estríbales me apasionaron”
Y es que nacer en la cuna de trovadores llevó a que esta gran poeta seguirá los caminos de los versos, pues su hermana mayor se convirtió en su mayor inspiración.
A pesar de su corta edad, esta trovadora sigue marcando un legado de valentía y amor, en donde través de sus grandes versos cautiva a toda su región, que se ha enamorado de este arte colombiano que emerge en esas raíces de vida, y que se adentra en cada una de historia historias de las personas.
“La trova es trocha de sueños y todo es un referente, la trova es un paraíso y un mundo diferente”
Un pequeño legado que hasta ahora está empezando, una trovadora nata de la región que pretende cautivar a toda su audiencia y enamorar a los fieles oyentes que disfrutan de estos emblemáticos versos de amor.
Pero, la verdadera historia de Marta es un poco más extensa, y aún suele recordar que las mejores épocas de su vida empezaban en navidad cuando en medio de la comida, las risas y el trago que no faltaba en su mesa, había algo que se convirtió en su envidia y era cuando las trompetas resonaban de fondo, los cortos pasos de los mariachis que llegaban a la vereda a darle una sutil bienvenida a estas festividades, y una voz que se robaba todos los halagos de los campesinos.
"Eso es lo que yo quiero ser", fue lo que dijo en aquel entonces una pequeña niña llena de ilusión al escuchar al mariachi.
¿Un matrimonio o una atadura?
Una cotidianidad a la que se enfrentaban las jóvenes en aquellas épocas era entender que su destino debía depender del hilo de un hombre, es por eso que su cultura y su entorno llevó a que Martha Cecilia se casará cuando tan solo tenía 16 años.
Donde la aventura de su vida se remontaba a aquella época en donde ella junto a toda su familia fueron víctimas del desplazamiento forzado, y el despojo de sus tierras las llevó a establecerse en la ciudad de la eterna primavera, Medellín.
Tuvo que pasar algunos años para que Martha se desprendiera de las ataduras de su esposo que, como lo menciona, “siendo un buen hombre” no le permitía enfocarse en su destino y amor por la música.
“Una campesina montañera y sin estudios fui capaz de separarme hace 34 años”
Desde allí su legado en el arte campesino empezó, “Ahí fue a donde empece a conocer la belleza de la música y yo decía tengo que cantar esta música”.
Fue a sus 19 años que Marta llegó al municipio de Cáqueza, en donde su voz empezó a ser más reconocida que en años anteriores, entró al coro de la ciudad y no contenta con ello, también debutó como bailarina y basquetbolista, y es que como Marta lo recuerda aprendió de toda en esta larga vida.
La pasión que llevó a Martha Cecilia a seguir los caminos de la música
Luego de la separación con su pareja de aquel entonces, la colombiana dio un salto inesperado pero deseado para su vida, y se dedicó a la música carrilera que como ella lo tiene muy claro, estas melodías han sido fuertemente estigmatizadas como ‘del diablo o que llevan a la perdición’, cuando estas solo reflejan el amor por la tierra.
Uno de los sucesos que hace sentir más orgullosos a esta bella y triunfadora campesina fue conforma su grupo actual Andaluz, de más de 24 años resonando por los pueblitos países de la ciudad.
“Decidí hacer mi propio grupo luego de enfrentar una decepción muy grande, donde me quedaban dos opciones seguir mi vida o decir destrúyase Martica Arboleda”, sin duda la paisana decidió darle frente a la situación.
Desde su niñez las letras salían de su corazón, pero lo que Marta Cecilia no se esperaba era convertirse en una compositora destacada de la región, una apasionada de las letras que hasta el día de hoy ya lleva 150 canciones propias grabadas entre cumbias, pases, pasillos y carrilera.
“Muy enfocada en esta música carrillera, juepucha que no se nos puede olvidar”, son las palabras que resuenan en la cabeza de la artista.
Una victoria que no dio espera
Mientras su sonrisa se dibujaba en el rostro, Marta cumplió su sueño de culminar su bachillerato a los 58 años, un logro que no deja de sorprenderla, y es que después del largo camino que enfrentó entendió que su proposito era dejar una lección de vida, que así como a ella a muchos otros les enseño que nunca es tarde para empezar.
Así fue el nacimiento del grupo Andaluz
Con todo el orgullo colombiano, Marta sonrie al recordar que sus compañeros de banda son mayores de edad, de más de 65 años y practican esta música con toda la pasión.
Una agrupación que cuenta con dos bellas artistas de la región que llevan con orgullo el nombre de Colombia y del talento en los mayores de edad.
“Una amiga fiel, somos más que un par de hermana”, a pesar de los esfuerzos que ha hecho su compañera por permanecer en la música, las afectaciones en su salud le han impedido seguir este camino artístico.
Por lo que hace más de un año la artista ha tenido que enfrentar los escenarios sola, y empezar a conocer un mundo artística bailando y cantando por todas las calles de Medellín.
El empoderamiento femenino en la actualidad
Es que en la actualidad la mujer se ha convertido en una representación de arte digna de admirar y con la capacidad de enfrentar su vida y vivirla al 100%. Y Marta Arboleda y Jackeline son la prueba de que hoy más que nunca el empoderamiento femenino está llegando a los grandes escenarios de Colombia.
Precisamente, esta semana se celebró una de las festividades más grandes del país, la gran Feria de las Flores 2023 y la presencia de estas grandes estrellas en los escenarios llegó a alegrar a los visitantes de este icónico evento masivo tradicional que cada año se celebra en la ciudad de Medellín.
“Hay mucha equidad, estamos viviendo eso y fue lo que siempre soñamos” es lo que piensa la voz del grupo Andaluz.
Desde la madrugada hasta el anochecer, las grandes fiestas de la región se roban los suspiros de cada uno de los espectadores que asisten al magistral evento, pues mientras los paisanos lucen con orgullo una camiseta blanca con una ruana que representa la cultura colombiana y una gran silleta de flores, todos esperan que empiecen a las grandes presentaciones de los artistas que anualmente asisten a la gran feria para destacar que Colombia es una tierra de alegría.
Creado por: Paula Lorena Rodríguez.