Es de noche y hace frío. Los creyentes entran y salen de la iglesia tapando sus cabezas con ropajes negros, como si quisieran encarcelar con una prenda de vestir sus impuros pensamientos frente a la virgen milagrosa, la principal deidad del templo más importante de Lima, la capital de Perú.
Mientras tanto, ella abrocha sus tacones; son altos, dorados, muy brillantes, se ajusta el vestido; es negro resplandeciente y muy corto, acomoda sus medias veladas y empieza caminar. Sus pasos proyectan seguridad pero también sensualidad. Es claro: ella quiera seducir.
De repente agarra uno de los tubos que lleva luz al Parque Central de Miraflores y sin música empieza a bailar. Más allá del baile, que para muchos puede resultar sórdido, ella lleva un mensaje.
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Sobre su rostro acondicionó una pantalla que proyecta pequeñas consignas que describen, como La Fulminante lo define, “una sociedad machista, doble moralista, grosera e hipócrita”.
Con facilidad consigue su objetivo: “Llamar la atención, con esos performance de calle el que me ve no está buscando verme, con ese espectáculo me le atravieso a la gente, es muy transgresor”, dice Nadia Granados, una artista plástica que interpreta a La Fulminante, un personaje de ficción que hace las veces de una actriz porno que cuestiona e incomoda al establecimiento.
Foto : Christian Bernuy del Carpio
Aquella noche limeña La Fulminante llevaba la pantalla en su rostro, pero a veces - más atrevida, agresiva o desparpajada – luce la pantalla en los senos o en su zona vaginal, las consignas siempre en el mismo sentido: “vigilancia democrática, poder mafioso, terrorismo de Estado”, conceptos que su proyecto ha adoptado para transmitir un mensaje político, contestatario o “panfletario” como ella lo llama.
Luego de una tormentosa relación que duró dos años “con el típico macho de celos enfermizos que me trataba hasta puta”, La Fulminante llegó a la vida de Nadia, “llegó a salvarme”, dice. “De esa mujer no queda nada, era sumisa, miedosa, insegura, complaciente y con pereza de hacer las cosas”.
Ahora Nadia, nacida en Bogotá, a través de La Fulminante, viaja por el mundo realizando video performances, mezcla códigos de la pornografía y la sexualidad femenina con temas políticos. “Hablo de cuestiones que me atañen como ciudadana, una persona que ve el mundo y ve realidades que no me gustan”, las expresa con imágenes fuertes, obscenas “porque pretendo que la gente se acuerde de lo que hago”.
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El trabajo que Nadia muestra en su portal web puede ser catalogado como fuerte, grotesco, para algunos sucio, sin embargo esta artista plástica egresada de la Universidad Nacional de Colombia, defiende su trabajo porque “muchas cosas del arte pasan desapercibidas” y de esta forma con seguridad más gente llega a ver lo que quiere comunicar.
La Fulminante, la actriz porno que reta al Estado
Jue, 30/01/2014 - 09:15
Es de noche y hace frío. Los creyentes entran y salen de la iglesia tapando sus cabezas con ropajes negros, como si quisieran encarcelar con una prenda de vestir sus impuros pensamientos frente a la